Las películas de ciencia ficción pusieron a los robots y con ellos a la inteligencia artificial en un lugar apocalíptico, pero hay avances tecnológicos que muestran todo lo contrario, siendo así una esperanza de vida.
Esteban Bayro Kaiser cuando era niño observaba con admiración a su padre, Eduardo Bayro Corrochano, quien era un investigador en el área de robótica, desde ahí, él quería hacer algo igual, usar esa tecnología en un bien común.
Al salir del colegio en Tarija en el año 2000, Esteban decidió estudiar la misma carrera que su padre: Ingeniería Electrónica.
Al no existir esta carrera en Bolivia, se fue a estudiar a Chile, ingresando a la Universidad de Tarapacá en Arica.
Además de la licenciatura, ahí hizo un máster en telecomunicaciones. Sin embargo, él sentía que aún faltaba camino por andar para conseguir su objetivo de vida.
“Una de las áreas que siempre me gustó, era el procesamiento de señales de imágenes y el paso siguiente, era ampliar el conocimiento en inteligencia artificial”, cuenta a Verdad con Tinta, mediante un mensaje de audio mientras se encuentra en la sala de pre embarque de aeropuerto internacional de Viru Viru en Santa Cruz, para retornar a Europa.
La llamada telefónica por la aplicación de WhatsApp no es posible por los constantes cortes, debido a la mala señal de wifi, situación que no ocurre en ningún espacio público del país en el que reside.
Volviendo a nuestra historia, Esteban decidió emigrar al país natal de su madre, Alemania para hacer un doctorado en inteligencia artificial.
“El doctorado lo hice en inteligencia artificial, pero con focos de cómo se pueden utilizar sensores que se llevan en el cuerpo como relojes o camisetas”, cuenta en base a la investigación que inició, misma que le daría el empujón final a su proyecto.
De ahí, es que tiene los suficientes elementos para dar el paso más difícil y arriesgado: emprender.
Creó su empresa: Wear Health, especializada en la aplicación de internet en analítica y datos de seguridad laboral.
“Es inteligencia artificial, pero con focos de cómo se pueden utilizar sensores que se llevan en el cuerpo como relojes, camisetas, qué es lo que se podría medir y a través de eso, detectar problemas”, explica.
La empresa proporciona a sus clientes un análisis de seguridad en tiempo real a los gerentes de la fuerza laboral para anticipar y reducir los riesgos de lesiones de los trabajadores al revelar la detección de caídas, medir los niveles de estrés, además de automatizar la comunicación.
“Ayudamos a compañías industriales a mejorar la seguridad, la salud y la productividad de sus trabajadores con inteligencia artificial y wearables”.
La tecnología wearable o corporal, hace referencia a los objetos de uso diario que llevamos siempre encima, a los que se le ha incorporado un microprocesador, puede ser una prenda de vestir o un reloj.
Los primeros clientes empezaron a ver los resultados cualitativos que a la larga, también fueron cuantitativos.
Con el pasar de los años la empresa fue creciendo y tiene en la actualidad clientes en Alemania y Europa de las áreas de energía, de automotriz y de manufactura.
“Con las analíticas que hacemos, podemos proporcionar información sobre factores de riesgo de seguridad y salud del trabajador en tiempo real. Con esto, hemos conseguido resultados como: poder proactivamente mejorar la seguridad como la salud”, indica el empresario tarijeño.
Los indicadores son por demás elocuentes, pues en las organizaciones que implementaron la aplicación, los trabajadores se sienten seguros y al mismo tiempo, respaldados. Además, la productividad puede ser más eficiente.
“Ayudamos a compañías industriales a mejorar la seguridad, la salud y la productividad de sus trabajadores con inteligencia artificial y wearables”.
Esteban Bayro
Aprovechando la visita a su madre, Mechthild Kaiser, y sus hermanos en su querido San Lorenzo, Esteban decidió compartir su experiencia en Tarija con los estudiantes universitarios.
El empresario dio una conferencia en la Universidad Católica Boliviana, donde más allá de contar su experiencia, dio claves a los jóvenes de cómo emprender en el área de la inteligencia artificial.
“Mi objetivo es compartir mis conocimientos con los estudiantes bolivianos y que sepan que se puede surgir como cualquier otro. Esa es mi motivación para hacer este tipo de conferencias”.
Vio en Bolivia un mercado prácticamente virgen en inteligencia artificial, con un sinfín de oportunidades para los emprendedores.
Incluso hay jóvenes que le pidieron que sea su mentor, a quienes les dio sus contactos para que pueda apoyarlos en sus respectivos proyectos.
La inteligencia artificial ya no es solo ciencia ficción, puede convertir sueños en realidad y dar mejores condiciones de vida, claro, si esta es bien utilizada.