Los pequeños detalles del día a día de la ciudad, fueron reflejados dentro de la colección Presencia Franciscana y Formación Intercultural en el Sudeste de Bolivia Según Documentos del Archivo Franciscano de Tarija.
(VerdadconTinta-diciembre2018) “Los tres primeros tomos son dedicados a la parte colonial de la historia de las misiones franciscanas en Bolivia y los otros cuatro tomos son dedicados a la parte republicana”, explica a modo de introducción el administrador del archivo eclesial, Diego Oliva.
Se trata de una colección que para los amantes de la historia podría equipararse con el oro, pues en el interior de sus páginas se devela la intimidad de la ciudad, sus conflictos y su progreso. Todo contado en primera persona desde la profunda mirada del cronista del convento, quien no permitía que se le escapara detalle de todo lo que acontecía, para posteriormente plasmarlo con su pluma, sobre un lienzo de papel.
El tomo VI de esta extensa edición, es el dedicado a las crónicas. “En el convento siempre había un padre que era el cronista, entonces en tenía que llevar un libro donde anotaba todo lo que iba pasando”, relata Oliva, quien vio tomar forma a esta recopilación de crónicas.
El libro de crónicas empieza a finales de 1800 aproximadamente y llega 1936 aproximadamente, recogiendo datos de los sucedido tanto dentro del convento, como fuera, durante más de 100 años.
Por aquel entonces el convento tenía una relación más estrecha con la ciudad, pues ya se habían creado las obras antonianas, las cuales les permitía tener ojos en diferentes regiones del departamento.
El Padre Lorenzo Calzavarini fue quien puso en marcha el proyecto de estos siete tomos denominados Presencia Franciscana y Formación Intercultural en el Sudeste de Bolivia Según Documentos del Archivo Franciscano de Tarija, y quien decidió dedicar todo un número a las crónicas redactadas desde el convento, que resaltaban diferentes aspectos de la vida en la ciudad.

El trabajo de los siete tomos duró 15 años, pues se tuvo que juntar la información, ordenar la estructura y transcribir los documentos, entre otros. La intención del padre Lorenzo era que estos tomos pudieran ser publicados el año 2006, conmemorando los 400 años de la presencia franciscana en Tarija. Y así fue; los tres primeros tomos fueron publicados el año 2006 y los cuatro restantes, pertenecientes a la era republicana, se publicaron el año siguiente.
Desde sus años de estudio sacerdotal, el padre Lorenzo se había interesado por la presencia franciscana en Bolivia, pero más específicamente en Tarija, por lo que años después decidiría trasladarse desde Italia hasta Bolivia, donde finalmente fallecería en el año 2012.
Su llegada a Bolivia fue a Potosí, desde donde por primera vez pudo conocer Tarija, una ciudad que conocía de memoria, pero sólo por los que contaban los libros que tanto había leído.
“No tuve que corregir nada de los innumerables aspectos que había imaginado. Tarija es el polo opuesto de Potosí. Una ciudad situada a 2.000 metros de altura sobre el nivel del mar, tiene un clima templado. Su población es toda hispano-parlante («castellana») y, sobre todo, la que ha tenido contactos continuos con el Chaco. Los profesores del colegio San Antonio improvisaron un día de campo que concluyó con un chapuzón en el río”, escribiría en padre Calzavarini, según explica el texto escrito por Manuel Gómez.
Luego de pasar unos años en Potosí y posteriormente unos años en Cochabamba, para finalmente llegar a la “ciudad del espíritu”, como describía a Tarija, en 1993.
Estando en Tarija, creó el Centro Eclesial de Documentación, al que le dedicó largas tardes de café y cigarrillos, y al que vio crecer poco a poco, pero con mucho esfuerzo.
Saludos, primeramente felicitarlos por tan grande logro. Consultarles cómo puedo tener acceso a esta valiosa información.
Buenos días querida Ada, te invito a que te des una vuelta por el museo franciscano. Allí se encuentra Diego Oliva y te podrá ayudar con todo gusto.