Trabajó en el sistema judicial desde sus 21 años y se desempeñó como juez por 16, pero cambió el trabajo de las salas de audiencia para ejercer como padre a tiempo completo
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Mercedes Bluske Moscoso
(Verdadcontinta-marzo 2018) Para Armando Arancibia Mealla ningún trabajo fue tan desafiante, ni satisfactorio, como el oficio de ser papá.
Como él, pocos hombres tomaron la determinación de dedicarse a la crianza de sus hijos y asumir un rol que generalmente está reservado para las mujeres.
Pese a los desafíos que esto conlleva, padre e hijo parecen haber encontrado la felicidad en los pequeños detalles de la vida cotidiana.
“No puedo salir de la casa porque Pedrito está solo, pero podemos conversar aquí”, dice Armando, dejando la puerta de su casa entreabierta, para asegurarse de escucharlo.
Luego de largas jornadas de conversación con su exesposa, tras tomar la decisión de abandonar el juzgado hace 8 años, ambos acordaron que Pedro estaría bajo el cuidado de Armando, dado que el trabajo de ella implicaba pasar más tiempo afuera.
Así se convirtió no solo en padre “full time”, sino también en madre y ama de casa; dejando de lado la Carrera de Derecho.
“Me vi haciendo cosas que nunca había hecho, como lavar, cocinar y demás”, cuenta entre risas.
Aunque no fue fácil porque Pedrito, como le dice él con cariño, nació con una leve parálisis cerebral y requiere de diferentes cuidados y atención, el amor pudo con todo.
“Es difícil porque es una tarea que el hombre no hace, pero hay otros factores que te motivan a realizarlo, como el amor; sobre todo en el caso de Pedrito, que no puede valerse por sí mismo”, cuenta sin poder disimular su emoción.
Al principio, una niñera colaboraba en el cuidado del pequeño Pedro, quien debía asistir a sesiones de fisioterapia y a otras actividades que lo ayudaban a tener un mejor funcionamiento motriz, pero desde hace 4 años Armando se ocupa de su hijo a tiempo completo y sin ayuda alguna.
Ubicada a pocos metros de su casa, la plazuela Sucre es uno de los lugares que padre e hijo suelen visitar con frecuencia. “En la plazuela lo veo feliz y realizado, porque todos lo saludan”, dice Armando, quien confiesa que Pedrito se alegra especialmente cuando se acercan “las chicas”.
“Es un pícaro”, agrega con una sonrisa, mientras mira de reojo la puerta de su casa, por si Pedro necesita algo.
Pese al hermoso vínculo que forjaron padre e hijo, y que quienes los conocen pueden confirmar, Armando, humildemente asegura que nunca un padre será como una madre, debido a la conexión que hacen ambos en el embarazo.
Sin embargo, para él, es importante que ambos padres siempre estén presentes en la vida de los hijos más allá de que pueda haber un divorcio.
“Yo no comparto que cuando hay divorcios, los padres y madres que tienen la tutela de los hijos ponen días y horas para que el otro pueda verlos”, explicó.
Para él, los hijos son tan hijos de uno como del otro, y las divisiones entre los padres, también generan una división emocional en los hijos.
En su caso, si bien él cuida de su hijo, su madre puede verlo cuando quiera y por el tiempo que desee, lo cual hace que Pedro, que ahora tiene 17 años, tenga la libertad de disfrutar de ambos.
Verlo despertar con una sonrisa, sus cambios de humor o los pequeños caprichos que le entraron, seguramente fruto de la adolescencia, son los detalles que hacen que su día juntos valga la pena.
Ningún caso ni sesión en el Palacio de Justicia, hubiera superado la satisfacción de ver a su hijo feliz, como cuando están juntos.
Armandito en este día tan especial y como todos los días Dios te llene de felicidad y mucha bendición tu te tienes ganado el cielo con tus actos un padre como tu no hay otro Felicidades mil Felicidades en tu dìa y siempre sos un ejemplo de padre no hay palabras para experesar lo grande que eres te admiro y te veo con mucha ternura al lado de tu hijito Dios te entrego un ángel a quien cuidar y a tu hijito Dios le dio un ángel para que lo cuide
Si hay alguien en esta ciudad que debiera recibir un homenaje o una presea al PADRE, sin duda alguna que deberá ser Armando , un ejemplo de amor paternal , que renunciando total o parcialmente a toda otra actividad vuelca todo su esfuerzo de ayudar a su amado hijo. Si tuviese que votar por el mejor padre de Tarija, sin dudar un instante, Armando es mi mejor candidato.
Realmente Armando es una perdona excepcional, ejemplo de consrancia y amor para todos. Dios lo bendice e irradia esa gracia a los que le conecemoy y rodeamos. De Colores siempre hermano Armando…