La presentación del estudio Sobreviviendo a la violencia feminicida fue realizada el pasado 22 de septiembre en el auditorio de la Casa de la Cultura de Tarija. El libro es el resultado de una investigación realizada por la socióloga Marlene Choque Aldana en el Instituto de Investigaciones Sociológicas de la Universidad Mayor de San Andrés (IDIS-UMSA).
El evento, que comenzó poco antes de las 11:00 de la mañana, fue moderado por la investigadora en comunicación Karina Olarte Quiroz, quien entre sus comentarios destacó que “el libro no acaba en la página 177”, en referencia a la vastedad de casos de violencia de género y feminicidios en el país.

La primera de las comentadoras fue Silvana Paz Ramírez, secretaria académica de la Universidad Autónoma Juan Misael Saracho. Junto a su lectura de la obra, comentó que “no solo es un libro, sino una herramienta para el cambio social”, para luego añadir la esperanza que mantiene en que la investigación inspire esfuerzos contra los casos de feminicidio en Bolivia.
“No (es) solo un libro, sino una herramienta para el cambio social”
Acto seguido, la investigadora tarijeña Marlene Choque, autora del libro, empezó por recordar cómo sus primeras experiencias de rebeldía y cuestionamientos se dieron en Tarija, departamento al que regresó para la presentación. Sus primeros agradecimientos fueron para aquellas mujeres sobrevivientes que se animaron a compartir sus testimonios en primera persona.

Tras explicar cómo la investigación se basa en las biografías de las víctimas, Marlene señaló el dato de que «Bolivia ocupa el primer lugar entre las tasas más altas de feminicidios en Sudamérica y el séptimo en homicidios». Otro de los datos que compartió es que en el país dos de cada tres feminicidios son perpetrados por las parejas —chicos, novios, esposos, ex— de las víctimas, lo que evidencia que el lugar de los ataques es el entorno más íntimo para las víctimas.
“Es un rescate y revalorización de la subjetividad, un trabajo que se centra en el proceso y no en el hecho, donde los testimonios son la médula”
La socióloga Alba van der Valk empezó por decir que se trata de un “estudio que duele”, además de destacar el aporte feminista a la forma de hacer ciencia. “Es un rescate y revalorización de la subjetividad, un trabajo que se centra en el proceso y no en el hecho, donde los testimonios son la médula”, expresó.

Entre las comentaristas también estuvo Ana María Arroyo, familiar de una víctima de feminicidio. La mujer recogió la importancia de la modificación y creación de leyes, para luego sentenciar que “no debemos callarnos. Al callar nos estamos condenando”.
“No debemos callarnos. Al callar nos estamos condenando”.
La última en tomar el micrófono fue Beatriz Vaca, representante del colectivo Mochas Copleras. Beatriz con la manta chapaca de color verde puesta, fue la encargada de leer el prólogo de la investigación y, tras el punto final, entonó dos coplas originales de las Mochas Copleras, cuyas letras expresaban la indignación contra los agresores y la justicia.

El acto terminó al mediodía luego de una ronda de preguntas.
Este encuentro estuvo marcado por la presencia de mujeres que destacan en el campo de la investigación, quienes más allá de los duros datos que reflejan este tipo de trabajos, le hacen frente a una sociedad que aún tiene enraizada la violencia de género.