Miles de niños quedan en la orfandad o en casas sin protección, donde se vuelven en víctimas de la violencia del hombre. Diferentes hogares en el país dan cobijo a los niños en situación de riesgo, siendo Aldeas Infantiles una de las organizaciones que mejor ha sabido captar el concepto de dar amor de familia.
Estas aldeas cubrieron un espacio esencial en aquellos niños que lo necesitaban, una gota de amor, fundamental en su vida.
Las “madres y tías” que trabajan en Aldeas, han adoptado a los niños de estos hogares como suyos y con el pasar de los años, orgullosas cuentan de aquellos que hoy se erigen como profesionales.
La educación siguiendo las moral de la religión católica, se muestra intachable y el resultado generalmente es prometedor.
Los hogares les han dado a miles de niños el calor de una casa de una familia, o el sentimiento o la misma piel de una madre.
- Aldeas
La primera aldea infantil en la ciudad de Tarija fue creada en el año 1992. Posteriormente, en el año 1995 apareció el Programa de Fortalecimiento Familiar y Comunitario para la prevención del abandono infantil en esta capital.
- Hogares
En Bolivia, más de 8 mil niños y adolescentes viven en instituciones de acogimiento, es decir, sin cuidados parentales.
Según un estado de situación elaborado en el 2014 y que es la última estadística realizada hasta la fecha, casi el 80% (6.400) cuenta con familia directa o extendida y a pesar de los esfuerzos realizados, no se han realizado investigaciones rigurosas que permitan realizar procesos de reintegración familiar.
Esos entornos familiares ven a las instituciones como una salida o respuesta a las dificultades de cuidado y crianza de sus hijos, porque se encuentran desprotegidos por situaciones de pobreza y violencia.
El Código Niño, Niña, Adolescente establece el acogimiento circunstancial como una medida excepcional y provisional.
La derivación del infante a una entidad de acogimiento constituye una medida de protección excepcional, transitoria y cuando no se pueda aplicar ninguna otra acción; sin embargo, esta normativa no es aplicada a su cabalidad, siendo la internación de un niño a la medida inmediata y en la mayoría de los casos definitiva.
Puede evidenciarse que no se cuenta con una política nacional ni subnacional desarrollada que promueva un modelo de reinserción familiar, alternativas de desinstitucionalización y prevención al abandono, según revela el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).
Según estadísticas recabadas por Unicef, en países de América Latina y el Caribe solo entre el 6 y el 36% de los papás están involucrados en el aprendizaje y crianza de sus hijos de 3 a 5 años, en las madres ese porcentaje oscila entre el 31 al 82%.
Por ello, hoy el ejercicio de la paternidad tiene mayor relevancia que nunca dados los casos de feminicidios, violencia intrafamiliar y lo que ocurre con los infantes y adolescentes en Bolivia, explicó la representante de Unicef, Sunah Kim.
Para la representante de Unicef, el bajo porcentaje de papás que participan de la crianza de sus niños es “escalofriante”, considerando además que en los hogares de menores recursos, el porcentaje de involucramiento está entre el 4% al 22%. En los hogares con mayores ingresos llega a ser del 39%.
“Quiere decir que la mayoría de los papás se dedican a ser proveedores, pero no comparten con sus hijos leer, alimentarlos, el aseo, involucrarse en la crianza”, dijo, cuando la figura paterna tiene que estar presente en dos niveles, primero, en su relación directa desde los cuidados prenatales, nacimiento y crear una relación afectiva, es decir, el hijo tiene que ser algo “real” en la vida de los hombres.
La segunda dimensión es que la participación del papá contribuye a la autoestima, la identidad y la personalidad del niño y lo convertirá en un adulto seguro y confiable.
- Adopción, una nueva esperanza
Luis, o mejor dicho, Luisito, tenía semanas de nacido cuando fue abandonado por sus padres. Aunque los motivos de su abandono no son claros, se presume que fue por falta de dinero o porque el pequeño había nacido con un problema en el pie. Un hogar de niños de Tarija fue su primer hogar, hasta que una pareja de españoles llegó a la ciudad y empezó de manera inmediata su proceso de adopción.
Un año y algunos meses después, Luisito, como le dicen sus padres adoptivos, viajaba al viejo mundo para emprender una nueva vida junto a su nueva familia. La familia que lo eligió de corazón.
Hoy Luis tiene aproximadamente 11 años, vive en España, es un niño feliz y disfruta el día a día junto a sus padres.
Como Luis, cientos de niños son abandonados cada mes por sus padres, o son separados de sus familias por violencia, drogas, u otras situaciones adversas.
La violencia y la pobreza son los factores más comunes por los que los niños son ingresados a los centros de acogida.
Según datos de Aldeas Infantiles S.O.S un millón de niños se encuentran en situación de riesgo porque están al límite de afrontar un proceso de desadaptación familiar o social.
“Hay muchos niños que ya no viven en familia, por causas que podrían evitarse”, dice al respecto Patricia Serrano Ortega, gerente de Aldeas Infantiles en Tarija, en una entrevista anterior con este medio.
Sin embargo, para miles de niños que son abandonados definitivamente, la adopción se erige como una esperanza para vivir en familia.
Unicef recomienda que los niños deben permanecer el menor tiempo posible en las instituciones, por lo que se debe buscar medidas alternativas, para que los pequeños sean integrados a una familia y reciban el cuidado y afecto que necesitan, restituyendo el derecho humano a la familia.
Siguiendo esa línea, a principios de abril el presidente Evo Morales promulgó la Ley de Abreviación Procesal para Garantizar la Restitución del Derecho Humano a la Familia de las Niñas, Niños y Adolescentes, norma que permitirá acortar y reducir los trámites para la adopción.
La norma modificó 23 artículos de código Niño, Niña y Adolescente, haciendo que los trámites que antes duraban de dos a cinco años, ahora duren entre seis meses y un año.
La Ley prevé la creacióndel Registro Único de Adopción Nacional e Internacional RUANI, una base de datos que se utilizará en el proceso para identificar a los niños.
Además de simplificar el proceso, la norma prevé que los padres adoptantes pueden contar con una ‘licencia remunerada’ para asistir a las audiencias y, posterior a la adopción tendrán ‘inamovilidad laboral’.
Los requisitos para que los padres, unidos en matrimonio o en unión libre puedan adoptar a un menor son: certificado de nacimiento, solvencia económica y participar en los cursos de adopción. Al igual que la normativa anterior, la norma vigente establece que se hará seguimiento de dos años para los menores adoptados, ya sea por una familia boliviana o por una familia extranjera.
Este proceso pretende que el flujo de adopciones sea mayor, pues en el caso de la ciudad de La Paz sólo 4 niños fueron adoptados entre 2015 y 2018. Muchos padres desistían ante el extenuante tiempo de espera.
La imposibilidad de concebir es uno de los principales motivos por los que las parejas buscan adoptar.
- Adopción Internacional
Luego de ocho largos años, en 2015, Bolivia reanudó los procesos de adopción internacional con Italia y España. De esta forma, ciudadanos de ambas nacionalidades podrán adoptar a niños bolivianos, siguiendo el estricto protocolo de adopciones internacionales.
En 2018, solo en Cochabamba, nueve niños fueron adoptados por ciudadanos españoles e italianos, cambiando significativamente su vida.
- Suecia, un ejemplo a seguir
En el caso de Suecia, el Estado paga a los papás para que compartan con las mamás 18 meses de su tiempo para criar a los hijos y ello ha generado tal cambio cultural que hoy en diferentes círculos sociales ya es “mal visto” que los padres varones no cumplan con su aporte de tiempo en la atención en el hogar hacia sus niños.
Suecia, Noruega e Islandia tienen las mejores políticas de familia del mundo, según un estudio llevado a cabo por Unicef, que compara la situación en 31 países ricos de todo el mundo y que coloca a España en mitad de la tabla.
El informe de Unicef se basa en un análisis de los permisos para madres y padres como en los servicios de cuidado o educación de los niños de 0 a 6 años, dos factores clave para los pequeños, según la agencia de Naciones Unidas para la infancia.
Según Unicef, en países de América Latina y el Caribe solo entre el 6 y el 36% de los papás están involucrados en el aprendizaje y crianza de sus hijos de 3 a 5 años.
«No hay un momento más crítico para el desarrollo cerebral de los niños y, por tanto, de sus futuros, que los primeros años de vida», apuntó en un comunicado la directora ejecutiva de Unicef, Henrietta Fore, que insistió en que los Gobiernos tienen que ayudar a los padres a crear las condiciones necesarias para sus retoños.
En su informe, Unicef pone el foco en los países de la Unión Europea y de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), puntuando sus políticas, y no analiza la situación en países más pobres.
El ránking resultante, del que están ausentes algunas naciones por falta de datos, está liderado por los países nórdicos, con Suecia, Noruega e Islandia al frente.
Suecia, el número uno, no es el primero en ninguno de los apartados individuales que se tienen en cuenta, pero figura en la parte alta en la mayor parte de ellos.
Por ejemplo, 35 semanas de permiso de maternidad pagado sitúan al país escandinavo en el puesto 17, pero las casi 11 de paternidad en el cuarto puesto y las altas tasas de niños que acuden a centros infantiles siendo el quinto entre los de 0 a 3 años, como el tercero entre los de 3 a 6, impulsan a Suecia a lo más alto.