El sonido de la música clásica despierta cientos de sonrisas de las nuevas generaciones en este lugar, sí, es el particular llamado al recreo en el colegio Felipe Palazón, aquel donde los estudiantes se encontrarán con una mezcla de tonos que rejuvenece a esos juegos de antaño… de siempre.
“La vida escolar no es solo el aula y el espacio académico del aprendizaje”, explica Alma Luz Forte, quien es directora del nivel primario del Felipe Palazón.
Bajo este concepto, puede decirse que el recreo es una de las partes esenciales de la educación, si en el mismo existe un control efectivo, así lo confirma también un estudio de la Universidad de Oregón, Estados Unidos que fue publicado en la editorial científica británica BMC Public Health.
“Este rato de asueto puede ser muy bueno para el desarrollo del niño o, por el contrario, algo desastroso sino se organiza bien”, indica parte de este estudio.
Y la organización se muestra prolija, incluso cuidando detalles como el visual, con las paredes que aparecieron en el inicio de esta gestión llenas de colores con murales que invitan a jugar.
“Jugando y aprendiendo”, es el nombre de los murales que cubren las paredes del patio de este colegio privado de la ciudad de Tarija.
Dicha obra estuvo a cargo de las mentes creativas de los artistas Fabio Terán y Sergio Miranda.
La idea surge de un inusual encuentro que tuvo el gerente general del colegio, Helios Mac Naught, antes del inicio de la gestión, cuando le llamó la atención el trabajo de un muralista.
El gerente sin revelar su cargo, le preguntó al artista qué haría para incentivar el arte si fuese director de un colegio. La respuesta fue por demás motivadora.
El muralista respondió que convertiría al colegio en una galería de arte. Además propuso realizar en los recreos manifestaciones artísticas en vivo.
“Me dijo que quizá a nadie la interesa, pero con un chico que salga inspirado y se dedique a las bellas artes, ‘sería suficiente’”, recuerda el gerente ese sublime momento que le inspiró a dar mano a este proyecto.
El proyecto terminaría de ser una realidad por medio de las gestiones conseguidas ante la gerente regional de Monopol, Claudia Ríos Araoz, que facilitó la pintura de esta marca nacional.
El arte plasmado en las paredes muestra a niños jugando con cubos, con botones, a la tuncuna o pintando. Juegos ajenos a la tecnología de los teléfonos celulares, aquellos aparatos digitales que cuasi esclavizan a sus propietarios.
Las idea no solo se cierra en la presentación de estos murales, sino también en la creación de “recreos creativos”, donde los alumnos tengan la oportunidad de mostrar su arte en vivo, actividad que sería realizada cada mes.
El objetivo es crear puntos de inspiración al interior del colegio, de forma que tengan un impacto positivo en el desarrollo integral de los estudiantes, más allá de las materias que se dan en las aulas.
Los nuevos jardines también forman parte de estos puntos, que entregan “momentos de inspiración”, refieren los educadores.
La música clásica vuelve a sonar por los parlantes, es hora de retornar a clases… el descanso culminó.
Fue un recreo diferente, donde nuevamente los alumnos socializaron entre sí, pese a estar en una era, en que la comunicación es entre miles de personas a la vez bajo la soledad de un pequeño aparato.
En este lugar, la socialización culmina con el apretón de manos y unas picarescas sonrisas.