Aunque su trabajo por la educación, derechos sexuales, prevención de la violencia y desarrollo integral de la niñez, ha dejado una huella profunda en las regiones más vulnerables del país, donde ha cambiado la vida de cientos de niños, en un escenario marcado por la pandemia, la organización no gubernamental (ONG) encara nuevos desafíos.
Emma Donlan se encuentra a la cabeza de Plan Internacional en Bolivia desde hace dos semanas, aunque su paso por la institución es corto, la respalda una trayectoria de 20 años promoviendo los derechos de las mujeres y la niñez en Bolivia, a través de diferentes organizaciones.
En esta entrevista, hablamos sobre su recorrido, los 51 años de trabajo de Plan Internacional en el país y los desafíos que encara la niñez en el escenario actual, en el que la pandemia se traduce en una amenaza no solo para su vida, sino para sus derechos.
¿Qué significa para usted asumir el liderazgo de Plan Internacional?
Para mí es como un sueño hecho realidad el poder combinar mi vida profesional con mi compromiso como activista de los derechos de las mujeres y la niñez en Bolivia, trabajando con las comunidades más marginadas con las niñas y los niños, para promover sus derechos. Para mí es una gran oportunidad para hacer la diferencia.
¿Cuál es el trabajo que realiza Plan Internacional en Bolivia?
Plan Internacional llegó a Bolivia hace 51 años; durante este tiempo, hay mucho para celebrar.
Plan ha llegado a tres millones de niños y niñas durante estos años, trabajando con más de 2000 comunidades e implementando proyectos que buscan promover los derechos de la niñez y la igualdad para las niñas.
Ahora estamos en un contexto muy complicado y realmente veo que nunca ha sido más importante el trabajo y el mandato de Plan Internacional en Bolivia. Muchos de los logros que hemos visto en términos de los derechos de los niños y las niñas están realmente en riesgo de sufrir retroceso como consecuencia de esta terrible pandemia que estamos viviendo.
Los niños ya no están yendo al colegio y en las familias más pobres, sobretodo en áreas rurales, hay el riesgo de que muchas niñas no vuelvan al colegio como consecuencia de la recesión económica que no solo vive Bolivia, sino que toda la región va a sufrir en los próximos meses.
La recesión económica se traduce en la posibilidad de que pueda haber más presión en la familia para que los y las adolescentes dejen sus estudios para contribuir a la economía familiar. Es muy importante que se queden en el colegio porque si no, se pueden socavar sus oportunidades y potencial para el futuro.
Por esto, tenemos que luchar más que nunca por los derechos de las niñas y los niños.
¿Cómo Plan Internacional ha adaptado su trabajo para seguir llegando a las comunidades?
Durante los últimos meses hemos tenido que cambiar la manera en la que estamos trabajando. Aunque ha habido dificultades, también hemos visto mucha creatividad con el uso de tecnologías. Esto nos ha permitido llegar a beneficiar y trabajar con más de 180 mil personas para entregar kits de higiene y de alimentación, para satisfacer sus necesidades más urgentes en estas semanas.
Plan siempre reconoce que no puede trabajar solo. Uno de sus lemas es: “Juntos y juntas hacemos cambio”. Estamos trabajando muy de cerca con las organizaciones comunitarias, con gobiernos municipales y entidades del Estado, para llegar a las comunidades más alejadas en términos de logística para hacer llegar estos kits y estamos muy agradecidos por todo este apoyo.
En términos de tecnología, ha sido muy bonito, porque trabajamos con jóvenes en programas de concientización sobre sus derechos de salud sexual y reproductiva y también en proyectos relacionados al ‘emprendurismo’.
Tuvimos programados varios talleres y capacitaciones y todo esto se ha trasladado a las plataformas virtuales. Hemos estado utilizando plataformas como Zoom y WhatsApp para llegar a los jóvenes, que son muy “capos” para utilizar las tecnologías y lo han aprovechando.
La verdad es que seguimos viendo grandes avances en este proyecto a pesar de no poder tener talleres presenciales.
¿Están pudiendo llegar con los talleres a las zonas rurales, donde se centra la mayor parte del trabajo de la ONG?
Si, en la mayor parte sí. En los proyectos de jóvenes hemos podido llegar y creo que es un gran reto para el futuro, el ver cómo podemos extender nuestro alcance a las comunidades en las que no están con conectividad.
Creo que todos estamos viendo qué importante es tener este acceso a internet, que nos abre una ventana al mundo, a oportunidades de educación y de intercambiar información.
Pero también hay riesgos, porque el internet no siempre es tan positivo. Vemos que hay muchos problemas de acoso sexual que afecta más que nada a las niñas, entonces hemos aprovechado este tiempo también de trabajar sobretodo con las adolescentes, para identificar estos riesgos y hacer una llamada para que el internet sea un espacio más seguro para las niñas y las adolescentes en Bolivia
¿Cuáles son los desafíos que afronta Plan Internacional en este escenario marcado por la pandemia?
Bueno, algo que nos preocupa muchísimo y que estamos trabajando en alianza con varias otras organizaciones, es el incremento en la violencia que están sufriendo los niños, sobretodo durante esta cuarentena.
Hemos visto un aumento muy preocupante, por ejemplo, en el número de casos de violación de niños y niñas. Hasta la fecha, este año, tenemos más de 400 casos de violencia contra los niños y 40 infanticidios. Por eso estamos trabajando mucho en este tema para sensibilizar sobre sus derechos y también en los entornos familiares, promoviendo la crianza con cariño, sin violencia y trabajando con las unidades educativas para que los niños se sientan seguros en su retorno al colegio.
Creo que hay muchos retos en adelante y realmente a nosotros, en nuestro aniversario 51, nos gustaría convocar a la sociedad, autoridades y organizaciones sociales, para que sumemos esfuerzos para trabajar promoviendo los derechos de la niñez y la igualdad de nuestras niñas.