Caracterizado por fiebre, ojos rojos, erupción cutánea, presión arterial baja, problemas gastrointestinales, así como hinchazón y enrojecimiento de labios, lengua, manos y pies, entre otros signos de inflamación, este síndrome ha sido tildado como una “rara dolencia infantil”, por la Organización Panamericana de la Salud.
Los principales casos han tenido lugar mayormente en España e Italia, los países más afectados por el virus en Europa; sin embargo, otros países, como Estados Unidos, Ecuador, Inglaterra y Bélgica, también confirmaron casos de este tipo. Aunque no hay certezas, se cree que están relacionados con el COVID-19.
Unicef, entre otros organismos internacionales que velan por el bienestar de la infancia, ha informado que “muchos de los niños que sufren este síndrome han dado positivo en las pruebas de COVID-19. Sin embargo, no se sabe con certeza si la infección por coronavirus es la que está desencadenando esta condición”.
Según la Organización Panamericana de la Salud, los cuadros clínicos que se han desarrollado en estos niños, es similar al de la enfermedad de Kawasaki y el síndrome de shock tóxico. Todos estos síndromes o enfermedades derivan, en los casos más agudos, en la insuficiencia multisistémica, la cual se origina cuando dos o más órganos dejan de funcionar.
Por su parte, la Organización Mundial de la Salud, informó que “las hipótesis iniciales, basadas en los resultados de pruebas iniciales realizadas en el laboratorio, apuntan a que este síndrome puede estar relacionado con la COVID-19. Los niños han sido tratados con antiinflamatorios, incluidos corticoides e inmunoglobulinas por vía parenteral”.
De acuerdo a este organismo, el síndrome puede presentarse en personas de 0 a 19 años, aunque informes médicos de Estados Unidos y Europa develan que los casos se presentan especialmente en niños de 0 a 5 años.