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Verónica Ormachea Gutierrez
Nadie imagino que el nieto de la reina de Inglaterra se casaría con una afroestadounidense. La boda entre Harry de Inglaterra y la ex actriz estadounidense Meghan Markle, ha modernizado a la monarquía mas antigua y rancia de Europa. Este es el hito mas significativo referente a la integración de razas en la historia de la monarquía del Reino Unido.
Meghan se convirtió en la primera miembro de raza mixta de la realeza británica y conformo con Harry la primera pareja real interracial.
Enrique, que ocupa el sexto lugar de la sucesión a la corona, es considerado “El Rebelde” de la monarquía. Ha demostrado, sin embargo, ser el miembro mas autentico de la familia real y se ha impuesto ante la Corte de San Jaime. Ha roto con todos los esquemas tradicionales y ha hecho respetar los suyos y los de Meghan.
Probablemente, el matrimonio ha mejorado la imagen de la Corona, ya que la opinión publica cada día se encuentra mas reticente en torno al papel de las monarquías.
Meghan es mayor que Harry, divorciada y feminista. Desde el 2002 la Iglesia de Inglaterra permite a los divorciados casarse por el religioso.
Si Harry le hubiese propuesto matrimonio hace 80 anos, tal vez hubiera tenido que renunciar a sus derechos reales. Así ocurrió en 1936 con Eduardo VIII, quien abdico al trono para casarse con la estadounidense divorciada Wallis Simpson.
La boda del año estuvo cargada de simbolismo. Fue un homenaje a la raza y a la integración de la cultura afroamericana.
Si bien los novios fueron casados por el arzobispo de Canterbury, el obispo Michael Curry, que es el primer afroamericano en presidir la Iglesia Episcopaliana en EEUU, estuvo a cargo del sermón.
En su discurso -apoyado por su iPad- hablo del poder del amor y dijo: “Martin Luther King tenia razón; debemos descubrir el amor, el poder redentor del amor. Cuando lo hagamos, haremos de este viejo mundo, un nuevo mundo”.
Los flamantes duques de Sussex invitaron a un coro góspel que interpreto “This Little light of mine”, que se identifica con los derechos civiles en Los Estados Unidos.
Diana de Gales, madre fallecida del novio, fue recordada. El buque de la novia era de Nomeolvides, la flor preferida de la princesa, que fueron cortados por Harry del jardín del Palacio de Kenskington. También la hermana de Diana fue invitada a leer en la ceremonia y toda su familia estuvo presente.
Si bien Meghan llego en un carro acompañada de su madre -ante la ausencia de su padre enfermo-, entro sola a la iglesia hasta encontrar en medio camino a su suegro, el príncipe Carlos de Inglaterra, quien la acompañó hasta el altar.
Meghan trabaja en obras sociales. El año pasado se convirtió en embajadora mundial de Visión Mundial Canadá, una organización que ayuda a niños de escasos recursos en alimentación, educación y asistencia medica. Y, viajo a Ruanda para promover una campaña de agua limpia.
Entre los 600 invitados asistieron familiares, amigos y actores de Hollywood. No se invito a Jefes de Estado, Gobierno, ni miembros de la realeza, ya que no fue una boda de Estado.