No son pocos los mitos y prejuicios que rodean a la lactancia, eso lo tiene claro Paola Caballero Peñarrieta, pues ha vivido la frustraciones de una madre en carne propia cuando de lactar se habla. Sin embargo, aquellas experiencias personales la han llevado a erguir un emprendimiento que busca dar comodidad a las mamás que tienen que amamantar a sus hijos.
Nacida en La Paz, Paola vivió por siete años en Ecuador. Ahí vivió también la mayor parte de su embarazo, salvo la recta final. Con la ilusión de ver a su hijo nacer en su misma cuidad, viajó hasta la sede de gobierno con la idea de tener un parto lo más natural posible. Aunque la esperaba todo aquello que no quería. Pies hinchados, presión alta, problemas por la altura y hasta un desmayo comenzaron esa ruta de frustraciones que aún tenía que enfrentar. Finalmente, a los siete meses de embarazo, su bebé nació gracias a una cesárea.
El siguiente obstáculo fue, precisamente, la lactancia. “No podía dar pecho. Me había quedado sin leche”, recuerda. Además, dado el esfuerzo de su hijo por succionar, empezó a bajar de peso. Por ello, y una vez más en contra de su plan naturalista, su bebé tuvo que crecer con leche de fórmula. Aunque para algunos pueda parecer algo que no pasa de lo anecdótico, lo cierto que para Paola el no poder amamantar era una cuestión de preocupación permanente, un asunto serio que generaba muchas preguntas y pocas repuestas.
De regreso en Ecuador con su familia, conoció a la Liga de la Leche Materna, un grupo que apoya a mujeres con los mismos problemas. No obstante, y pesar de toda la información recibida y del empeño puesto, no logró relactar.
“La maternidad cambia la historia de una mujer y una red de apoyo es vital”, señala Paola en referencia a la importancia de sentirse acompañada durante los diferentes procesos de ser madre. Es así que, tras compartir con diferentes grupos de mujeres y aceptar que la lactancia no estaba en los planes de su cuerpo, decidió hacer algo para quitarse la espina de encima.
Ese “algo” partía por apoyar a otras mujeres que empezaban su maternidad y ayudarlas a vivirla con comodidad. De esa manera, se puso a hacer ropa para lactancia. Aunque en un inicio esta era de una producción muy reducida, sus amigas la convencieron de hacer más y poco pasó antes de crear su emprendimiento.
Es así que, en 2017, bautizó como “Illa” a su nueva marca. Solo esas cuatro letras implican un bagaje e historias que Paola eligió a detalle. “Al final, los bebés son como semillas que llevamos en el vientres”, apunta sobre cómo eligió seccionar la palabra “semilla” para quedarse con el final. También explica que killa es la palabras quechua para «luna», mientras que Ilaló es el nombre de un volcán que frecuentaba en Quito e inspiró la marca. Todo ello cuadraba para dotar a “Illa” de un significado especial.
Sobre sus productos, explica que tienen el fin de mejorar la comodidad de las madres y los bebés al momento de la lactancia. “La ropa de lactar no es para ocultar nada, es para garantizar la comodidad y facilitar el ser madre”, explica. Paralelamente, produce unos buzos para bebés que “crecen a la par de ellos” gracias a un ingeniosos sistema. También está los protectores de lactancia, en los que aprovecha cada retazo de tela para estos productos que ayuda a la madres a no mojarse tras amamantar. Aquellos destinados a madres tienen valores entre los Bs 100 y los Bs 240, mientras que los destinados a bebés oscilan entre los Bs 50 y los Bs 120.
Paralelamente, formó alianzas para ofrecer ofrecer servicios relativos al embarazo y la lactancia.
Aunque Illa inició a operar en Ecuador, un posterior viaje a La Paz con toda una maleta de productos le mostró que era posible abrirse mercado en Bolivia, pues se terminó todo. De esa manera, entre 2019 y 2020 regresó a La Paz con su familia para quedarse. Actualmente, realiza envíos a todo el país y tiene un servicio de delivery gratuito para La Paz.
Pero Illa no se queda en lo comercial, pues para Paola es una manera de acercarse a la madres y compartir un “¿Cómo estás?”, ya que conoce todas aquellas frustraciones que puede involucrar la maternidad y la importancia de sentirse acompañada. Si bien en su momento no pudo superar el problema al que tantas mujeres se enfrenta, trabaja hoy por hacer de la lactancia algo cómo para el resto.