Amistad, música en vivo, baile, buenos tragos, comida y diversión, eran parte de la oferta de los paquetes turísticos de verano en Tarija, los cuales tenían una buena captación de visitantes especialmente del interior del país. Todo cambió el 15 de marzo, cuando las autoridades dictaron emergencia nacional por la pandemia del coronavirus.
De acuerdo a información del Observatorio de Turismo de la Alcaldía, 100 mil personas visitaron Tarija durante las fiestas de carnaval.
Desde aquel domingo 15 de marzo, los propietarios de estos espacios de ocio, han tomado diferentes decisiones buscando un solo fin: sobrevivir a la pandemia.
Hay quienes todavía esperan la “normalidad” y mientras tanto, buscan los mecanismos para generar ingresos sin vulnerar las normativas; hay otros que en cambio han tomado la decisión de encajonar los vasos, las copas, los platos ceniceros para buscar nuevas oportunidades.
Sosteniendo un emprendimiento
Crear su propia empresa no fue fácil, pero cuando al fin consolidaron “Greenwood”, llegó la pandemia.
Sus propietarios solo estuvieron “en la movida” por cinco meses, pero ese pequeño tiempo fue suficiente para que Greenwood tenga una buena respuesta de su clientela.
José Ernesto Morales, copropietario de Greenwood, explica que junto a sus socios decidieron arriesgarse y aguardar el regreso de la nueva normalidad, sabiendo lo que implicaba.
“Esto de la pandemia nos ha dejado a la deriva”, cuenta José al explicar que han acordado con el dueño del inmueble que alquilan pagar el 50 por ciento del total del alquiler; sin embargo, después de casi seis meses esa cifra se hizo “insostenible”.
En esa razón, el grupo de jóvenes empresarios, ha tomado la iniciativa de ofrecer “drinks” a domicilio, para generar recursos. El negocio no es rentable, pero les ayuda con la venta de estos tragos a cubrir parte del costo del alquiler del local.
Los jóvenes empresarios refieren que intentaron acceder a los créditos que anunció el Gobierno Nacional a favor de las empresas, pero en las entidades bancarias negaron sus solicitudes al tratarse de un negocio que no tiene fecha de apertura.
Ellos ya hicieron una propuesta para reabrir su local como un bar-restaurant, mientras se da la apertura de espacios de entretenimiento.
Presentaron su plan de reapertura con todas las medidas de bioseguridad para garantizar seguridad sanitaria a sus clientes, incluso, redujeron el porcentaje de capacidad del local a un 30 por ciento.
Organizarse con los pocos que quedan
“No sabemos hasta cuándo vamos a poder abrir. Nos están diciendo hasta que aparezca la vacuna, también nos dicen hasta fin de año, ahorita no tenemos fecha”, expresa con preocupación, Roger Aranibar, propietario de la discoteca y karaoke Lujos.
Roger cuenta que, pese a no recibir ningún ingreso, ellos habían optado por conservar el local que alquilan, pero pasaron seis meses y las cuentas se hacen difíciles de sostener, afirma el empresario.
Mientras esperan alguna respuesta, Roger todavía negocia con el dueño del inmueble el porcentaje a pagar por la deuda del alquiler.
Roger explica que, en su caso, no solo tiene que cumplir obligaciones con el dueño del inmueble, sino que también carga la presión de sus trabajadores, quienes han quedado en este limbo de la incertidumbre: meseros, guardias de seguridad, bármanes y Dj.
El empresario indicó que se han estado organizando con todos los propietarios de los locales masivos de Tarija “con los que todavía quedan”, con la intención de buscar audiencia con las autoridades. Uno de los puntos a poner en la mesa es el pago de impuestos.
Un espíritu emprendedor que no cesa
La historia del pub La Guarida del Salmón, es diferente, pues Ricardo Castellanos, junto a sus socios avizoraron el panorama que venía con la pandemia, por ello, decidieron apilar las mesas y sillas para guardarlas.
“Cuando vino la cuarentena rígida sabíamos que no serían solo dos semanas, así que hablamos con la dueña del local que alquilábamos y, afortunadamente, nos entendió. Así que decidimos cerrar porque no podríamos pagar alquiler sin trabajarlo”, cuenta Ricardo.
Pero, el espíritu de empresarios seguía en estos amigos, quienes adecuándose a la pandemia volvieron, pero esta vez con el servicio a domicilio.
“Cuando comenzó la cuarentena flexible tratamos de adecuarnos así que comenzamos a vender almuerzos”, dijo.
En la última reunión del Centro de Operaciones de Emergencia Departamental (COED), que fue realizada el anterior lunes, no se hizo ningún anuncio de la reapertura de este tipo de espacios de entretenimiento, por considerarlos “focos de contagios”.
Antecedentes
El 15 de marzo, el gobernador del departamento de Tarija, Adrián Oliva Alcázar, emitió el decreto departamental “de emergencia departamental y auto de buen gobierno” por la pandemia del coronavirus.
En su artículo cuarto, parágrafo III, el decreto establece las restricciones que deben de acatar los ciudadanos para prevenir el posible contagio del virus.
En esa razón se estableció la restricción de concentraciones mayores a 50 personas, prohibiendo el funcionamiento de karaokes, discotecas, salas de juego, centros nocturnos y culturales, piscinas, saunas, ferias, conciertos, actividades deportivas y culturales masivas, y otros a fines.