En total son 69 animales de 10 especies diferentes que conviven en el Parque Urbano, pero son unos 59 los que habrían sido trasladados desde el parque Oscar Alfaro.
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Mercedes Bluske Moscoso y Jesús Vargas Villena
(Verdadcontinta-Junio 21/2017) Sobre cemento, con rejas o mallas a su alrededor en espacios angostos y con niños gritándoles diariamente, así era un día normal de los animales que estaban viviendo en el parque Oscar Alfaro, para unos pocos llamado zoológico.
Las constantes muestras de estrés de los animales fueron parte de las razones por las que organizaciones de activistas formalizaran demandas en contra de la Alcaldía tarijeña por las extremas condiciones en las que estaban viviendo hasta el año 2014.
Con la creación del Parque Urbano, fue realizado el traslado después de una serie de refacciones a pedido de los activistas, diputados como del Ministerio de Medio Ambiente.
En un traslado con ciertos traumas, ante la falta de capacitación técnica para realizar esta acción, murió un cóndor.
“Muñeca”, “Muñeco”, les dice a los jaguares con cariño el director del Parque Urbano, Luis Morales Tintilay, un veterinario especializado en fauna silvestre.
A los monos los apoda como “Martín”. A “todos los llamo por el mismo nombre”, dice entre risas al equipo de Verdad con Tinta.
El director de este centro invitó al equipo de Verdad con Tinta a conocer el nuevo Parque Urbano, que recientemente recibió de manos de la viceministra de Medio Ambiente, Biodiversidad, Cambio Climático y Gestión Forestal, Cinthia Silva, la licencia ambiental.
El Parque Urbano es el nuevo hogar de los más de 59 animales que estaban apretujados en cautiverio en el parque Oscar Alfaro.
El lugar es espacioso y los animales se ven más tranquilos. Los monos están divididos en dos zonas alejadas una de la otra, pues como explica Morales, éstos tienen sus códigos de grupos y un choque podría terminar en una batalla campal.
El lugar ubicado en Las Barrancas, dejó de ser un sitio de explotación de leña por los asentados que ocuparon gran parte de la zona, donde van apareciendo nuevos vecindarios.
Morales señala los árboles que lograron rescatar y los que reforestaron en la última gestión para ambientar mejor este centro al hábitat natural de los animales.
Administración
Luis Morales es un apasionado por la fauna silvestre. Un mono fue el que le cambió el destino.
El monito llegó a su casa en una pequeña manta, en manos de una mujer que pedía consejos de cómo desinfectarlo y vacunarlo.
Sus familiares no se aguantaron y lo compraron. “Cuando tuve el mono me di cuenta que éstos animales no son para tenerlos en casa”.
El monito empezó a tomar posesión de una de las integrantes de la familia, mordiendo y haciendo pis a su madre si alguien trataba de acercarse a ella, por lo que tuvo que buscar un sitio en dónde dejarlo.
Al ir a un centro de rescate de fauna silvestre, comprendió cuál era su destino. Su relación con los animales fue sellada para siempre. Así decidió estudiar la Carrera de Veterinaria en Beni, pasando a trabajar posteriormente en diferentes centros de rescate de fauna silvestre.
Mientras recuerda esos momentos, Morales ve feliz cómo una pequeña monita sonríe a los visitantes, luego dos chanchos de monte se acercan como si fueran unos perritos hasta la malla.
“Cuando estaban en el parque Oscar Alfaro ni salían a mirar, ahora coquetean con las personas”, dijo sonriente Luis.
El sonido de la naturaleza prima en el lugar con el constante acompañamiento de los pájaros “Bien te fue”, que van marcando el rumbo del camino. De pronto un “mal”, hace dudar en sus pasos a los caminantes.
“Sin lugar a dudas ha mejorado la situación”, afirma también el representante de la Sociedad Protectora de Animales de Tarija (SPAT), Gonzalo Torres Terzo.
Torres si rescata algún ave silvestre, la traslada a este lugar, algo que no hacía ni loco con el parque Oscar Alfaro, de donde pedía la liberación de todos sus habitantes.
Las historias de maltrato o de sufrimiento no sólo surgen del antiguo parque Oscar Alfaro, también hay una pequeña monita que se encuentra en recuperación, precisamente la que más sonríe a los visitantes.
La persona que la llevó dijo que fue víctima de una pelea con un perro, pero al hacerle la revisión, encontraron que los años de estar encadenada, hicieron que parte del metal se incruste en una de sus piernitas, generándole un grave daño.
Este animal en su proceso de recuperación tiene su propia casita, la cual está debidamente ordenada. “Son sorprendentes en su forma de actuar”, destaca Luis.
En el recorrido, puede verse un buen número de funcionarios de la Dirección de Ornato Público, quienes están poniendo a punto el lugar para el día de la apertura.
Los animales se ven menos estresados, en un mejor hábitat, pero con la incógnita sobre su futuro, pues a tan sólo unos días de la apertura oficial de este parque, miles de personas ingresarán al lugar, siendo de conocimiento público que la educación, es uno de los principales problemas en la sociedad tarijeña, respecto al trato con fauna silvestre.
La esperanza es que la paz recientemente obtenida por estos sufridos animales, al momento de su apertura, no sea destrozada por otros seres bastante peligrosos: los humanos.