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Erich Conzelmann Castellanos
Se la siente como un experimento personal, que al convertirse en una película muta para convertirse en un experimento social, donde el espectador es testigo de un viaje introspectivo, surreal e íntimo, y no está solo como un veedor, con actitud contemplativa, porque los temas que toca la película nos conciernen a todos los que vivimos el aquí y el ahora. Todo esto poniéndose en los zapatos de Eugenia que sin duda representa un drama actual desde la perspectiva femenina. Las circunstancias reveladas dentro de la ficción, dentro del drama, crean una realidad palpable e incómoda, no tanto por las situaciones que atraviesa el personaje, sino por representar casi de una manera documental una cotidianidad innegable que sufrimos todos en nuestra sociedad, es por eso que verse en este espejo gris no resulta halagador, más por el contrario, logra una reflexión. El drama Eugenia es real y lo vive un sin número de mujeres; se la siente más cercana por que la puesta en escena es mayormente en nuestro país.
La propuesta cinematográfica está presentada íntegramente en blanco y negro, realzando el tenor del film y de los sin sabores de la protagonista. Entre otras cosas, invita al espectador a un momento poético y gris.
Andrea Camponovo encarna la revolución de Eugenia y su búsqueda para encontrarse con ella misma, su actuación sin duda es meritoria, al igual que el resto del elenco, pero es ella la que carga en sus hombros todo el peso de la película (prácticamente no hay escena donde no esté).
Hay varios símbolos que ayudan a narrar la historia y hacerla visualmente llamativa, por ejemplo, ver a Eugenia con un traje de guerrillera, con una peluca negra o portando un fusil. Se la ve alzando un mazo enorme, picando piedras, o con esos lentes que parecen un antifaz que le sirve al mismo tiempo como escondite a vista de todos, o como máscara para enfrentarse al mundo, empoderada y frágil.
Hacer cine en Bolivia es una labor titánica, aún tenemos un largo camino que recorrer, y siempre hay maneras distintas de contar historias, esta es una versión de Martín Boulocq, director y guionista de este eslabón más de la cadena del cine nacional.
“No hay que volver a empezar, hay que continuar no más”.