La amenaza del coronavirus se la tomó en serio en Tarija desde el 30 de marzo, cuando provocaba preocupación, histeria, un shock social y una cobertura casi exclusiva en los medios.
El Servicio Departamental de Salud (Sedes) reportaba ese lunes el primer caso confirmado con COVID-19, se trataba del párroco de la iglesia San Francisco, el padre Juan Carlos C.
Aquél día, se convertiría en el punto de partida para contabilizar los contagios, los decesos y el número de pacientes recuperados por coronavirus.
Con la cuarentena vigente en todo el territorio nacional por el brote de la COVID, el Sedes reportaba en abril dos nuevos casos, el segundo correspondía a otro sacerdote que estuvo en contacto directo con el “paciente cero” de Tarija, mientras que el tercer contagio correspondía a un transportista de 32 años que había llegado desde el municipio cruceño de San Julián.
Con escasez de insumos a nivel nacional y en pleno proceso de poner en marcha su propio laboratorio de COVID, en Tarija, hasta mayo , ya se habían registrado 29 casos de coronavirus. En medio de los enfermos, ya se contaban los primeros fallecidos: tres.
La primera vida que se llevaba el virus en el departamento de Tarija, era de un hombre de 54 años.
Ya con dos laboratorios en funcionamiento, las cifras de la COVID se elevaron en junio, donde Tarija registraba 620 nuevos casos,24 pacientes recuperados y 12 fallecidos.
El departamento llegó a su pico más alto de contagios en julio, con 3 277 nuevos casos y 74 personas fallecidas.
Los reactivos seguían escaseando y ese miércoles 19 del octavo mes del año, la Gobernación autorizaba al Sedes a contabilizar en sus estadísticas los resultados de las pruebas rápidas.
La determinación avalada por el gobernador Adrián Oliva Alcázar, elevó las cifras estadísticas de los contagios. 4 206 nuevos casos y 111 fallecidos fueron reportados en agosto desde Tarija.
Con la flexibilización de la cuarentena en septiembre, el Sedes reportó 5 901 nuevos casos, 3 909 pacientes recuperados y 111 fallecidos.
Viendo las cifras altas de COVID, el Ministerio de Salud dispuso en octubre, a tan solo días de las elecciones generales, que ya no se podían contabilizar los resultados de las pruebas rápidas.
En realidad, el conteo nacional oficial no tenía previstas las pruebas rápidas, según la resolución ministerial 0280/2020. Aún así, en Tarija se contabilizaban.
Esta resolución indica que las pruebas rápidas deben ser utilizadas por los Sedes en el “seguimiento epidemiológico de prevalencia serológica”, no así para el diagnóstico de COVID.
Anivel internacional eran tomados en cuenta en las estadísticas únicamente los resultados de las pruebas PCR; no era el caso de Tarija.
El registro de octubre en Tarija llegó a 2 183 nuevos casos y 67 fallecidos.
El entonces director nacional de Epidemiología del Ministerio de Salud, Virgilio Prieto, explicó que en el ámbito internacional, solo se toman en cuenta las pruebas de reacción en cadena de la polimerasa (PCR).