Los destinos turísticos más cotizados del mundo están vacíos. La pandemia ha frenado la actividad turística prácticamente en su totalidad, y mientras millones de personas se quedan en casa, en los principales atractivos turísticos a nivel mundial, no se mueve ni una hoja.
Como consecuencia, el sector hotelero se ha visto duramente golpeado, con pérdidas de billones de dólares a nivel mundial.
En Bolivia la realidad no es muy diferente, el turismo, una de las actividades más dinamizadoras de la economía, ha sido un caballo de Troya dentro del producto interno bruto (PIB) en la última década, alcanzando los 800 millones de dólares tanto el 2018 como el 2019.
“El año pasado la meta era llegar a los 1000 millones, pero lamentablemente por los sucesos de octubre, que han dado un parón al turismo externo sobretodo, no llegamos”, explica Carlos Rodríguez, quien es vicepresidente de la Cámara Hotelera de La Paz, mientras se dispone a hablar sobre la realidad que atraviesa el sector.
“Nos declaramos en emergencia el 23 de marzo, dadas las restricciones”, cuenta Rodríguez, quien deja en claro que están de acuerdo en que la vida es lo primero, pero necesitan acciones que ayuden al sector, el cual se encuentra paralizado en un 90%.
“Algunos hoteles están atendiendo, pero solo a pasajeros que se quedaron varados en el país tras el cierre de fronteras”, aclara respecto al 10% restante.
Pese a que se envió la declaratoria de emergencia hace más de 25 días, así como una carta al ministro de economía, José Luis Parada, para buscar acciones que alivien al sector, el vicepresidente de la Cámara Hotelera de La Paz confiesa que aún no reciben respuesta de las autoridades en ninguno de los tres niveles de gobierno.
Entre marzo y abril, el sector turístico en general ha perdido cerca de 67 millones de dólares en el país.
“Vemos que las medidas que se han dictado son incompletas e insuficientes, dado que, por ejemplo, en ningún momento tocan el pago de impuestos, el diferimiento en pagos de AFP´s (fondos de pensiones), cajas o subsidios, que son cosas que están afectando el flujo y futuro operacional de los hoteles”.
El presidente de la Cámara Hotelera de Tarija (CHT), Daniel Beccar Díaz, realiza una lectura similar de la realidad, haciendo énfasis en que si bien apoyan las medidas tomadas por el Gobierno para evitar la propagación del virus, rechazan los bonos, a los que describe como “prebendas y medidas populistas”.
Además, resalta que el sector productivo, al que pertenece el rubro hotelero, es el que más necesitaría bonos para mantener su actividad tras la cuarentena, pero no son beneficiarios.
Al igual que el representante de La Paz, Beccar asegura que la Cámara Hotelera de Tarija tampoco ha recibido una respuesta o plan concreto de las autoridades, pese a conversaciones virtuales y charlas que ha sostenido el sector con los representantes gubernamentales.
En Tarija, la baja ocupacional en marzo fue del 70%, mientras que en abril, la misma fue del 100%.
“La pérdida de los últimos dos meses, solo en Tarija, es de aproximadamente 20 millones de bolivianos”, lamenta el presidente de la CHT, resaltando que fuera de fin de año y carnaval, abril suele ser otro mes importante para el turismo en la denominada “capital de la sonrisa”, debido a la Fexpo, las actividades por la efeméride departamental, torneos de golf y congresos que suelen efectuarse durante el cuarto mes del año.
El déficit del sector hotelero a nivel nacional- según estimaciones sacadas por este medio-asciende a los 29 millones de dólares, basados en los ingresos del sector en las gestiones 2018 y 2019.
El turismo nacional a nivel general, puede haber perdido hasta 67 millones de dólares entre marzo y abril.
Si bien la realidad en medio de la cuarentena es dura, la incertidumbre es aún peor. ¿Qué pasará luego del encierro? Lo cierto es que, aunque algunas actividades se reanuden poco a poco después de los primeros días de mayo, el distanciamiento social seguirá vigente en gran parte del mundo, impidiendo visitas masivas, por lo que puede que pasen más meses hasta que la vida turística como la conocíamos hasta ahora, vuelva a la normalidad.
El turismo en Bolivia crece un 9% anual.
“Estimamos que será el primer trimestre del 2021”, agrega Rodríguez sobre el tiempo que tomará el retomar el ritmo que tenían los hoteles hasta ahora.
Con una visión menos optimista, pero tal vez más realista, Beccar estima que recuperar el flujo habitual de turistas tomará entre 2 y 5 años.
Lo que es seguro, es que no solo los hoteles se verán afectados por la baja en visitantes, sino también otros rubros dependientes de la actividad turística, como operadores turísticos, agencias de viaje, restaurantes y aerolíneas.
“De los 800 millones de dólares, apenas el 22% va a hoteles, el resto se distribuye entre operadores o restaurantes”, dice Rodríguez respecto a la repartición del PIB en el sector. “Somos una de las fuerzas que mueve la economía”, resalta.
La meta del sector de cara al 2025, es igualar los ingresos que genera el gas al país, que es de 2500 millones de dólares aproximadamente, aunque los próximos meses serán decisivos para saber si podrán lograrlo.
“Somos optimistas y esperamos que pasada la pandemia pueda darse un rebote en el sector turístico”, agrega.
En los últimos 15 años, el turismo en el mundo ha crecido una escala del 7% anual, mientras que en Bolivia la actividad creció 9% cada año.
“Es la tercera economía que mueve al país”, explica Diego Torrico Meriles, socio propietario de Hostel 3600 en la ciudad de La Paz, un centro de hospedaje especializado en el turismo de aventura.
Sin dejar de mostrar la preocupación, agrega que antes de la cuarentena el turismo en la “ciudad maravilla” estaba en subida, recuperándose del duro golpe que significó para el país el paro de octubre.
Ante la nueva remetida a la economía y al sector, propiciada por el coronavirus, Torrico confiesa que el negocio hotelero se ha vuelto insostenible. “Ahora no puedo recibir a nadie. Debo mutar de negocio”, acota.
“Lo ahorrado y trabajado en años se está yendo en esta crisis mundial”, lamentó.
Desde su punto de vista, sus alternativas son: cambiar de negocio, o sumarse a la lucha contra la pandemia en el país.
“Muchos hospedajes se vuelven centros de aislamiento, pero eso debe coordinarse con el Gobierno”.
Gobierno
La ministra de Culturas y Turismo, Martha Yujra Apaza, reconoció la cruda realidad que está viviendo el sector en todo el país, como resultado de la cuarentena.
“No solo son los hoteleros, sino todos aquellos trabajadores o funcionarios que dependen del turismo”, respondió la ministra a Verdad con Tinta en un contacto telefónico.
Yujra indicó que mediante videoconferencias se está reuniendo con los ministros de turismo de la región para buscar soluciones que den un empuje al sector cuando termine el tiempo de cuarentena.
Agregó que saldrá una resolución internacional de apoyo al sector turístico del que Bolivia forma parte, con un plan de acción a favor de quienes dependen de este sector en Latinoamérica. “No solo será de Bolivia, sino a nivel de otros países”, recalcó.
Hoteles en tiempos de pandemia
Pasillos que antes estaban llenos de rostros felices de turistas que se disponían a conocer la “Ciudad Maravilla”, pasaron a estar vacíos en cuestión de días. En las alborotadas salas de desayuno, prima un eco melancólico.
Sin embargo, hay otros centros turísticos que se están adaptando a esta época, como indicaba uno de los empresarios del rubro.
El 2019 el turismo ha representado 800 millones de dólares del Producto Interno Bruto (PIB)
Por ejemplo, cuatro recintos hoteleros en La Paz abrieron sus puertas para convertirse en centros de aislamiento de pacientes con COVID-19, tras llegar a un acuerdo con la Alcaldía paceña.
Uno de estos centros habilitados fue el hotel Real Plaza, cuyos ambientes fueron alquilados para un año donde la Alcaldía paceña proyecta albergar hasta 14 000 personas sospechosas o que presenten síntomas leves.
Otros hoteles en el país también están tomando la iniciativa de negociar con los gobiernos locales para convertirse en centros de aislamiento, como una forma de contrastar las pérdidas económicas que están sufriendo.
El empresario Diego Torrico, dijo que esta es una alternativa que estuvieron tratando en el sector en diferentes reuniones que están sosteniendo con representantes del Estado, aunque sigue siendo grande la “incertidumbre”.
En Tarija, existen moteles que fueron habilitados para convertirse en centros de aislamiento de personas que están llegando del extranjero.