Rigoberto Choque y Mario Copana son dos personas de talla baja que cosecharon grandes logros en los últimos años, tanto en el ámbito político, como deportivo y educativo.
Mario Copana, autoridad infantil
“Ya nadie lo mira raro en el colegio”, relata Lizeth Pérez, madre de Mario, mientras nos guía en un recorrido por la unidad educativa Julio Calvo, donde asiste su hijo. Además de ser mamá, ella es la presidenta de la Asociación de Personas de Talla Baja en Tarija.
“Él es considerado un líder en su curso, en el colegio… también por el trato que le brindan los profesores y sus compañeros ha podido tener una buena relación con todos”, dice.
Las dificultades que aún debe atravesar Mario al ser una persona de talla baja, según Lizeth, están “sobre todo” en el aspecto arquitectónico de la ciudad, pues no existe “inclusión” cuando asiste a una institución pública, a una entidad financiera, a un mercado u otros espacios.
“La ciudad no está adaptada para ellos, son de talla baja y sufren en espacios como baños, parques, incluso en el transporte, les cuesta subirse a un micro o a un taxi, aún nos falta, pero ellos se dan los modos para adaptarse a todo”.
Uno de los avances para la inclusión de personas de talla baja en Tarija está en el área de la educación, tomando en cuenta que actualmente las unidades educativas ya están más preparadas para recibir a personas con discapacidades, según relata Lizeth desde su experiencia.
Mario asegura que el colegio al que asiste es un espacio al que puede llamar un segundo hogar, por el trato que recibe de sus compañeros y sus profesores.
Su liderazgo no tiene medidas. Mario es presidente de su curso y actualmente ocupa el cargo de concejal infantil en Cercado.
Según cuenta, en primaria debía escapar de las miradas extrañas de sus compañeros e incluso de padres de familia, debido a su baja estatura. «Los estudiantes mayores lo golpeaban, al punto en que un día, llegó empapado de sangre en el rostro», recuerda Lizeth.
“Ahora todo cambió, todos me tratan bien, como a una persona normal. Cuando estaba en primero, había chicos que se reían de mí, que me pateaban, pero luego se dieron cuenta de lo que estaban haciendo y me pidieron perdón”, cuenta el joven.
Mario describe que en las calles aún hay personas que lo miran raro. “Me siento especial por mi altura, pero en el buen sentido”, relata Mario mientras sujeta su banda rojiblanca de autoridad infantil.
Mario es el mejor alumno del colegio Julio Calvo, y presume este logro con la sonrisa que lo caracteriza.
Sus propios compañeros lo eligieron para ser autoridad infantil, no solo por sus buenas notas, sino también por su “gran carácter”.
Eduardo Celis es profesor de música en el colegio Julio Calvo y describió el talento de Mario en su materia.
“Como profesores no tenemos ninguna dificultad, no hay un trato especial. Él se adecua a un pupitre normal, pero debería tener uno un poco más bajo para que le sea cómodo. Acá tenemos plataformas para que pueda subir bien a las aulas y desplazarse”, explica el docente.
Contar con un profesional psicólogo en los colegios es una prioridad, sobre todo cuando existen casos como el de Mario, donde ya se registraron actos de maltrato escolar o bullying, pero este colegio carece de uno.
“Nos sentimos orgullosos de que no han discriminado a Mario. En el colegio nos falta mucho por hacer, a la Alcaldía le pedimos un psicólogo ya, y ojalá contraten a uno; para estos casos es esencial un profesional en el área que nos ayude a enfrentar cualquier obstáculo que pueda tener el estudiante”, indica Isabel Quispe, presidente de la Junta de Padres de Familia del colegio Julio Calvo.
Rigoberto Choque, selección boliviana de talla baja
La preparación física y exigencias que implican integrar una selección boliviana en cualquier disciplina deportiva, requiere dedicación, sacrificios y mucho entrenamiento, tanto físico como mental.
Esa es la rutina de Rigoberto Choque Pantoja, quien ocupa uno de los puestos en la selección boliviana de talla baja de futsal.
Rigoberto estudia en el colegio San Bernardo y tiene 14 años.
“En el colegio me tratan normal pero, por ejemplo, el pupitre es incómodo, el kiosco es muy alto y cosas así. La ciudad debería ser más inclusiva en todo sentido”, cuenta.
Al igual que a Mario, para Rigoberto las dificultades diarias están en el transporte, sobre todo cuando se trata de subir a un micro, debido a la altura de sus gradas, pero también tiene dificultades cuando ingresa a un baño porque los lavamanos no están a su altura.
“Las políticas públicas no avanzan en Tarija, la inclusión tampoco. Ahora es un orgullo para mí estar en la selección boliviana junto a cuatro tarijeños, yo soy el más joven; a finales de noviembre tenemos que viajar a Colombia para el campeonato”, resalta.
“Sin importar la estatura todos deben tratarse igual, porque todos tenemos sentimientos y corazón”, cierra la entrevista el joven deportista.
Asociación de Personas de Talla Baja
La Asociación de Personas de Talla Baja fue creada el año 2013 en Bolivia, una organización sin fines de lucro que tiene representación en La Paz, Santa Cruz y Tarija.
Esta organización agrupa a las personas de talla baja, padres de familia y médicos, con el fin de proteger y apoyar a los integrantes de esta población.
La asociación pretende llamar la atención de la sociedad de los problemas que afrontan las personas de talla baja; demandar al Estado y a la sociedad en general por un trato justo conforme establece la Constitución Política del Estado, las leyes y los valores éticos morales de la sociedad en bien de todos sus asociados.