Así como el uróboros —la serpiente que se come su propia cola—, los productos de Ecolápiz implican un proceso circular, pues aprovechan todas esas hojas ya escritas y leídas, para dar forma a nuevos lápices que contarán nuevas historias.
Para Cinthia Fabiola Reynoso, propietaria y coordinadora general de la marca, Ecolápiz es un concepto más que un producto. Se trata entonces de un concepto con sus pilares en el upcycling y el triple impacto: económico, social y ambiental. Si a esas ideas se le suman la iniciativa de gente comprometida como Cinthia, mediante un proceso artesanal puede transformar un kilo de papel en 20 lápices ecológicos aproximadamente.
La intención de crear un producto basado en el reciclaje de papel nació cuando Cinthia pudo ver cómo este material era dejado de lado en el relleno sanitario de Tarija. “A diferencia del plástico o la chatarra, la gente no busca reciclar papel”, señala y opina que puede deberse a los costos, pues “un kilogramo de papel cuesta 50 centavos, está desvalorizado”.

En la búsqueda por darle un plus al residuo, encontró la forma de crear lápices en base a papel, lápices que luego son comercializados a Bs 3.50 en Tarija y Bs 5 para el resto de Bolivia.
El proceso funciona de la siguiente manera. Las etapas más largas son las de recolección y preparación de la materia prima. El equipo de Ecolápiz tiene puntos de acopio en oficinas y colegio, además de recibir donaciones de familias. Tras el tratamiento debido y la selección de papeles adecuados, se procede a la elaboración artesanal. Cada mes, entre 5 000 y 7 000 lápices son creados por Ecolápiz.
Pero el producto en sí mismo no termina en la punta del grafito, ya que el cuerpo de lápiz suele tener grabados a pedido de los clientes —oficinas públicas, empresas o algunas ONG—. Estas instituciones suelen comprar lotes de ecolápices para sus propios trabajadores o como merchandising para eventos. Así que los grabados en el cuerpo acostumbran tener información medioambiental.

Por si fuera poco, los lápices son plantables. No es solo una hoja que cumplió su función y ahora es una herramienta de escritura, es también una nueva y potencial planta que, a futuro, regalará sombra y oxígeno..
Lejos de querer acaparar un mercado, Ecolápiz busca la concientización y colaboración ante todo. Por ello sus miembros han viajado a otras poblaciones para compartir su método y motivar iniciativas similares, sin preocuparse por crear competencia. También tiene alianzas con emprendimientos de papel reciclado.
Ecolápiz se resume en ese triple impacto: económico, social y ambiental. Se le puede sumar también el informativo si se toma en cuenta los grabados en los lápices. La marca cumplió tres años en agosto de 2023 y apunta a mejorar su producción en un futuro. Ecolápiz vive el concepto que pregona y en el camino deja regadas las semillas de su impacto.
Para conocer más sobre Ecolápiz, puedes contactarla haciendo clic en los siguientes enlaces:
Ubicación: calle Santa Cruz y Domingo Paz.
Facebook: Ecolápiz
Instagram: @ecolapiz_tarija