La nueva Constitución Política no permite la sucesión como ocurría en ese periodo, llegando solo hasta el presidente de la Cámara de Diputados
¿Karma? Pareciera que la historia se repite, pero esta vez al revés, con Evo Morales Ayma del lado del poder estatal denunciando un golpe de Estado y los cívicos exigiendo su renuncia.
Bolivia pasa por un periodo de convulsión después de las cuestionadas elecciones del 20 de octubre de 2019 que derivaron en una serie de protestas sociales por un presunto fraude.
Conforme pasan los días de protesta, los pedidos de los movimientos cívicos y juveniles se van radicalizando.
La última exigencia del líder cívico de Santa Cruz, Luis Fernando Camacho Vaca fue que el presidente del Estado, Evo Morales Ayma renuncie y que en la línea constitucional de sucesión, sea la magistrada tarijeña María Cristina Díaz Sossa, quien asuma la presidencia, al ser “la única que no es masista. Ahí queremos llegar. Eso no se negocia”, declaró el pasado domingo en el Cristo Redentor de Santa Cruz.
¿Karma? Pareciera que la historia se repite, pero esta vez al revés, con Evo Morales Ayma del lado del poder estatal denunciando un golpe de Estado y los cívicos exigiendo su renuncia.
Bolivia pasa por un periodo de convulsión después de las cuestionadas elecciones del 20 de octubre de 2019 que derivaron en una serie de protestas sociales por un presunto fraude.
Conforme pasan los días de protesta, los pedidos de los movimientos cívicos y juveniles se van radicalizando.
La última exigencia del líder cívico de Santa Cruz, Luis Fernando Camacho Vaca fue que el presidente del Estado, Evo Morales Ayma renuncie y que en la línea constitucional de sucesión, sea la magistrada tarijeña María Cristina Díaz Sossa, quien asuma la presidencia, al ser “la única que no es masista. Ahí queremos llegar. Eso no se negocia”, declaró el pasado domingo en el Cristo Redentor de Santa Cruz.
Camacho en un comunicado oficial, reconoció un día después que la nueva Constitución ya no permite una sucesión hasta el Tribunal Supremo de Justicia, llegando solo hasta Diputados, por lo que el pedido ahora se limita al llamado a nuevas elecciones “¡Inmediatamente!”, publicó en su página de Facebook.
Camacho en un comunicado oficial, reconoció un día después que la nueva Constitución ya no permite una sucesión hasta el Tribunal Supremo de Justicia, llegando solo hasta Diputados, por lo que el pedido ahora se limita al llamado a nuevas elecciones “¡Inmediatamente!”, publicó en su página de Facebook.
¿Qué pasó el 2005?
Nos retrotraemos al año 2005, periodo de grandes convulsiones sociales en el país, con ciudades bloqueadas y situadas por campesinos, mineros, obreros como gremiales que exigían la convocatoria a nuevas elecciones, una asamblea constituyente para cambiar la Constitución, además de la nacionalización de los hidrocarburos.
El líder de la oposición en ese entonces era Evo Morales Ayma del Movimiento Al Socialismo (MAS), quien exigía la renuncia del entonces presidente Carlos Mesa Gisbert como la única salida que pacifique al país.
Mesa advirtiendo una posible guerra civil, determinó oficializar su salida.
Carlos Mesa anunció su decisión en un mensaje transmitido por las señales de radio y televisión. «Llegó al límite mi trabajo».
«No estoy dispuesto a matar. Soy hombre de palabra (…) he aprendido profundamente a amar a esta patria», agregó al anunciar su renuncia, haciendo énfasis en la promesa de no mancharse las manos con sangre de bolivianos durante su gestión de gobierno.
Poco después del anuncio, el máximo dirigente del Movimiento al Socialismo (MAS), Evo Morales, dijo que «Mesa no puede seguir gobernando Bolivia» y que su partido, el principal de la oposición, aceptaba la dimisión.
Pero el MAS fue más allá, en ese entonces, no solo era el pedido de renuncia de Mesa, sino de sus potenciales sucesores en el Parlamento.
«Somos un movimiento democrático y vamos a apostar por salidas democráticas y constitucionales, es importante que los dos presidentes del Congreso presenten su renuncia a la sucesión constitucional», declaró a los medios en ese entonces Evo Morales.
Quienes le seguían en la línea eran el periodista cruceño Hormando Vaca Díez (1949-2010+), que era parte del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) como presidente de la Cámara del Senado y el abogado tarijeño Mario Cossío Cortez del Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR).
Morales a la cabeza de la principal fuerza opositora había declarado que pediría que sus potenciales sucesores en el Parlamento también renuncien, por pertenecer a los partidos políticos tradicionales que entraron con la “megacoalición” en 2002.
Contrariamente a lo que ocurre en 2019, los cívicos cruceños apoyaban que Vaca Diez asuma la presidencia, pero los movimientos sociales no dieron tregua en esa ocasión, advirtiendo con masificar sus medidas de presión en caso de que los partidos políticos tradicionales se mantengan en el poder.
La sesión del congreso para analizar la renuncia de Mesa y que dé pie a la sucesión constitucional tuvo que ser movida de La Paz a Sucre por el cerco existente en la sede del Gobierno.
Sin embargo, en Sucre ocurrió lo mismo, los movimientos mineros más los campesinos se trasladaron desde las provincias chuquisaqueñas y potosinas para cercar la capital.
El primer paso de aceptar la renuncia fue fácil, la tarea compleja se venía después.
La oposición a la cabeza de Morales que tenían cercada la capital del país, solo aceptaba que el magistrado cochabambino, Eduardo Rodríguez Velté en la línea sucesoria sea quien asuma el mando.
Vaca Diez había acusado que este accionar en realidad estaba gestando un “golpe de Estado”, pero Evo Morales lo negaba, al decir que estaban apostando por salidas “democráticas”.
Con la advertencia de los sectores sociales movilizados que tenían cercada a Sucre y las fuerzas armadas condicionadas, Vaca Diez decidió desistir del cargo, dejando en manos del presidente de la Cámara de Diputados, Mario Cossío, quien tomó la misma determinación.
Como había solicitado Morales, Rodríguez Veltzé que desde el 2004 era el presidente del entonces Corte Suprema de Justicia –hoy Tribunal Supremo de Justicia- asumió la presidencia el 9 de junio de 2005.
Para el MAS el contexto es diferente
Para el Movimiento Al Socialismo (MAS), no se pueden comparar los sucesos de 2005 con la actualidad, porque la situación política, económica y social era “totalmente distinta”, considerando “legítimo” en esa oportunidad, pedir que Mesa se vaya del poder, debido a la “debilidad de su gobierno”.
El exviceministro de Autonomías, Hugo Siles Núñez del Prado declaró a El Deber que el expresidente vivía un clima de “ingobernabilidad total” y el país atravesaba una grave crisis económica que hacía “inviable” que siga en Palacio.
Para el exviceministro la diferencia está en que Evo tiene “legitimidad” y un “amplio apoyo social”.
Lo que no dijo Siles, fue que en ese entonces el MAS también pidió la renuncia de quienes estaban en la línea constitucional, advirtiendo que de no ser así seguiría el bloqueo a gran parte del país, como ocurre en la actualidad.
Actualidad
Pasaron 14 años de esa caótico 2005, otra vez Bolivia se encuentra convulsionada, pero en este caso, quien denuncia un intento golpista es Evo Morales, mientras que los movimientos cívicos son aquellos que exigen su renuncia, que también pidieron el desistimiento de aquellos políticos que le siguen en la línea constitucional.
En la línea constitucional en caso de renuncia del presiente se encuentran: El vicepresidente Álvaro García Linera, la presidente de la Cámara del Senado Adriana Salvatierra Arriaza y el presidente de Diputados, Víctor Borda Belzu.
La única viable para la dirigencia cívica cruceña en primera instancia era una magistrada. Casi como en el 2005.
En entrevista con radio San Gabriel, el domingo, el presidente dijo que los pedidos de renuncia estaban ligados a una intentona golpista. «Nos ha sorprendido (el ultimatum), pero eso no es golpe (de Estado) a Evo, es al pueblo, ese pueblo humilde de fuerzas sociales, profesionales patriotas. Ya no es tema de fraude, es un tema de golpe” Para Siles la situacion en la actualidad es “muy distinta” ya que Evo Morales no solo cuenta con legitimidad, tambien con un amplio apoyo popular. “El mandato del presidente Evo Morales tuvo una votacion de mas del 60% y el grado de respaldo popular ha sido siempre por encima del 50%. Entonces son contextos muy distintos. En esa epoca (2005) Carlos Mesa no cumplia con la agenda de octubre y habia un pais en franca descomposicion”, agrego.