“Empezamos hace más de 7 años; fue una iniciativa que surgió por la necesidad de hacer algo diferente”, dice Andrea María Duran Vásquez, la propietaria de Manos de Azúcar, la pastelería que revoluciona las redes sociales con sus creativos diseños.
Andrea tiene 38 años, vive en Cochabamba y la calidez de su voz viaja por el teléfono rompiendo con la distancia que nos separa en la entrevista, para transmitir su dulzura y la de Manos de Azúcar.
“Comenzamos con mi mamá vendiendo masitas en las cafeterías de las universidades”, dice remontándose a los orígenes de su emprendimiento, el cual empezó en familia y continúa siendo así hasta la fecha.
Andrea cuenta que empezaron vendiendo muffins, mini tortas y pie de diferentes tipos, pero luego les empezaron a pedir cosas diferentes y con más decorado, como cupcakes.
Andrea era receptiva con los pedidos y no tenía miedo a probar nuevas cosas, pues sus creaciones son fruto de su talento y creatividad, ya que nunca estudió pastelería ni nada relacionado al tema.
“En mi casa siempre horneábamos y hacíamos queques y masitas. Siempre había algo rico para comer”, acota.
Los cumpleaños siempre eran una ocasión ideal para hornear y crear divertidos diseños en las tortas, por lo que Andrea no dudaba en hacer lindas presentaciones temáticas para las fiestas de sus cinco hijos.
Con el voz a voz como su mejor aliado, pronto otras mamás empezaron a hacerle pedidos de tortas con diseños para diferentes ocasiones. Conforme aumentaron las ventas, Andrea supo que era momento de complementar su talento con la técnica, por lo que empezó a tomar cursos específicos para llevar sus creaciones a otro nivel. El pintado con aerógrafo, por ejemplo, fue una de las herramientas que aprendió para complementar su trabajo.
Entre sus ingredientes predilectos, el chocolate encabeza la lista, pues la mayoría de sus tortas son forradas con este. “Nosotros trabajamos con chocolate, no con pastillaje ni fondant”, dice dando un valor agregado a su trabajo, pues según los pasteleros, el chocolate, si bien agrega un sabor más agradable a la cobertura, es más difícil de trabajar.
El proceso de aprendizaje del negocio fue desafiante tanto para ella como para la nueva gente que se iba incorporando a Manos de Azúcar, pues con el pasar de los años, se fueron sumando más miembros de la familia a aquel emprendimiento al que habían dado vida madre e hija.
Por supuesto, también empezaron a contratar a más personal que los asistiera en la producción tanto como en la cafetería de especialidad que lleva el mismo nombre, y que abrieron algunos años después como complemento a la pastelería.
La creatividad y la chispa siempre está presente en el proceso de creación e innovación que busca la pastelería, pues, por ejemplo, para el día del padre crearon pequeñas tortas en forma de salteña, acompañadas de una botella de Coca Cola hecha de chocolate.
“Buscamos darle un giro a la típica comida de los agasajos que se hacen por el día del padre”, cuenta Andrea, agregando que la idea se le ocurrió a su esposo, quien está a cargo de la cafetería.
Sus hijos, por su parte, también están presentes en el emprendimiento familiar, algunos ayudan en la atención al cliente, mientras otros disfrutan participando en la producción; en la cocina.
“Justo en las tortas de empanada que hicimos para el día del padre, tenías que ver a mi hijo de 10 años ayudando con el aerógrafo”, cuenta Andrea dejando escapar una tímida risa por el altavoz.
Aunque ahora es una empresa consolidada en Cochabamba y admirada en todo el país, la joven empresaria asegura que empezaron sin tener expectativas ni proyecciones a futuro. “Jamás imaginamos que iba a crecer tanto, ni tan rápido”.