Sin lugar a dudas, el primer episodio fue de reencuentros. La dispersa familia Stark finalmente se reúne en Invernalia, mientras se preparan para reunir al ejercito más grande de todos los tiempos, para combatir a los Caminantes Blancos.
Jon Snow, Sansa, Bran y Arya, finalmente se encuentran en la misma ciudad y bajo el mismo techo, después de casi una década.
Pero no sólo fueron los hermanos quienes se volvieron a ver , sino también los esposos Sansa y Tyrion, los viejos amigos-enemigos Arya y el Perro; y Yara y Theon Greyjoy.
La llegada de Daenerys Targaryen al Norte sin duda alguna fue una sorpresa para muchos fans que no esperaban que el primer episodio empezara de esa forma. La Reyna de los Siete Reinos llega más decidida que nunca a poner fin a la amenaza que afronta Poniente, pero ante el enfrentamiento inminente que presagiaba el final de la temporada 7, este comienzo fue demasiado ‘suave’, sobretodo teniendo en cuenta que esta temporada tendrá sólo seis episodios.
Uno de los momentos más reveladores del primer episodio, fue cuando Jon descubre por boca de Sam, que es el legítimo heredero al Trono de Hierro. ¿Qué hará ahora que lo sabe? Es la gran interrogante, sobretodo teniendo en cuenta el romance entre él y Daenerys. ¿Cómo tomará Daenerys esa información habida cuenta de sus pretensiones a ocupar el Trono de Hierro a toda costa?
Como es de esperar, la serie se quiere guardar sus sorpresas, así que deja muchos hilos en el aire. Los espectadores esperan que esos cabos sueltos se aten a tiempo para un final coherente.
Las expectativas para el segundo episodio son altas, sobretodo porque se cree que el tema principal será la decisión de Jon con respecto a la noticia que acaba de recibir sobre su legitimidad como heredero al Trono de Hierro. ¿Luchará por lo que le pertenece por derecho?