Un campesino rústico e idealista que vive frustrado en su pueblo Rosillas, es uno de los personajes que aparecen en esta historia en la que se entremezcla la realidad con la ficción, donde reflotan problemas como la falta de agua, las telarañas del poder que se van armando desde lo más bajo hasta el punto más alto de gobierno.
Con una trama que promete no dejar indiferente a nadie, el film que se encuentra en la etapa de Work in Progress y que se espera que se estrene este 2021 en las salas de cine del país, ha conseguido un nuevo galardón en el Santiago International Film Festival, mismo que le permite ingresar de manera directa al Festival de Cine de Málaga.
“Esto nos abre las puertas a Europa y denota una intención del Festival de Cine de Málaga de que destaquemos en ese festival”, explica el director y guionista tarijeño, Alejandro Quiroga Guerra, quien se encuentra a la cabeza del proyecto.
Esta es la segunda vez que “Los de Abajo” queda seleccionado para participar en el prestigioso festival español; la primera fue en la etapa de desarrollo y en esta ocasión, lo hace en la etapa de post producción.
Para el productor Álvaro Olmos Torrico, esta es una oportunidad de poner a la película en la “vitrina del mercado internacional”, para lograr un estreno como el que esperan en el futuro.
Aunque este se trata de su primer reconocimiento en la etapa de post producción, Los De Abajo también ha ganado como mejor proyecto en el Bolivia Lab en 2014 y mejor guión en 2015, el Premio Eduardo Abaroa en 2017 y el concurso de guion de Ibermedia también en 2017.
Además, en 2018 el film también ha recibido el fondo de Ibermedia para la coproducción de la película.
Para Olmos, su éxito se debe al “minucioso” trabajo que realiza el equipo pese a todas las dificultades que tuvieron que surcar en los últimos dos años.
Sobre el estreno, Alejandro expresa su deseo de realizarlo este 2021, aunque asegura que en pandemia no es lo que tenía proyectado. “Se ha convertido en algo muy triste estrenar en estos tiempos”.
“Los espacios en los festivales se han reducido y las selecciones también, entonces las posibilidades también son menores”, lamenta el cineasta, aunque reconoce que la promoción de contenidos en streaming sí ha crecido.
El cine en Bolivia
En el caso boliviano, Quiroga evidencia que la pequeña industria cinematográfica que se empezaba a gestar en el país, ha sido duramente afectada por la pandemia y por la coyuntura política.
Prueba de aquello es que mientras en 2019 se logaron cerca de una veintena de films, en 2020 no se elaboró ni una sola producción en el país.
Además, lamenta la falta de apoyo de las autoridades, con el cierre del Ministerio de Culturas durante el Gobierno de Jeaninne Añez Chávez, la anulación del fondo de Intervenciones Urbanas y el Fondo de Fomento al Cine y Arte Audiovisual Bolivianos, el cual no llegó a concretar ni siquiera su primera convocatoria.
El Premio Eduardo Abaroa fue otro de los fondos de fomento a la producción artística que quedó en pausa durante el 2020.
Aunque durante el Gobierno de Luis Arce se reactivó el Premio Eduardo Abaroa, no se están cumpliendo los compromisos con organizaciones como Ibermedia, lo que pone en riesgo el financiamiento para los cineastas.
Según explica Quiroga, la deuda no ha sido pagada en los últimos dos años (2019-2020), poniendo al país en el riesgo de ser expulsado del Convenio Internacional de Cine de Ibermedia por esta causa. «Es una de cal y una de arena», lamenta sobre la situación.
“Soy ganador del fondo 2020 de Ibermedia y la notificación nos ha llegado con un ultimátum que dice que si Bolivia no paga, no recibimos ningún contrato. El dinero que hemos ganado pende de un hilo”, agrega sobre los recursos que serían destinados a un nuevo proyecto del cineasta; una serie co-escrita con Mauricio Zeballos.
“He visto, como nunca, películas bolivianas que vale la pena verlas, pero no hay una plataforma ni posibilidades en las salas de cine como lo había antes”, concluye el cineasta.
El tema del arte y la cultura en nuestro país no recibe la atención que se da en paises más desarrollados y de mayor riqueza material, que han asumido que estos aconteceres que regocijan el espiritu y el intelecto, por que justamente somos un país pobre materialmente y también cohabita «pobreza de espíritu»en muchos de los gobernantes que son y han sido. Estas pobrezas me hacen recuerdo a un caso simil en la malahadada salud publica en pandemia: Los famosos respiradores. Por una parte compramos con nuestra pobreza material algo que no servía y para redondear se lo hace cayendo en lamiserable pobreza de la corrupción. Hay similitud, pero esto último es más grave, porque se trata de un tema de vida. Quiero ponderar y felicitar por el trabajo de información y opinión veraz que realizan con este tipo de publicaciones. Un abrazo.