Se acabó el tiempo de campañas electorales para las elecciones sub-nacionales del 2021; ingresamos en silencio electoral para que la población “piense detenidamente a quién beneficiará con su voto”. Gran descanso
En el recién concluido mes de febrero y en estos primeros días de marzo, no faltó el baile en los diferentes departamentos del país, las aglomeraciones y convocatorias de las diferentes agrupaciones políticas y sus candidatos en su afán de hacer notar su presencia con mensajes que de alguna manera señalan “aquí estoy; soy la mejor opción para conducir la nave de la Alcaldía o de la Gobernación”.
En su afán de granjearse el voto que los lleve al sitial que aspiran, a los políticos lo que menos importó fue la pandemia y los riesgos que significaron los actos masivos; total ¡¡¡a quién le importa!!!
Para este efecto, coloridas banderas (chillones colores, muy de moda), música a todo volumen (por cierto desagradable, tanto en armonía como en letras) inundaron las calles y plazas de las ciudades; los candidatos con sus adherentes abrieron lo que se denominan casas de campaña (un garaje, unas cuantas sillas, banderas con los colores de la agrupación y el infaltable equipo de música para atormentar al vecindario) en la mayor cantidad de lugares posibles, en todos los barrios de la ciudad y de esta manera hacer notar que son muy populares y tienen aceptación y presencia en todas las zonas.
Por último y no menos importante camionetas, jeeps y todo vehículo posible forrados con las banderas y sus colores asimismo cargadas de potentes equipos de audio circularon por la ciudad haciendo tronar sus equipos con la música de sus candidatos, sin tomar en cuenta si por las calles por las que circularon había algún centro hospitalario, oficinas y lo menos importante ciudadanos que no desean escuchar sus desafinadas canciones de campaña. Por supuesto que hay que hacer notar que hubo candidatos que hicieron mayores galas de RUIDO (contaminación acústica).
En cuanto a propuestas electorales, la pobreza, el desconocimiento, la falta de creatividad e incapacidad generalizada ha sido proverbial.
Se ha podido ver algunos “debates” y entrevistas por tanto escuchar las propuestas “más destacadas” de los candidatos.
Los diferentes candidatos han desarrollado un listado genérico de acciones que ellos suponen que es lo que debe hacerse en las ciudades, en los departamentos y de esta manera obtener el apoyo del electorado.
Estoy seguro que se coincidirá en que un listado de acciones que las recibieron de oídas no constituye un plan, no es una visión de desarrollo, no es una estrategia.
La mayoría de los candidatos mostró falta de conocimiento de la realidad de los problemas, y asimismo visión, es decir capacidad de generar utopías, proponer futuro hacia el cual marchar con determinación; utopías con las que enamorar y persuadir, conmover y movilizar; capacidad para actuar a gran escala; se contentaron con chapotear en charcos de aguas poco profundas; no son capaces de dar la talla para el sitial que aspiran.
De acuerdo a preceptos desarrollados por el más grande orador y maestro de la retórica, Cicerón, señala en el Orador que todo discurso debe ser capaz de enseñar, convencer y conmover.
La verdad es que poco o nada fue lo que mostraron los candidatos, se ha podido ver que los discursos desarrollados han sido sólo un amontonar de temas e ideas inconexas ausentes de argumentos destacables y válidos.
Para convencer se requiere conocer de manera seria y profunda los diferentes problemas y enfermedades que aquejan a nuestras ciudades y departamentos; cuando les tocó abrir la boca, quedó al desnudo su fragilidad, ignorancia acerca de los diferentes tópicos. Sus explicaciones no fueron otra cosa que una sucesión de palabras y frases que si bien pueden reflejar buenas intenciones, sonaban y demostraban estar desarticuladas e incoherentes, total confusión.
No tuvieron contenido, no se desplegaron con la fuerza de las pruebas técnicas de los argumentos ni del conocimiento mismo de lo que significa hacer gestión.
Por último, y no menos importante, se pudo percibir falta de emoción respecto a sus propuestas; ninguno tuvo el talento de mostrar emoción y pasión respecto a sus propuestas, no han mostrado convicción (convencimiento) acerca de sus planteamientos.
Si ellos no creen en lo que proponen, porque no lo entendieron, ¿cómo pueden esperar que otros puedan creer en ellos?
Han pretendido encandilar las mentes de los votantes complaciéndolos y ofreciéndoles todo tipo de ruidos, colores y pocas ideas.
No esperemos mucho del que llegue, es todo lo que ha podido producir nuestra educación (Colegios y Universidades).
Un verdadero análisis de nuestra triste realidad.
Muy cierto, refleja toda nuestra frustración como electores
Muy bien estimado Cocolo