A diario la periodista se pregunta por qué existen más enfermos y más hospitales si la ciencia y la tecnología en salud tuvieron un notable avance, “vivimos en un sistema de la enfermedad”.
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Mercedes Bluske y Jesús Vargas Villena
(Verdadcontinta-noviembre/2017) En la televisión la imagen es primordial y para Karla Revollo Escobar, era una prioridad estar acorde a los parámetros establecidos.
“En una semana podía bajar siete kilos y a la siguiente subía otros siete, sin tener conciencia de lo que generaba en mi salud”, recuerda de lo inestable que era su organismo por las excesivas dietas a las que estaba sometida.
Revollo era una reconocida presentadora de noticias, pero su mal estado de salud, pese a la juventud que tenía, se revelaba en su cuerpo.
“A veces se me caía el pelo y tenía que taparme los huecos antes de salir en vivo”, relata, indicando que la salud es un tema integral, donde el cuerpo como la mente deben estar en armonía, pues el estrés también influye en el organismo creando enfermedades.
“Estuve en esa época en que tienes que cumplir turnos los fines de semana, los feriados, estar todos los días con horarios apretados, pero eso para mí pasó”, relata.
Fruto de las presiones que derivaban en estrés severo y el poco tiempo que contaba, tenía una mala alimentación, que era el fruto de dietas que le imponían patrones de conducta, llegando casi a desfallecer.
Recuerda que hubo veces en las que estaba conduciendo un noticiero, cuando se ponía mal de golpe y la tenían que sacar para llevarla a la clínica.
“Si me iba bien estaba internada una vez cada dos meses, pero si me iba mal, me internaban incluso una vez al mes”, cuenta.
La situación era crítica, hasta había partes del cuerpo que se le paralizaban a consecuencia del constante estrés, acompañado de la mala alimentación.
“Venía arrastrando por tres años una gastritis, que después pasó a ser crónica por culpa mía y luego pasó a ser nerviosa”, refiere, al indicar que era consciente de que el próximo paso sería una úlcera.
Además de la gastritis, ella tenía jaquecas, migraña y dos hernias de disco. “Entonces, con todo este mundo, además que era mamá…dije ¡basta!”.
Por eso, empezó a preguntarse si existen otros caminos o alternativas.
“Comienzo a investigar a partir de películas, documentales, libros de especialistas médicos, expertos en alimentación consciente, que es muy diferente a una nutrición convencional”, dice.
Mientras más se adentraba sobre la información de salud, empezó a cambiar su forma de vida y sus creencias.
“Yo había atacado el síntoma, tonificando la enfermedad, pero no sabemos que hay un origen”, explica al indicar que por lo menos, en el país a los médicos no los capacitan en nutrición.
Por esta situación, según las investigaciones de Revollo, los médicos atacan al síntoma, pero no van al fondo del problema, además que la desinformación favorece a la industria farmacéutica que tiene alta influencia, no solo en el personal médico, sino en la misma administración del sistema de salud. “Eso no se lo dicen a la gente de manera masiva”.
“Con dos hernias de disco, no podría estar viajando, ni haciendo absolutamente nada, es más, los médicos me dijeron que tenía que visitarlos cada dos semanas o incluso cada semana”, dijo respecto al duro diagnóstico que recibía.
“Mucha gente te dice que debes tomar calcio, pero no te indica algo fundamental que es el cloruro de magnesio, que viene a ser un mineral natural con una labor tan importante en el organismo”, explicó.
Es así que Revollo, fruto de sus investigaciones, empieza a consumir el cloruro de magnesio. “Cosas tan sencillas como esas desconocemos de la mayoría de la población”, acota.
Más se adentraba y más cambiaba su percepción sobre lo que ella conocía o creía.
“Fue un cambio de creencias, cuando realmente pones en duda todo lo que te dicen”, al momento de ocurrir aquello y de empezar a ver que existen otras posibilidades, es que su estilo de vida da un vuelco radical.
“Te abres a una posibilidad infinita de información coherente con una base maravillosa científica que el mismo organismo reconoce de los alimentos reales”.
¿Pero cuáles son los organismos reales?
“Cuando vienen directamente de los árboles que tu cuerpo reconoce”, responde.
Karla refiere que las personas se han acostumbrado a cocinar más por el sabor, sin darse cuenta de que el mayor beneficio está en los alimentos crudos.
Los médicos recomiendan que debe consumirse el 50% de los alimentos en crudo.
Un ejemplo que pone Revollo es de las medicinas. Las personas para darle mayor sabor a los productos deciden fritarlos, proceso en el que estos pierden gran parte de sus nutrientes.
“Por ejemplo, por qué no hacemos lo mismo con un Paracetamol o un Omeprasol, antes de consumirlos, los pongamos en el sartén a freír, seguramente me dirán que estoy loca, porque le quitamos a esas pastillas gran parte de su concentrado, bueno, pues lo mismo hacemos con los alimentos”, detalló.
Agregó que el cambio de creencias es cuando la persona pone en duda lo que le dicen con certeza y lo que tomaron como cierto; eso precisamente, es lo que le pasó a ella hace seis años.
Según el relato de Karla, desde su situación pasaron menos de seis meses para mejorar y empezar a olvidarse de estas enfermedades que había padecido. “Es mentira que debe pasar un largo tiempo, cambias la alimentación y el organismo empieza a responder”.
Afirma que el estómago también tiene un cerebro, que va direccionando y procesando los alimentos.
Uno de los ejemplos más claros en su vida del cambio de creencias se da con sus hijos. Cuando se embarazó del primero, Gabriel Andrés Almanza, hace unos 17 años, subió unos 22 a 24 kilos.
“Comía de todo en ese tiempo”, recuerda y ese embarazo no le sentó muy bien, además que las secuelas las sintió su hijo.
“Te dicen que los dolores de cabeza en los bebés son normales, que las enfermedades son normales”, pero en realidad con el pasar de los años, se dio cuenta que estas situaciones se debían a una mala alimentación en el proceso del embarazo, algo que no era nada regular.
Con su segundo embarazo la situación cambió, ahí tenía otra creencia. “Con mi hija Alaïa aumenté solo 9 kilos y solo sufrí los malestares generales”, relata.
El embarazo fue normal y tras el parto, recuperó su anterior peso. Las consecuencias también se mostraron con su niña.
Alaïa Lataiefyh nació con un sistema inmunológico mucho más fuerte, no tuvo dolores de cabeza ni enfermedades de bebé como ocurrió con su primer hijo. “No les digo que no se pueda enfermar, pero tiene defensas mucho más fuertes”.
“Está demostrado que mi hija es un ejemplo viviente de lo que hace una alimentación correcta desde el vientre”, aseguró.
El último aliciente para estar saludable, está en la cabeza. “Es importante el alimento a nivel físico, pero también de los pensamientos”.
Cuando estaba sumida en el estresante mundo de los medios, siendo dependiente de otros jefes, el estrés también afectó a su cuerpo.
Revollo se mantiene en los medios, pero de forma independiente, si bien trabaja en Bolivia Tv, lo hace con un programa que produce, donde ella maneja sus propios tiempos, dejando atrás los días de estrés laboral.
“El cuerpo es un sistema integral, donde los pensamientos y las emociones también cuentan, si estás preocupado o emocionalmente afectado, puede actuar directamente en tu organismo”, explicó.
Por eso, tiene ahora un nuevo entorno, dándose el tiempo necesario para sus hijos y para ella, mostrándose plena, siguiendo firme en su nueva creencia: la vida.