Dos jóvenes bolivianos trabajaron en el diseño de prótesis de mano y pierna
[avatar user=»Mercedes Bluske» size=»80″ align=»left» /]
[avatar user=»Jesus Vargas» size=»80″ align=»left» /]
Mercedes Bluske y Jesús Vargas Villena
(Verdadcontinta-julio/2018) Los avances de la ciencia y la medicina fueron de significativa importancia para mejorar la calidad de vida de las personas, pero ¿Para qué tipo de personas?
La tecnología y la salud generalmente tienen una despiadada cara mercantilista, olvidando su rostro humano, haciendo que su uso y sus beneficios estén reservados a quienes poseen la capacidad económica para adquirirlos, ante la eminente ausencia del Estado.
Mientras tanto, para gran parte de los médicos, laboratorios y empresas, la medicina se devela cual tesoros de la Atlántida, para otros, es la fibra que despierta el lado más humano del hombre, buscando hacer de esta profesión una fuente de bondad o de alicientes para el cuerpo y el alma de quienes más lo necesitan.
Alejandro Bluske Orsini dio vida al proyecto Miracle, o Milagro, por su nombre en español, con el fin de crear prótesis que sean accesibles a los sectores más desfavorecidos de la sociedad.
Con su aspecto punk, lentes de aumento de marco grueso, un sinfín de tatuajes en el brazo derecho y con la tecnología 3D como su principal aliada, Bluske desarrolló prototipos que están siendo probados con éxito en diferentes ciudades del país, en personas que perdieron la mano, parte del ante brazo o el pie; o que nacieron con alguna malformación en estas extremidades.
“El problema es que las prótesis comunes son caras o no se consiguen”, cuenta sobre los periplos que deben atravesar quienes las necesitan.
Precisamente esa necesidad, fue la que lo motivó a estudiar alternativas técnicamente funcionales y económicamente viables para todo tipo de personas, sin importar su nivel socioeconómico.
La visión que tiene Alejandro sobre la medicina, se entrelaza de forma curiosa con la de su abuelo, Iván Rundolph Bluske Castellanos, quien siendo estudiante de la Carrera de Medicina descubrió la anestesia general que se usa para las cirugías, mediante el uso de la novocaína intravenosa.
Bluske Castellanos nunca vendió la patente de la anestesia a ningún laboratorio para evitar que el comprador, al tener el monopolio, lo convirtiera en un medicamento de alto costo. Lo que el médico tarijeño pretendía, era que sus descubrimientos beneficiaran a la mayor cantidad de personas, sin importar su nivel económico.
Alejandro, dando sus primeros pasos en la medicina de investigación con la impresión de prótesis, contempla la misma visión social que caracterizó a su abuelo en el ejercicio de su profesión, y hasta finales de año, tras probar los prototipos iniciales, espera tener un diseño final.
Con 21 años, es uno de los pioneros en trabajar con esta técnica en Bolivia junto con su colega y amigo Fernando Gallardo, quien realiza la programación digital de cada una de las piezas que, como en un proceso de metamorfosis, pasarán de ser vectores de computación, a convertirse en pequeños módulos plásticos que se acoplarán a la máquina del cuerpo.
“Usamos filamentos de PLA o ABS, que son dos tipos de plásticos”, explica Bluske mientras sostiene a la mano artificial entre las suyas, dejando ver en su muñeca una pulsera de Green Day, una de las bandas de punk pop norteamericanas más conocidas.
Acaricia la pieza y la examina exhaustivamente mientras continúa: “para las piernas usamos ABS mezclado con fibra de carbono, porque necesita más resistencia”.
De acuerdo al tipo de prótesis, el equipo utiliza diferentes materiales para la impresión, velando siempre por la resistencia y eficiencia de cada una de ellas. Uno de los beneficios de las materias primas utilizadas, es que no producen alergias, por lo que los pacientes los pueden usar sin que les produzca alteraciones en la piel.
Otras piezas, como tubos de apoyo o uniones, están hechas con aluminio o metal, para que sean más sólidas; mientras que el cableado que une los dedos con las otras partes de la prótesis, está hecho en unos casos con hilo acerado y cubierto en plástico, o simplemente hilo de pescar.
Dadas las características de los materiales, los costos de producción son considerablemente menores al de una prótesis común, lo que nos devuelve a los principios sociales del proyecto.
Mientras el costo de una pieza oscila entre los Bs 1000 y Bs 2.000, la tecnología 3D ofrece un producto con las mismas características y funciones, por alrededor de Bs 300, haciendo que aún en las familias de escasos recursos, el dinero no sea una limitante para mejorar su calidad de vida.
“Para nosotros no significa nada hacer esto, pero para una persona que ha perdido una parte de su cuerpo, es darle una nueva oportunidad. Es liberarla de la carga que tenía”, resalta.
La responsabilidad que cargan en sus hombros los jóvenes es incalculable, pues no solo se trata del compromiso asumido con la salud y en la calidad de vida de las personas que usan o usarán sus prótesis; es una pesada mochila que carga los sueños, la ilusión y la esperanza de cada uno de los pacientes que aspiran a poder llevar una vida diferente.
“Es una mezcla de sensaciones”, dice Alejandro bajando la mirada y observando nuevamente el implante terminado sobre la mesa de su casa.
Las prótesis mecánicas son solo una batalla dentro de una gran cruzada, pues los jóvenes de Miracle, esperan tener listo un prototipo electrónico hasta finales de 2018.
A diferencia de las mecánicas, las prótesis electrónicas trabajan con sensores de pulsos musculares que reconocen el movimiento, haciendo que la mano se mueva abriéndose y cerrándose, con la fuerza restante de los músculos que aún posee la persona.
Ya sea mecánica o electrónica, cada prótesis es única y hecha a medida, por lo que cada una lleva un código que la identifica al que le corresponde una ficha técnica. Así, en caso de tener que fabricar nuevamente alguna parte, con esta identificación, los muchachos pueden saber con exactitud de qué prótesis se trata, a quien pertenece y cuáles son sus dimensiones.
El material también permite que cada prótesis sea casi una obra de arte, pues estas pueden ser fabricadas de un color simulando el de la piel, o de diferentes colores, permitiendo que sobretodo cuando se trata de niños, estos puedan volar con su imaginación con una mano verde, como la de Hulk, o una roja con azul, como la de el Hombre Araña.
Un material bondadoso
Una de las principales características del plástico con el que realizan las impresiones 3D de éstas prótesis, es que es biodegradable, haciendo que al convertirse en deshecho, no contamine el medioambiente debido a que se degrada fácilmente en el agua y el óxido de carbono.
El PLA es un termoplástico que se obtiene del almidón de maíz, yuca o caña de azúcar. El filamento de plástico es un orificio de la impresora donde se calienta, para luego ser esparcido por un pico que deja un trazo de plástico, siguiendo el patrón de la pieza diseñada digitalmente en formato 3D.
Con el programa de diseño abierto en la computadora, el joven estudiante de medicina explica que la máquina superpone una capa de plástico sobre otra, en un proceso aditivo, hasta formar la parte, que puede ser rellena o ahuecada.
“Nosotros las hacemos rellenas, sólidas, para que sean resistentes”, agrega.
Como cada una de las piezas, el proyecto es sólido y aspira a completar su cruzada entrando en el mercado de las prótesis, con impacto prioritario en los sectores más vulnerables de la sociedad.
La impresión 3D…
La impresión 3D es un grupo de tecnologías de fabricación por adición donde un objeto tridimensional es creado mediante la superposición de capas sucesivas de material.
Las impresoras 3D son por lo general más rápidas, más baratas y más fáciles de usar que otras tecnologías de fabricación por adición, aunque como cualquier proceso industrial, estarán sometidas a un compromiso entre su precio de adquisición y la tolerancia en las medidas de los objetos producidos.
Las impresoras 3D ofrecen a los desarrolladores del producto la capacidad para imprimir partes y montajes hechos de diferentes materiales con diferentes propiedades físicas como mecánicas, a menudo con un simple proceso de ensamble.
Las ventas de estos equipos aumentaron a nivel mundial desde el año 2003.