Un grupo de bachilleres fue capaz de crear un movimiento cultural que no se detuvo más…
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Jesús Vargas Villena
(Verdadcontinta-mayo/2018) Las tertulias por el festival Abril en Tarija, las presentaciones de libro o conciertos, aparecen en la memoria cercana de las actividades de la Casa de la Cultura, que automáticamente se ligan con la infraestructura de la Casa Dorada, pero el inicio de esta institución, se dio unas cuadras más abajo.
La Casa de la Cultura tiene más de 35 años de trabajo en la ciudad de Tarija, pero no siempre funcionó en la Casa Dorada, ni sus funcionarios fueron siempre remunerados.
Todo comenzó por la inquietud de un grupo de jóvenes bachilleres del colegio San Bernardo de Tarija, quienes solicitaron al entonces rector de la Universidad Autónoma Juan Misael Saracho (UAJMS), Mario Ríos Araoz, pueda dar pie a una organización cultural.
En esa oportunidad, Ríos sugirió que los estudiantes conversaran con Cimar Aguirre Soruco, quien tenía en ese entonces, el estudio fotográfico más importante de la ciudad.
La primera reunión se dio en el estudio fotográfico de Cimar Aguirre, donde decidieron dar pie a la fundación de la Casa de la Cultura, cuando corría el año 1983.
Es así que la Casa de la Cultura, fue fundada en el subterráneo del edificio del Club Social, donde estaba instalado el estudio fotográfico. “Era el único inquilino”, dice Aguirre entre risas.
En ese sencillo acto, fue consolidada una directiva que estuvo a la cabeza de Cimar como presidente, la que además fue conformada por pensadores e intelectuales de la ciudad, que marcaron historia en diferentes ámbitos.
Jorge O’Connor, Oscar Prada, Ernesto La Faye, Edgar Ávila Campero y Mario Valverde Toro, fueron parte de aquella primera directiva. En el acto también estaba el prefecto de ese entonces, Ramiro Oller Altamirano.
La particular acta de fundación fue realizada en un pequeño cuaderno anillado, donde aparecen las bases y las firmas de todos los involucrados.
Volvemos al 2018, Cimar lleva su mano a su cabeza cubierta de pelos blancos, ahora tiene 75 años, pero en ese entonces, tenía 42, recordando con una ligera sonrisa, esos momentos de tertulias y conciertos inolvidables.
Las principales actividades de la Casa de la Cultura, eran realizadas en el estudio fotográfico, donde hacían lectura de libros, de poesías y conversatorios entre otros.
Los conciertos eran efectuados en el kiosco de la plaza principal Luis de Fuentes. La directiva, junto a los jóvenes bachilleres, se encargaba de la organización de estas actividades.
“En ese tiempo la plata salía de nuestros bolsillos”, recuerda Aguirre. La ganancia era ver los rostros de admiración del público, pero especialmente, el desarrollo cultural de la pequeña ciudad.
Uno de los eventos que despierta la sonrisa de Cimar, es la vez que dos agrupaciones hicieron gala en conciertos paralelos en la misma plaza. En el “kiosquito” tocaba un grupo de rock, mientras que en la fuente, se acomodaron los integrantes de una banda de música.
Tocaba una canción el grupo de rock y después lo hacía la banda, como se hacía en las grandes peatonales o plazas europeas, recuerda orgulloso el fotógrafo y artista, reviviendo una noche inolvidable en su mente, que se refleja en sus anchos lentes desde su mirada.
Cuando la universidad decidió darle funcionalidad a la Casa Dorada, institucionalizó en 1984 la Casa de la Cultura, llevando sus oficinas a ese sitio, siendo su primer director, Oscar Prada.
Oscar Prada, Carlos Torri Cherroni, Adela Lea Plaza Torri y Nils Puerta Carranza, fueron los directores que le sucedieron.