Como un episodio de algún documental relacionado con Chernóbil, aparecen tirados los cuerpos negros de los cóndores a lo largo de una pequeña quebrada en la comunidad de Laderas Norte en el área rural de Cercado del departamento de Tarija.
Las alas cerradas para siempre son examinadas por hombres vestidos de blanco con trajes especiales para no contaminar el área.
La calurosa tarde del cinco de febrero de 2021 se nubló. El clima fue un alivio para los investigadores que llevaban estos pesados trajes, pero a la vez, un trago amargo por el motivo en el que se encontraban.
Uno de esos investigadores es Diego Méndez del Museo Nacional de Historia Natural. El biólogo recuerda que en esa oportunidad se había formado un equipo multidisciplinario, cuya tarea era esclarecer por completo el caso. No ocurrió aquello.
No se tienen certezas a más de un año del hecho, sobre qué hizo la Fiscalía con las pruebas obtenidas en ese momento.
El proceso está calificado como “biocidio”, un delito que se encuentra tipificado en la Ley 700 de defensa de los animales. La denuncia la formalizó la Gobernación tarijeña.
Mientras los científicos realizaban la toma de pruebas, encontraron en el cielo una esperanza. Dos cóndores pasaron volando por la zona, como si estuviesen observando el tétrico panorama.
Un planeo perfecto. Las alas extendidas del cóndor reflejan la sombra de su paso por la zona de Laderas Norte en el valle central tarijeño, un sitio marcado con sangre por la historia, pues ahí se produjo hace once meses una de las mayores matanzas mundiales de esta especie.
El sacrificio de 34 cóndores está a punto de quedar en la nada, pese al valor científico que representa, pues el caso para la Fiscalía se pasó volando.
“Esta era evidencia científica que se podía traducir en resultados tangibles y acciones para manejar de una mejor manera la población de cóndores”, se lamenta el biólogo e investigador asociado al Museo Nacional de Historia Natural Diego Méndez.
El hombre de barba dedicado a la investigación de esta especie dice al otro lado del teléfono sentirse “frustrado” por el curso que tomó este caso que se convirtió en un folder más dentro del archivo de las oficinas de la Fiscalía tarijeña.
“Sé que la justicia es así en Bolivia, pero al ver cómo inició la investigación de este caso, tenía una esperanza”, confiesa casi resignado.
Y es que, para el científico chuquisaqueño, la pérdida de casi el uno por ciento de la población mundial de esta especie debe servir para algo, tomando en cuenta el valor de las muestras que se sacaron aquel cinco de febrero de 2021.
“Que no se pueda dar curso a los análisis de estas muestras en más de siete meses es impensable”, dice el científico con molestia.
Diego explica que es importante que se marque un precedente identificando al responsable de esta matanza, pero más significativo que eso, es rescatar la evidencia colectada para usar los resultados a favor de la preservación de la especie.
Las muestras se fueron volando a La Paz al laboratorio de la Policía Boliviana.
En la Fiscalía de Tarija indican que no tienen los reactivos suficientes y ese fue el motivo por el que se envió a la sede de Gobierno, la ciudad donde casualmente descansan los gigantes símbolos estáticos de los cóndores en los escudos nacionales.
Las muestras fueron enviadas el martes nueve de febrero de 2021 y se esperaba que los resultados lleguen una semana después.
En realidad, fueron más semanas, ya pasaron dieciséis meses y no se tienen novedades.
El Ministerio Público en Tarija solo ha indicado que el proceso por el biocidio de 34 cóndores no se ha cerrado.
Verdad con Tinta ha intentado desde enero conseguir el informe del caso, pero la Fiscalía tarijeña solo ha respondido que está a la “espera” de los resultados para dar el siguiente paso.
Lo curioso es que hasta la fecha, ningún funcionario del Ministerio Público de Tarija se comunicó con los peritos para que estos den su ayuda técnica.
“Son pocos especialistas en esta rama en Bolivia, entonces sorprende que no se haya llamado a ninguno para aportar con la investigación”, critica Diego Méndez.
“Hemos estado tratando de contactar a la Fiscalía desde hace tiempo y no nos ha dado ninguna novedad”, responde desde el teléfono el abogado del Ministerio de Medio Ambiente y Agua Rodrigo Herrera.
Herrera asegura que están realizando un memorial para tener una copia del cuaderno de investigación, además de saber el estado del proceso.
El Ministerio de Medio Ambiente ya identificó al posible responsable de la matanza, el informe fue remitido a la Fiscalía, pero la investigación sigue frenada, confiesa el funcionario estatal a Verdad con Tinta.
El veterinario del Bioparque Urbano de la ciudad de Tarija Luis Morales, también se lamenta que “ya no se tengan más respuestas del caso de los cóndores”, pese a que formaron equipos técnicos para hacer la entrega de las muestras a la Fiscalía.
No es la primera vez que estos animales son envenenados, pero sí la más grande. La muerte de los 34 cóndores en Tarija es la de mayor impacto que se registró jamás en Bolivia y la segunda en el mundo.
Otra matanza de estas características fue registrada en enero de 2018 en la provincia de Mendoza-Argentina.
Los cuerpos de los animales estaban amontonados y parcialmente quemados. Algunos cóndores llevaban pocos días muertos, de otros quedaban “solo los huesos”, pero la hipótesis es que todos murieron envenenados con agroquímicos, informaba en ese entonces la organización “Aves Argentinas”.
Una nota del periódico argentino El Clarín del 25 de enero de 2018 indica que la causa de la muerte de estos cóndores fue por una práctica “tan común” como peligrosa entre los ganaderos de la región.
“Cuando un depredador mata a uno de sus animales, los criadores envenenan los restos del cadáver que estas especies dejan apartadas para continuar comiéndose”, dice la investigación de la Justicia de Argentina.
Entonces, cuando los pumas o zorros regresan y siguen saciando su hambre, ingieren el veneno con que fue rociado a su presa, lo que deriva en su muerte.
“Es una práctica que se usa mucho, pero pone en riesgo también a las especies carroñeras que se alimentan con los restos que dejan los depredadores”, eran las declaraciones de entonces jefe del Departamento de Fauna de la Secretaría de Ambiente de Mendoza Adrián Gorrindo al periódico local Los Andes.
Y aquí entra en escena el cóndor. “A eso se suma el mito urbano que sostiene que los propios cóndores cazan a las crías del ganado. Eso no ocurre”, refería el especialista.
Aquella lección, no serviría para frenar una nueva matanza con el mismo número de víctimas.
El caso se repitió tres años después y con características similares. Envenenamiento, mitos y un problema social. Esta vez fue más al norte, en tierras más altas y donde el animal es considerado un símbolo. Bolivia. Sí, ni ahí puede estar seguro.
A su paso por los valles, los cóndores viven en amenaza constante.
Diego Méndez recuerda que unos meses después de este suceso en Tarija, se encontró con otro caso de envenenamiento en Chuquisaca, pero esta vez ¡Se salvaron!
El biólogo fue alertado de dos cóndores que habían sido envenenados el 24 de agosto en los valles chuquisaqueños a una distancia de 45 minutos en vehículo desde la ciudad de Sucre.
“Este es un nuevo caso de envenenamiento, por suerte los cóndores se están recuperando satisfactoriamente”, relata el biólogo más tranquilo, porque esta vez, los animales van a poder extender sus alas.
Tanto en Tarija como en Chuquisaca se encontraron presas con veneno.
En el caso de Tarija se encontró carbofurano, conocido en el mercado como “furadan”, un tóxico que es utilizado en las plantaciones de alimentos que se prohibió el año 2009 en Estados Unidos.
Este plaguicida es conocido a nivel internacional como el creador del “círculo de la muerte”.
La National Audubon Society alerta que este tóxico interfiere con las enzimas que ayudan a que los nervios se comuniquen entre sí.
“Cuando un animal está expuesto, sufre convulsiones e insuficiencia respiratoria. Es una muerte horrible”, especifica esta organización estadounidense de protección animal sobre los efectos del producto.
El citado plaguicida está prohibido en Estados Unidos desde el año 2009. En España y otros países de Europa su prohibición es desde 2007.
Un estudio de la Universidad Nacional San Agustín de Arequipa-Perú devela que el uso de este producto también puede generar afecciones en los humanos, especialmente en los hombres. “El carbofurano puede causar daño en el aparato reproductivo masculino”, dice la tesis.
“Es llamativo que aquí –Bolivia- puedas comprarlo en cualquier parte como si fuera un chicle”, critica Diego Méndez.
En el registro del Servicio Nacional de Sanidad Agropecuaria e Inocuidad Alimentaria (Senasag), el carbofurano está clasificado como un plaguicida de tipo “acaricida – insecticida”, el cual se encuentra entre los productos que tienen permitida su distribución en el territorio boliviano.
“Somos libres cual libre es el cóndor que el espacio recorre veloz”, dice una de las estrofas del Himno a Tarija, pero ¿qué tan libre es el cóndor en este contexto?
Para Diego Torrico, el cóndor es símbolo de libertad, majestuosidad y elegancia.
Diego es uno de los impulsores del festival “Irupanapente” que es realizado cada año en los Yungas paceños, donde cientos de personas se lanzan al vacío simulando el vuelo de esta ave, tratando de hacer aquel planeo perfecto.
Al deportista se lo ve en fotografías de periódicos nacionales con su traje de Mario Bros y su gigantesca mochila en la espalda con el colorido parapente escondido.
El joven de 1,85 metros de altura trata de emular el vuelo del cóndor en cada una de sus aventuras en parapente y para eso, se trasladó a Tarija a vivir esta experiencia cerca del ave.
“Volé en una térmica con al menos diez cóndores a muy poca distancia y creo que hasta ahora fue una de las experiencias más increíbles que me regaló este deporte”, relata la vivencia de esos minutos de adrenalina pura en que la cúpula de su parapente se mimetizó con las impresionantes alas de aquellas aves.
Cuando el parapentista paceño se enteró del caso de envenenamiento en Tarija, sintió como si le hubiesen dado un golpe seco de puño en pleno rostro.
“Fue una de las noticias más dolorosas que recibí ese año… impotencia y rabia es lo que uno siente”, dice con la bronca contenida al recordar los videos de ese episodio que se difundieron en las redes sociales.
El cóndor andino se acomoda encima del Escudo Nacional dando su toque de majestuosidad al emblema patrio, además de ser la representación más pura de la libertad.
“Remata el escudo el cóndor de los Andes en actitud de levantar vuelo”, reseña sobre este símbolo la página oficial del Ministerio de Defensa.
La imagen del cóndor no solo se encuentra en el escudo, también figura en himnos departamentales como el de Tarija, en la literatura, en el folklore y en leyendas, es una parte importante de la cultura boliviana que puede perderse para siempre.
Los soportes del Escudo Nacional necesitan atención; pues el Cerro Rico que también es parte de sus símbolos como muestra de la riqueza del país, se encuentra al borde del colapso por la explotación minera en su interior y el cóndor está en la “lista roja” de especies en peligro de extinción.
El emblema patrio, puede quedar incompleto, pues ni la riqueza ni la libertad están recibiendo el cuidado adecuado.
¿Qué pasó el cinco de febrero en Tarija? La dantesca imagen de los 34 cóndores muertos, uno al lado de otro…impacta.
Las investigaciones de los peritos indican que estas aves fueron envenenadas. En total murieron en esa oportunidad 34 cóndores, cinco pala palas, un sucha y un carcancho.
Según los comunarios de la zona, la intención era matar a un puma que se estaba comiendo su ganado. La carnada fue una pequeña cabra muerta, cuyo cuerpo fue cubierto de veneno. El resultado fue trágico.
Los cóndores atraídos por la carnada, mordieron el anzuelo y en apenas unos minutos de picar en esa carne, empezaron a desfallecer.
Mientras pela unos duraznos al pie del horno de barro, una comunaria de Cabrerío, un poblado que se encuentra en el municipio de Culpina en Chuquisaca, justifica el envenenamiento de cóndores.
“Es que se comen el ganado”, dice la mujer mientras extiende la mano a uno de sus ocasionales invitados con un durazno bien pelado. “Son los mejores”, les revela a los visitantes al mostrar el jugoso durazno.
Lo cierto es que esta ave no acostumbra a cazar animales vivos, sino que es carroñera.
Un animal carroñero es aquel que consume cadáveres sin haber participado en su caza.
Diego Méndez dice que este es un problema real que va más allá de un caso en específico.
“Falta información y estrategias de convivencia para que esta no sea la forma de proteger su ganado”, analiza el científico.
Productos tóxicos como “furadan” son ofertados libremente en el país y animales como las aves siguen siendo envenenados.
Más allá de ser un símbolo nacional, el papel del cóndor en el medio ambiente es primordial, según sustenta el Museo Nacional de Historia Natural.
El cóndor al ser un animal “carroñero” es “fundamental” en el ecosistema, porque evita la proliferación de bacterias que pueden generar enfermedades en los humanos.
Además, “ayuda a controlar la población de otras especies carroñeras” y así contribuye a mantener el equilibrio del ecosistema, agrega Diego Méndez.
Este animal fue calificado como “vulnerable” de extinción en la lista roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.
En todo el mundo se tiene una población de 6 mil a 7 mil cóndores, de estos, 1.500 se encuentran en Bolivia, lo que representa el 20% de la población mundial.
60 cóndores representan el 1% de la población mundial, cifra que refleja la magnitud del biocidio de las 34 aves.
Si las pruebas fueron contaminadas o simplemente se perdieron, el daño no solo se comete a un caso, sino a la ciencia en su conjunto, porque se pierde información que ayude a mantener de una mejor manera el equilibrio ambiental.
Ver esta publicación en Instagram
La alerta roja ya está encendida y si se sigue pasándola por alto, ni un aterrizaje forzado podrá salvar a esta especie.
El reportaje se desarrolló en el marco del Fondo Concursable Spotligth XIV de apoyo a la investigación periodística en medios de comunicación que impulsa la Fundación para el Periodismo.
La historia de la joven gitana “Paquita”, abrirá el telón para celebrar en Tarija el Día Internacional de la Danza, en un evento que será realizado este 29 de abril a las 19.30 en el Teatro de la Cultura, cuya presentación estará a cargo del estudio Tatiana Sanjinés.
“Es uno de los clásicos del ballet que habla de una historia de amor que básicamente trata de una gitana que toca el tema de las clases sociales”, relata la profesora y bailarina María Angélica Villena Guerrero sobre la puesta en escena de esta obra.
María Angélica relata con detalle esta clásica obra del compositor francés Édouard Deldevez (1817-1897+) y el maestro de ballet de la Ópera de París Joseph Mazilier (1797-1868+), aunque el resumen nos lo guardamos en caso de que no conozcas el argumento, ¡para no hacerte spoiler!
La directora del ballet Tatiana Sanjinés Uribe explica que la puesta en escena de este tipo de obras requiere por lo menos de seis meses de ensayo continuo. Precisamente, María Angélica asiste a la entrevista con indumentaria deportiva, pues minutos después debe volver a los ensayos.
Uno de los encuentros con el equipo de prensa de Verdad con Tinta se da en un domingo por la tarde, día que para los integrantes de este ballet no puede tomarse como descanso, pues en la semana entrante hay una nueva presentación. El ensayo debe continuar.
Las integrantes del ballet vienen de hacer una presentación el pasado sábado 23 de abril en el Castillo Azul, pero más allá de los aplausos y el placer de haber cumplido con las expectativas, al día siguiente ya sin el maquillaje en el rostro, se reencuentran en otra jornada de ensayo.
La experiencia de aquella presentación en el Castillo Azul fue para sus integrantes como “vivir en un cuento de hadas”. Literal.
Atrás quedaron las incomodidades de actuar en un piso que no es un escenario técnicamente adaptado para este tipo de movimientos, pues a sus espaldas no había un montaje de escenario, el paisaje de aquel imponente castillo era real. Aquella mezcla entre la danza y la arquitectura del lugar, le dieron un toque de magia a la presentación.
El ingreso es gratuito, por ende, hay que tomar previsiones para ir temprano y conseguir un lugar.
Situación similar ocurrió en la celebración de la Pascua cuando hicieron la recreación del tradicional zapateo frente a la iglesia Catedral de Tarija. En esa ocasión no importó hacer la puesta de escena a las cuatro de la madrugada, en lo que fue una fusión entre el arte y la cultura local.
Lo que se vivirá este viernes 29 pretende de igual manera trasladar a los espectadores a la España de 1800, vivir situaciones de esa época, sentir a pleno el romance, el desamor y reír junto con los actores en medio de una danza continua e intensa. Sí, la mejor manera de rendir homenaje a uno de los artes que rompe barreras culturales, políticas y éticas.
La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) proclamó en 1982 al 29 de abril como Día Internacional de la Danza en honor al natalicio del bailarín y coreógrafo francés Jean-Georges Noverre (1727-1810+), conocido como el creador del ballet moderno.
Esta iniciativa surgió con el Consejo Internacional de la Danza (CID) para “deleitarse con la universalidad de esta forma de arte, cruzar todas las barreras políticas, culturales y étnicas” con el fin de unir a las personas en un lenguaje común.
Cuando ella termina de dar sus clases en la universidad, se queda unos momentos más en el aula para recolectar el papel utilizado y que generalmente está destinado al tacho de basura, el cual lo guarda en su mochila.
Este mismo ejercicio lo realiza mientras va caminando por el patio de la universidad o por las calles, o en la propia casa. El fin es reciclarlo y convertirlo nuevamente en papel utilizable o en adornos que puedan ser utilizados en el hogar o en la oficina.
Ella es Vania Salguero Duchén, quien es docente en la Carrera de Diseño Gráfico en la Universidad Católica Boliviana en Tarija.
Su pasión por la educación va más allá de las aulas universitarias y más aún, si el fin es a favor del medio ambiente, por eso está iniciando un taller artesanal de reciclado de papel.
Este taller inicia el sábado 2 de abril y culmina el 17 del mismo mes, el cual será realizado de manera presencial, divido en seis clases prácticas. “Aprenderás a hacer papel reciclando hojas viejas”, explica la joven capacitadora.
Vania cuenta que la técnica la aprendió en La Paz de un artista plástico cubano.
“Como tanto papel se desperdicia o se bota, yo los voy recolectando de la universidad, de mis alumnos, de la casa”, relata Vania al recalcar en sus palabras la cantidad de material que es desechado cuando puede ser reutilizable.
Esta técnica, según describe la capacitadora, consiste en seleccionar el papel y prepararlo, para luego hacer un engrudo que al ponerlo en agua, colarlo y secarlo, se convierte en nuevas hojas.
“El taller es básicamente eso, reutilizar hojas viejas para hacer papel nuevo”.
Acota que se pueden hacer papeles con textura, de colores, de flores, “casi de lo que sea”.
Dice que se pueden usar como cualquier hoja bond o cartulina, hacer tarjetas personales, invitaciones, entre otros.
Otro detalle importante es que al ser un trabajo artesanal, la actividad es “bastante relajante” para cualquiera de los participantes.
El costo el curso es de Bs 200, las capacitaciones serán realizadas los días sábados y domingos por las mañanas de 10:00 a 12:30, haciendo un total de seis clases “100% presenciales”.
El taller será efectuado en un domicilio particular ubicado en la calle La Madrid N 457 entre Campero y General Trigo.
¿Y vos qué esperas para hacer tu aporte al medio ambiente?
Trabajo realizado para El Potosí y Verdad con Tinta
Un vehículo que estaba guardado en el garaje de la Administradora Boliviana de Carreteras (ABC) de Potosí y que según su gerente regional Milton Javier Villa Llanos, era alquilado por Osvaldo Mariscal Barrios, quien fue identificado como uno de los tramitadores de las 41 ambulancias, pertenece en realidad a la empresa de construcción Arce Lema S.R.L., que circunstancialmente tiene un contrato con la estatal caminera por el tramo Uyuni-Atocha-Tupiza.
Siguiendo el rastro de este vehículo, un Mitsubishi tipo L200, modelo 2018 que se encontraba en oficinas de la ABC Potosí y que lo vincula con Mariscal Barrios, se identificó que está registrado a nombre de esta empresa constructora radicada en Tarija, la cual tiene una serie de observaciones en proyectos anteriores.
Para la adjudicación del contrato del tramo caminero Uyuni-Atocha-Tupiza, Arce Lema S.R.L. ingresó como parte de una asociación accidental denominada Constructora Santa Fe.
¿Cómo quedó la camioneta en poder de Osvaldo Mariscal Barrios?
Esta es una respuesta que la empresa constructora se negó a dar.
El equipo de prensa de Verdad con Tinta tocó las puertas de la oficina de la empresa ubicada en el centro de la ciudad de Tarija, donde una secretaria anotó los datos del vehículo y dijo que posteriormente se vería si se tiene o no la información, pero en medio de la conversación, la puerta fue cerrada por una tercera persona sin siquiera dar chance a una despedida.
Se llamó vía telefónica en dos oportunidades a la empresa para conocer la situación de este vehículo, pero la contestación es que no se tiene “ninguna información”. La empresa también se negó a dar cualquier tipo de entrevista.
En una anterior indagación de El Potosí, el director regional de la ABC Milton Javier Villa Llanos, dijo que el vehículo se encontraba en estas oficinas porque era “alquilado” por Mariscal durante el tiempo que permanecía en la capital potosina, tomando en cuenta que esa persona es de Sucre.
El registro del automotor desmentía esta versión, pues figura a nombre de la constructora.
La investigación de El Potosí revela que existe un nexo afectivo entre el director regional de la ABC con uno de los tramitadores en el caso de las 41 ambulancias.
Osvaldo Mariscal Barrios, es conocido como el “tramitador” que, junto a Víctor Neil Arancibia Pradel, se presentó el pasado 18 de noviembre de 2021 en el taller automotriz Zegarra Motors de la capital potosina para conseguir el número de NIT que luego apareció sin consentimiento de los propietarios en el contrato de compra de las ambulancias.
Mariscal es un militante del Movimiento Al Socialismo (MAS), amigo del gerente regional de la ABC-Potosí, Milton Javier Villa Llanos, quien califica a la suya de una amistad “circunstancial”, según admitió en una entrevista con El Potosí.
Denuncias e irregularidades en proyectos
Arce Lema está involucrada en el departamento de Tarija en proyectos que están siendo auditados o que se encuentran en proceso judicial.
Uno de las obras en cuestión es la construcción de la Rotonda de la Bandera en la zona norte de la ciudad de Tarija, la cual es conocida popularmente como el “mástil millonario” por su alto costo que representó de Bs 5 millones.
La obra a cargo de esta empresa fue realizada en la gestión del alcalde Rodrigo Paz Pereira, la cual no fue oficialmente entregada y cuyo mástil tampoco es utilizado, ni siquiera en fechas cívicas.
El actual alcalde de Tarija Johnny Torres Terzo, explicó a los periodistas durante las celebraciones cívicas de agosto de 2021, que el mástil no solo costó «5 millones de bolivianos», sino que también le puede significar a este municipio «Bs 200 mil anuales» si se quiere tener una bandera izada los 365 días del año.
El Concejo Municipal de Tarija inició una auditoría a esta obra por una serie de irregularidades, una de ellas que tenía asignado un presupuesto de Bs 20 mil cuando se presentó el proyecto en 2017 y que, por medio de una ley aprobada en 2018, hubo una modificación que incrementó su costo a Bs 5 millones.
Otra de las observaciones tenía que ver con la empresa Arce Lema, que al momento de adjudicarse el proyecto en 2018, estaba legalmente impedida por una sanción que recibió en 2015, debido al “incumplimiento en un proyecto en el departamento de Pando”, según había denunciado en ese entonces el concejal del Movimiento Al Socialismo (MAS) Sergio Gallardo Tárraga.
El concejal había pedido al entonces alcalde que inicie acciones legales contra esa empresa porque estaba sancionada e imposibilitada de adjudicarse cualquier proyecto en el periodo de tres años, tiempo que no había concluido. El proyecto por el que había sido sancionada fue cuando formaba parte de la Sociedad Cocibol S.R.L. y Asociados.
La denuncia indica que es un hecho ocurrido en el departamento de Pando donde, la empresa Arce Lema junto a otra constructora, en sociedad accidental, se adjudicó una obra que no cumplió.
Por este motivo, la asociación de las dos empresas quedó inhabilitada para participar de licitaciones por el periodo de tres años.
En ese entonces, el secretario ejecutivo de la Alcaldía tarijeña Diego Ávila Navajas, argumentó que la inhabilitación estaba en función de la asociación y “no de las empresas por cuenta propia».
Johnny Torres Terzo, actual alcalde de Tarija dijo a Verdad con Tinta que da por “cerrado” el caso del mástil, al indicar que existe una auditoría iniciada por el Concejo Municipal que actualmente se encuentra en pleno proceso.
Otro de los casos observados en los que se encuentra involucrada esta empresa es del tramo carretero Jarcas- Piedra Larga en la ruta al Chaco.
La empresa fue adjudicada en 2015 para la construcción de este tramo carretero.
En este caso, la Fiscalía identificó los presuntos delitos de incumplimiento de deberes, enriquecimiento ilícito, contratos lesivos al Estado, tráfico de influencias, conducta antieconómica y falsedad ideológica.
Por este proceso, el exgobernador de Tarija Adrián Oliva Alcázar, exfuncionarios del Servicio Departamental de Caminos (Sedeca) y representantes de esta empresa son investigados.
Según la denuncia que fue interpuesta por el entonces asambleísta departamental Abel Guzmán, el Sedeca realizó una contratación por administración directa con la empresa Arce Lema por un monto de Bs 190.286.227,35, donde aparentemente se habrían cometido una serie de irregularidades.
Entre las irregularidades se identifica un anticipo del 20% con fecha 21 de enero 2016 de una de las pólizas de garantía, cuando la orden de proceder recién fue emitida el 25 de febrero 2016.
Mientras en la ciudad de Tarija, el tema del mástil sigue estando dentro del debate público, la misma constructora que se adjudicó el proyecto, se ve vinculada en otro polémico caso en el departamento de Potosí.
El caso de las 41 ambulancias
Una investigación periodística del diario El Deber reveló el 14 de enero que la gestión del gobernador de Potosí Jhonny Mamani Gutiérrez, habría adquirido esos automóviles, pero adjudicando el contrato a una empresa unipersonal Stefals Logistics, recientemente conformada, que, además, era la oferta más cara.
Las ambulancias figuraban como entregadas, pese a que no habían llegado.
Otra irregularidad tiene que ver con el número de identificación tributaria (NIT) presentado por la empresa adjudicada, el cual pertenece en realidad a un taller automotriz de la capital potosina.
La Gobernación de Potosí anunció el 24 de enero la resolución del contrato por Bs 20,5 millones para la compra de 41 ambulancias, además de la ejecución de las boletas de garantía y que se emprenderá acciones legales contra la empresa adjudicada.
Además de los 41 vehículos mencionados, el Comité Cívico Potosinista (Comcipo) observó la compra en la pasada gestión de una ambulancia con sobreprecio. “Esta ambulancia costó 388 mil dólares, hay la probabilidad de sobreprecio”, declaró a los periodistas la presidenta cívica Roxana Graz.
Como un episodio de algún documental relacionado con Chernóbil, aparecen tirados los cuerpos negros de los cóndores a lo largo de una pequeña quebrada en la comunidad de Laderas Norte en el área rural de Cercado del departamento de Tarija.
Las alas cerradas para siempre son examinadas por hombres vestidos de blanco con trajes especiales para no contaminar el área.
La calurosa tarde del cinco de febrero de 2021 se nubló. El clima fue un alivio para los investigadores que llevaban estos pesados trajes, pero a la vez, un trago amargo por el motivo en el que se encontraban.
Uno de esos investigadores es Diego Méndez del Museo Nacional de Historia Natural. El biólogo recuerda que en esa oportunidad se había formado un equipo multidisciplinario, cuya tarea era esclarecer por completo el caso. No ocurrió aquello.
No se tienen certezas a casi un año del hecho, sobre qué hizo la Fiscalía con las pruebas obtenidas en ese momento.
El proceso está calificado como “biocidio”, un delito que se encuentra tipificado en la Ley 700 de defensa de los animales. La denuncia la formalizó la Gobernación tarijeña.
Mientras los científicos realizaban la toma de pruebas, encontraron en el cielo una esperanza. Dos cóndores pasaron volando por la zona, como si estuviesen observando el tétrico panorama.
Un planeo perfecto. Las alas extendidas del cóndor reflejan la sombra de su paso por la zona de Laderas Norte en el valle central tarijeño, un sitio marcado con sangre por la historia, pues ahí se produjo hace once meses una de las mayores matanzas mundiales de esta especie.
El sacrificio de 34 cóndores está a punto de quedar en la nada, pese al valor científico que representa, pues el caso para la Fiscalía se pasó volando.
“Esta era evidencia científica que se podía traducir en resultados tangibles y acciones para manejar de una mejor manera la población de cóndores”, se lamenta el biólogo e investigador asociado al Museo Nacional de Historia Natural, Diego Méndez.
El hombre de barba, dedicado a la investigación de esta especie, dice al otro lado del teléfono sentirse “frustrado” por el curso que tomó este caso, convirtiéndose en un folder más dentro del archivo de las oficinas de la Fiscalía tarijeña.
“Sé que la justicia es así en Bolivia, pero al ver cómo inició la investigación de este caso, tenía una esperanza”, confiesa casi resignado.
Y es que, para el científico chuquisaqueño, la pérdida de casi el uno por ciento de la población mundial de esta especie debe servir para algo, tomando en cuenta el valor de las muestras que se sacaron aquel cinco de febrero de 2021.
“Que no se pueda dar curso a los análisis de estas muestras en más de siete meses es impensable”, dice el científico con molestia.
Diego explica que es importante que se marque un precedente identificando al responsable de esta matanza, pero más significativo que eso, es rescatar la evidencia colectada para usar los resultados a favor de la preservación de la especie.
Las muestras se fueron volando a La Paz al laboratorio de la Policía Boliviana.
En la Fiscalía de Tarija indican que no tienen los reactivos suficientes y ese fue el motivo por el que se envió a la sede de Gobierno, la ciudad donde casualmente descansan los gigantes símbolos estáticos de los cóndores en los escudos nacionales.
Las muestras fueron enviadas el martes nueve de febrero de 2021 y se esperaba que los resultados lleguen una semana después.
En realidad, fueron más semanas, ya pasaron once meses y no se tienen novedades.
“Hemos estado tratando de contactar a la Fiscalía desde hace tiempo y no nos ha dado ninguna novedad”, responde desde el teléfono el abogado del Ministerio de Medio Ambiente y Agua, Rodrigo Herrera.
Herrera asegura que están realizando un memorial para tener una copia del cuaderno de investigación, además de saber el estado del proceso.
El Ministerio de Medio Ambiente ya identificó al posible responsable de la matanza, el informe fue remitido a la Fiscalía, pero la investigación sigue frenada, confiesa el propio Herrera a Verdad con Tinta.
El veterinario del Bioparque Urbano de la ciudad de Tarija, Luis Morales, también se lamenta que “ya no se tengan más respuestas del caso de los cóndores”, pese a que formaron equipos técnicos para hacer la entrega de las muestras a la Fiscalía.
No es la primera vez que estos animales son envenenados, pero sí la más grande. La muerte de los 34 cóndores en Tarija es la de mayor impacto que se registró jamás en Bolivia y la segunda en el mundo.
Otra matanza de estas características fue registrada en enero de 2018 en la provincia de Mendoza-Argentina.
Los cuerpos de los animales estaban amontonados y parcialmente quemados. Algunos cóndores llevaban pocos días muertos, de otros quedaban “solo los huesos”, pero la hipótesis es que todos murieron envenenados con agroquímicos, informaba en ese entonces la organización “Aves Argentinas”.
Una nota del periódico argentino El Clarín del 25 de enero de 2018 indica que la causa de la muerte de estos cóndores fue por una práctica “tan común” como peligrosa entre los ganaderos de la región.
“Cuando un depredador mata a uno de sus animales, los criadores envenenan los restos del cadáver que estas especies dejan apartadas para continuar comiéndose”, dice la investigación de la Justicia de Argentina.
Entonces, cuando los pumas o zorros regresan y siguen saciando su hambre, ingieren el veneno con que fue rociado a su presa, lo que deriva en su muerte.
“Es una práctica que se usa mucho, pero pone en riesgo también a las especies carroñeras que se alimentan con los restos que dejan los depredadores”, eran las declaraciones de entonces jefe del Departamento de Fauna de la Secretaría de Ambiente de Mendoza, Adrián Gorrindo al periódico local Los Andes.
Y aquí entra en escena el cóndor. “A eso se suma el mito urbano que sostiene que los propios cóndores cazan a las crías del ganado. Eso no ocurre”, refería el especialista.
Aquella lección, no serviría para frenar una nueva matanza con el mismo número de víctimas.
El caso se repitió tres años después y con características similares. Envenenamiento, mitos y un problema social. Esta vez fue más al norte, en tierras más altas y donde el animal es considerado un símbolo. Bolivia. Sí, ni ahí puede estar seguro.
A su paso por los valles, los cóndores viven en amenaza constante.
Diego Méndez recuerda que unos meses después de este suceso en Tarija, se encontró con otro caso de envenenamiento en Chuquisaca, pero esta vez ¡Se salvaron!
El biólogo fue alertado de dos cóndores que habían sido envenenados el 24 de agosto en los valles chuquisaqueños a una distancia de 45 minutos en vehículo desde la ciudad de Sucre.
“Este es un nuevo caso de envenenamiento, por suerte los cóndores se están recuperando satisfactoriamente”, relata el biólogo más tranquilo, porque esta vez, los animales van a poder extender sus alas.
Tanto en Tarija como en Chuquisaca se encontraron presas con veneno.
En el caso de Tarija se encontró carbofurano, conocido en el mercado como “furadan”, un tóxico que es utilizado en las plantaciones de alimentos que se prohibió el año 2009 en Estados Unidos.
Este plaguicida es conocido a nivel internacional como el creador del “círculo de la muerte”.
La National Audubon Society alerta que este tóxico interfiere con las enzimas que ayudan a que los nervios se comuniquen entre sí.
“Cuando un animal está expuesto, sufre convulsiones e insuficiencia respiratoria. Es una muerte horrible”, especifica esta organización estadounidense de protección animal sobre los efectos del producto.
El citado plaguicida está prohibido en Estados Unidos desde el año 2009. En España y otros países de Europa su prohibición es desde 2007.
Un estudio de la Universidad Nacional San Agustín de Arequipa-Perú devela que el uso de este producto también puede generar afecciones en los humanos, especialmente en los hombres. “El carbofurano puede causar daño en el aparato reproductivo masculino”, dice la tesis.
“Es llamativo que aquí –Bolivia- puedas comprarlo en cualquier parte como si fuera un chicle”, critica Diego Méndez.
En el registro del Servicio Nacional de Sanidad Agropecuaria e Inocuidad Alimentaria (Senasag), el carbofurano está clasificado como un plaguicida de tipo “acaricida – insecticida”, el cual se encuentra entre los productos que tienen permitida su distribución en el territorio boliviano.
“Somos libres cual libre es el cóndor que el espacio recorre veloz”, dice una de las estrofas del Himno a Tarija, pero ¿qué tan libre es el cóndor en este contexto?
Para Diego Torrico, el cóndor es símbolo de libertad, majestuosidad y elegancia.
Diego es uno de los impulsores del festival “Irupanapente” que es realizado cada año en los Yungas paceños, donde cientos de personas se lanzan al vacío simulando el vuelo de esta ave, tratando de hacer aquel planeo perfecto.
Al deportista se lo ve en fotografías de periódicos nacionales con su traje de Mario Bros y su gigantesca mochila en la espalda con el colorido parapente escondido.
El joven de 1,85 metros de altura trata de emular el vuelo del cóndor en cada una de sus aventuras en parapente y para eso, se trasladó a Tarija a vivir esta experiencia cerca del ave.
El cóndor andino se encuentra en la lista roja como una especie vulnerable de extinción.
“Volé en una térmica con al menos diez cóndores a muy poca distancia y creo que hasta ahora fue una de las experiencias más increíbles que me regaló este deporte”, relata la vivencia de esos minutos de adrenalina pura en que la cúpula de su parapente se mimetizó con las impresionantes alas de aquellas aves.
Cuando el parapentista paceño se enteró del caso de envenenamiento en Tarija, sintió como si le hubiesen dado un golpe seco de puño en pleno rostro.
“Fue una de las noticias más dolorosas que recibí ese año… impotencia y rabia es lo que uno siente”, dice con la bronca contenida al recordar los videos de ese episodio que se difundieron en las redes sociales.
Quien no necesita volar para tenerlos cerca a los cóndores y sentir su paso es Vicente Dahier, quien es propietario de un alojamiento en la zona del Valle de los Cóndores en el departamento de Tarija.
Su pequeña estancia no tiene un nombre en específico, pero es conocida como la residencia de los cóndores. Quienes lo visitan, saben que tendrán consigo una de las vistas más privilegiadas de la naturaleza. Un paseo por las nubes.
Quizás, esta vista no tiene la producción de aquella película hollywoodense protagonizada por el canadiense Keanu Reeves, pero cuenta con el paso mágico de los cóndores que se pierden entre las nubes.
Este es el paisaje que conquistó el corazón del francés que hizo de Bolivia su morada. “Ya casi pasó un año de ese drama”, dice el hombre todavía impresionado por lo que vieron sus ojos aquel mes de febrero.
Como la escena de la tragedia de la película mexicana-estadounidense cuando un incendio amenaza con desaparecer aquel paraje mágico, lo ocurrido en Tarija toma otra dimensión y advierte con cortar las alas a este sitio de ensueño.
Y es que para Vicente o para Diego, este sitio sin los cóndores, pierde todo el encanto.
“Los respetamos mucho y enseñamos a la gente a que los respete también”, agrega Vicente, a quien se le escucha todavía afectado tras el teléfono por lo ocurrido en febrero, pero su mayor temor es que esta historia se repita, al no existir aún ningún precedente en el campo jurídico.
El cóndor andino se acomoda encima del Escudo Nacional dando su toque de majestuosidad al emblema patrio, además de ser la representación más pura de la libertad.
“Remata el escudo el cóndor de los Andes en actitud de levantar vuelo”, reseña sobre este símbolo la página oficial del Ministerio de Defensa.
La imagen del cóndor no solo se encuentra en el escudo, también figura en himnos departamentales como el de Tarija, en la literatura, en el folklore y en leyendas, es una parte importante de la cultura boliviana que puede perderse para siempre.
Los soportes del Escudo Nacional necesitan atención; pues el Cerro Rico que también es parte de sus símbolos como muestra de la riqueza del país, se encuentra al borde del colapso por la explotación minera en su interior y el cóndor está en la “lista roja” de especies en peligro de extinción.
El emblema patrio, puede quedar incompleto, pues ni la riqueza ni la libertad están recibiendo el cuidado adecuado.
¿Qué pasó el cinco de febrero en Tarija? La dantesca imagen de los 34 cóndores muertos, uno al lado de otro…impacta.
Las investigaciones de los peritos indican que estas aves fueron envenenadas. En total murieron en esa oportunidad 34 cóndores, cinco pala palas, un sucha y un carcancho.
Vicente Dahier aclara que el número de los cuerpos encontrados en el valle central tarijeño no son absolutos, porque existe la posibilidad que hayan sido más.
“La madre va a su nido a dejar la comida que recoge en el campo, entonces no sabemos cuántos más han sido afectados”, dice Vicente sobre el impacto de este suceso.
Según los comunarios de la zona, la intención era matar a un puma que se estaba comiendo su ganado. La carnada fue una pequeña cabra muerta, cuyo cuerpo fue cubierto de veneno. El resultado fue trágico.
Los cóndores atraídos por la carnada, mordieron el anzuelo y en apenas unos minutos de picar en esa carne, empezaron a desfallecer.
Mientras pela unos duraznos al pie del horno de barro, una comunaria de Cabrerío, un poblado que se encuentra en el municipio de Culpina en Chuquisaca, justifica el envenenamiento de cóndores.
“Es que se comen el ganado”, dice la mujer mientras extiende la mano a uno de sus ocasionales invitados con un durazno bien pelado. “Son los mejores”, les revela a los visitantes al mostrar el jugoso durazno.
Lo cierto es que esta ave no acostumbra a cazar animales vivos, sino que es carroñero.
Un animal carroñero es aquel que consume cadáveres sin haber participado en su caza.
Diego Méndez dice que este es un problema real que va más allá de un caso en específico.
“Falta información y estrategias de convivencia para que esta no sea la forma de proteger su ganado”, analiza el científico.
Productos tóxicos como “furadan” son ofertados libremente en el país y animales como las aves siguen siendo envenenados.
Más allá de ser un símbolo nacional, el papel del cóndor en el medio ambiente es primordial, según sustenta el Museo Nacional de Historia Natural.
El cóndor al ser un animal “carroñero” es “fundamental” en el ecosistema, porque evita la proliferación de bacterias que pueden generar enfermedades en los humanos.
Además, “ayuda a controlar la población de otras especies carroñeras” y así contribuye a mantener el equilibrio del ecosistema, agrega Diego Méndez.
Este animal fue calificado como “vulnerable” de extinción en la lista roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.
En todo el mundo se tiene una población de 6 mil a 7 mil cóndores, de estos, 1.500 se encuentran en Bolivia, lo que representa el 20% de la población mundial.
60 cóndores representan el 1% de la población mundial, cifra que refleja la magnitud del biocidio de las 34 aves.
El Ministerio Público en Tarija solo ha indicado que el proceso por el biocidio de 34 cóndores no se ha cerrado.
En la Fiscalía dicen que están a la “espera” de los resultados para dar el siguiente paso.
Lo curioso es que hasta la fecha, ningún funcionario del Ministerio Público de Tarija se comunicó con los peritos para que estos den su ayuda técnica.
“Son pocos especialistas en esta rama en Bolivia, entonces sorprende que no se haya llamado a ninguno para aportar con la investigación”, critica Diego Méndez.
Si las pruebas fueron contaminadas o simplemente se perdieron, el daño no solo se comete a un caso, sino a la ciencia en su conjunto, porque se pierde información que ayude a mantener de una mejor manera el equilibrio ambiental.
La alerta roja ya está encendida y si se sigue pasándola por alto, ni un aterrizaje forzado podrá salvar a esta especie.