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Mercedes Bluske Moscoso y Jesús Vargas Villena
(Verdadcontinta-julio2017) congregación tiene presencia en Cochabamba, La Paz, Oruro, Santa Cruz y Tarija.
La huella de Santa Teresa Jornet e Ibars permanece en cada uno de los hogares que llevan su nombre, y su legado es cumplido por cada una de las hermanas que pertenecen a la congregación.
Su labor no se limita al cuidado de los ancianos, sino a su preparación espiritual, compañía y comprensión.
Las Hermanitas de los Ancianos Desamparados, brindan cobijo y atención a las personas de la tercera edad, en 204 hogares repartidos en 19 países.
En Bolivia, su presencia se remonta al año 1910, con la fundación del Hogar San Ramón, en la ciudad de La Paz.
Éste hogar, que es el más antiguo de la país, se abrió gracias a Ramón Zapata y a su esposa Raymunda Clavijo. Ambos decidieron donar todos su bienes a favor de los ancianos, porque no tenían hijos que heredaran su fortuna.
Ante esta situación, Zapata se contactó con las religiosas y logró la llegada de la congregación de las Hermanitas de los Ancianos desamparados en el año 1909. La fundación del hogar se realizó un año después, en 1910.
El hogar funcionó en el terreno donado por la familia Zapata- Clavijo, que estaba ubicado en lo que hoy se conoce como avenida Landaeta. Sin embargo, en los años 80 fue trasladado a la zona de Achumani, donde funciona hasta la fecha.
El Hogar de Ancianos Santa Teresa Jornet de Tarija es el más nuevo de Bolivia. Su creación fue en 1993, y la llegada de la congregación de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados fue gestionada por monseñor Ademar Esquivel, ante la imperiosa necesidad de asistir a los ancianos que eran abandonados en la ciudad.
Actualmente la hermana Florentina Delgado, de nacionalidad peruana, está a la cabeza de la congregación en Tarija, paradójicamente, casi la totalidad de las hermanas que atienden el hogar, son extranjeras.
Para la fundación llegaron cinco hermanas de diferentes nacionalidades, las cuales fueron enviadas en su mayoría, desde el Perú. Actualmente, dos de las hermanas fundadoras continúan trabajando en el hogar de Tarija, las otras tres fueron trasladadas a otros destinos años después de la creación del hogar.
Aunque florentina llegó hace apenas cuatro años a la ciudad para asumir la responsabilidad de superiora del hogar, lleva más de 30 años en la vida religiosa. Ella asegura que sintió el llamado a su vocación con tan solo 14 años. Su familia siempre fue muy religiosa y para ella fue algo natural.
“Aunque a veces te cuesta dejar tus cosas y a tu familia, Dios te da la gracia para poder hacerlo”, explicó la superiora.
Tras 9 años de preparación en la Casa Matriz de Lima, Florentina asegura que su formación la capacitó para afrontar todo tipo de situaciones que se pueden dar con los ancianos, desde conflictos internos, hasta lidiar con la rutinaria muerte.