Arropada por el olor a óleo que impregnaba los pinceles de su padre, y por peculiar olor que emanaba de los libros de su madre, Alicia Valda Ampuero creció en un ambiente donde el arte y la creatividad convivían en intensa calma en su cotidianidad.
Paradójicamente, fueron aquellos los factores que la motivaron a convertirse en ingeniera industrial, convenciéndose de que, desde allí, podría crear sin límites, como lo hacía su padre con los pinceles, y dejar volar su imaginación, como lo hacía su madre a través de la filología.
Inspirada en una tradición familiar, en la que las hojas de banano eran utilizadas como una forma de festejo a través de la gastronomía, Alicia dio vida a Banana Pack, un emprendimiento que hoy se erige como una solución “made in Bolivia”, ante los plásticos de un solo uso.
“Era una receta que mi papá hacía siempre en las celebraciones familiares, que se llama pescado chapapeado, el cual es envuelto en hoja de banano, condimentado con distintas especies y cocido a la parrilla”, explica la gerente general de la empresa.
Aquellas celebraciones, en que los comensales buscaban hojas de banano para replicar la receta, llevaron a Alicia a pensar en el potencial que había detrás de aquella tradición familiar. Aunque en aquel entonces, no se imaginó que aquella pequeña iniciativa, se convertiría en algo que podría cambiar el mundo, o al menos aportar para convertirlo en un lugar mejor.
“Fue mirar para adentro para darme cuenta que había un mercado, porque ya había gente solicitando esto”, agrega sobre los orígenes del emprendimiento o la start up.
Banana Pack nació el año 2020, en medio de la pandemia de covid-19, como un producto orientado al sector gastronómico, ofreciendo una opción ecológica a las tradicionales envolturas de alimento, generalmente hechas a base de aluminio, papel o plástico.
Una de las particularidades de la hoja de banano, es que ésta posee un 8% de látex en su composición, favoreciendo su tolerancia tanto en altas como bajas temperaturas, convirtiéndola en un producto idóneo, tanto para congelar alimentos, como para cocinarlos en ella.
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Aunque Banana Pack nació como una solución ecológica enfocada al sector gastronómico, utilizando las hojas de banano, ya sea como envoltura para la cocción de alimentos, o de manera ornamental a la hora de presentarlos en la mesa, ahora la empresa da un paso más, hacia la transformación de la hoja para promover lo que denominan como “eco merchandising”, es decir, productos publicitarios y promocionales que son respetuosos con el medio ambiente.
Gracias a su participación en el HUB 7 Entrepreneurship, Alicia logró firmar una alianza con la Unidad de Transferencia de Tecnología (UTT) de la Universidad Mayor San Simón, en Cochabamba, a través de la cual se encuentra desarrollando una tecnología de biopolímeros en coautoría. Esta tecnología permitirá utilizar los polímeros obtenidos del deshecho de la hoja de banano, para crear una alternativa ecológica a los plásticos utilizados en la industria publicitaria: letreros, láminas, bolsas o manillas para festivales, los cuales representan casi el 70% de los deshechos plásticos en los vertederos, según explica, ya que son plásticos de un solo uso.
HUB 7 Entrepreneurship es una comunidad de innovadores que busca solucionar problemas reales en economías emergentes.
Con el proyecto en la fase de construcción de la maquinaría, Alicia espera lanzar los primeros productos entre finales de 2023 y principios de 2024.
Siguiendo sus principios ambientales y promoviendo una economía circular, la empresa trabaja con productores de la comunidad de San Pablo, ubicada en la zona fronteriza entre San Cruz y Beni, donde utilizan alternativas sustentables a los pesticidas.
Banana Pack trabaja con diez familias de la zona y aspira integrar a más productores de todo el país, conforme aumente la demanda de la producción, gracias a este proceso de industrialización que encara la empresa a través de la utilización de polímeros.
La empresa recupera 24 toneladas de deshecho de hoja de banano por mes, de las cuales utiliza aproximadamente el 80%. “De cara a la producción industrial, estamos pensando recuperar 190 toneladas mensuales”, aclara la joven emprendedora, emanando sencillez y calidez.
Sin embargo, la empresa no recoge el total de los deshechos de los campos de cultivo, porque la producción, aún tradicional en Bolivia y libre de intervención de semillas genéticamente modificadas, así lo requiere.
“Cuando sale un brote, hay que dejarlo crecer, da el fruto y se corta una mitad de la hoja, la cual se traslada a un espacio para que se descomponga”.
Explica que ese corte se hace para que el siguiente brote pueda crecer, mientras que el que está más grande dé fruto “y se genere un ciclo circular”, agrega con amplio dominio del tema.
Este método de trabajo hace que los productores necesiten aproximadamente el 20% de los brotes para abonar sus tierras, según los estudios realizados por la empresa.
Al margen de las soluciones que ofrece la empresa ante los residuos plásticos de la industria publicitaria, la intervención de Banana Pack también reduce la emisión de gases que otrora serían desprendidos a la atmósfera por el exceso de hojas en descomposición.
Esta acción también permite a los productores aprovechar de mejor forma sus terrenos para cultivo, ya que necesitan de menos espacio para la descomposición, al reducirla al 20%.
El trabajo con mirada sustentable de la start up, le ha valido numerosos reconocimientos a nivel internacional, como el segundo lugar en los premios “Latinoamérica Verde 2020” y el primer lugar en los premios de innovación sostenible, otorgado por la Universidad de Los Andes, en Colombia, entre otros.