Elías Mendoza conduce un camión de carga pesada, está en la fila hace cuatro días para abastecerse de diésel. Aún no ha decidido su voto para la segunda vuelta, no sabe cuál es la mejor opción, si Rodrigo Paz Pereira, del Partido Demócrata Cristiano (PDC), o Jorge Quiroga Ramírez, de la Alianza Libre. La única certeza que busca es que frenen la crisis económica; por ahora conoce muy poco los planes de gobierno.
El frente que gane con un solo voto el 19 de octubre, fecha de la segunda vuelta electoral, ingresará al palacio de gobierno por un periodo de cinco años y tendrá una carga de grandes desafíos. En lo inmediato, dictar medidas de estabilización económica. Esa es una coincidencia que ambos comparten.
Los candidatos están a 40 días de la realización de la segunda vuelta, en plena campaña electoral para conquistar a los votantes que anularon su voto, optaron por el blanco o siguen indecisos como en la primera vuelta, cuando Rodrigo Paz obtuvo el 32 % con más de 1,7 millones de votos; seguido de Jorge Quiroga que logró el 26,7 % con algo más de 1,4 millones de sufragios. El universo de electores fue de 6.900.418. Una particularidad es que más de 1,3 millones de bolivianos optaron por anular su voto, en gran medida siguiendo la consigna del expresidente Evo Morales Ayma, que no estaba habilitado como candidato. Será la primera vez que haya balotaje en Bolivia y el objetivo de los candidatos es convencer a los que tuvieron otra opción y, sobre todo, a los que anularon su voto.
Ambos aspirantes se enfocan en las urgencias que exigen atención para paliar la crítica situación económica: la subvención de los carburantes, la inflación disparada, el alto déficit fiscal y la falta de la divisa norteamericana en el mercado boliviano. Pero, como señalan los analistas económicos Joshua Bellot y Fernando Romero Torrejón, las ofertas electorales de las organizaciones políticas carecen de un detalle técnico que garantice su sostenimiento y efectividad para generar certidumbre en la población.
En los planes económicos, las diferencias radican en el “cómo” los implementarán. Jorge Quiroga enarbola la propuesta de reducir el déficit fiscal y habla de cierre de empresas del Estado y de levantar sectorialmente el subsidio a los hidrocarburos. Rodrigo Paz pone énfasis en un modelo de descentralización, de manera que se multipliquen los ingresos para alcaldías, gobernaciones, universidades y pueblos indígenas.
Por norma, al inicio de la campaña electoral en mayo, los candidatos presentaron una propuesta de gobierno ante el Tribunal Supremo Electoral, pero después de esto han ido haciendo complementaciones y cambios, especialmente el aspirante a vicepresidente del PDC: Edman Lara Montaño.
Los temas urgentes de la agenda
Frenar el déficit fiscal está en la agenda de ambos. El PDC habla de racionalizar, ordenar y transparentar el gasto público. Alianza Libre propone reducir ministerios, cerrar empresas deficitarias y recortar gastos superfluos.
Tuto Quiroga plantea un «déficit fiscal del 3 %, que es controlable”; en cambio, Rodrigo Paz propone un «déficit fiscal cero». “En ninguno de los dos casos se muestra claridad sobre el cómo, sobre el detalle”, observa Bellot.
Las empresas públicas están en la mira. Según un estudio, con base en datos del Ministerio de Economía, el 80 % de 44 empresas creadas entre 2007 y 2023 en la gestión del Movimiento Al Socialismo (MAS) tiene déficit. El PDC sugiere congelar las actividades de esas compañías. Alianza Libre plantea revisarlas y decidir si se vuelven rentables, se venden, se entregan a trabajadores o se cierran.
El déficit fiscal ha superado el 10 % del Presupuesto General del Estado; un poco más de la mitad es por la subvención a los hidrocarburos. Quiroga dice que la eliminará paulatinamente; mientras que el PDC lo haría de golpe como una política de choque. Bellot afirma que esta medida necesariamente requerirá un paquete de acciones que amortigüen el impacto, pero también que “no está claro en este momento”.
Fernando Romero apunta a que levantar el subsidio a los combustibles y establecer un precio similar al internacional va a impedir que se sigan sacando carburantes por la vía ilegal del contrabando. Mientras, en el mercado interno ahora es “normal” encontrarse con largas filas por gasolina o diésel.

En relación al sistema tributario, el PDC plantea un régimen transitorio de formalización y un nuevo ordenamiento jurídico. Alianza Libre propone un sistema impositivo simple, claro, competitivo y con menos evasión fiscal. Fernando Romero no ve “consistencia fiscal” en las propuestas ni coherencia cuando se sugiere reducir las principales fuentes de ingresos económicos como los impuestos que en el Presupuesto General del Estado representan el 21,4 % de los ingresos corrientes.
Otra diferencia está marcada por la fuente de financiamiento. El PDC propone un fondo de estabilización cambiaria con recursos de organismos multilaterales, renegociación de la deuda externa y transparencia patrimonial. Alianza Libre plantea recurrir al Fondo Monetario Internacional, además de créditos del Banco Mundial, BID (Banco Interamericano de Desarrollo), CAF (Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe) y Flar (Fondo Latinoamericano de Reservas).
La política cambiaria es el otro eje sensible. La organización política que lidera Paz habla de unificar el tipo de cambio con apoyo de un fondo de estabilización para reducir la brecha entre la cotización oficial y la del mercado paralelo. Alianza Libre propone volver al sistema del “bolsín” (un mecanismo del Banco Central de Bolivia (BCB) para la adjudicación de dólares estadounidenses al público a través de subastas diarias, fijando el tipo de cambio nominal del boliviano frente al dólar), una experiencia que Bolivia ya ha vivido en los años 80. Bellot precisa que sería una medida factible siempre y cuando haya divisas disponibles; es en ese contexto que se entiende la propuesta de Quiroga de recurrir a un préstamo de 12 000 millones de dólares.
Los candidatos prometen que el Banco Central de Bolivia (BCB) recuperará su independencia después de que el partido que gobernó por casi 20 años lo convirtió en una “caja chica”, según denunciaron ambos. Recobrar su rol en la definición y ejecución de la política monetaria y administrar las reservas internacionales netas (RIN) es el desafío.

Coinciden en que, tras dos décadas de ahuyentar las inversiones, una de las políticas debe ser atraer la financiación privada nacional y extranjera. Para ello, comprometen seguridad jurídica para las inversiones.
Romero explica que ambos buscan fomentar el sector privado y la inversión extranjera generando el espacio para que el sector industrial se desarrolle, además de que se ofrezcan condiciones de seguridad jurídica a las inversiones.
Añade que las reformas económicas tienen que ir acompañadas del fortalecimiento institucional y de normativas que garanticen su implementación en un contexto en el que el Estado requiere recuperar su institucionalidad.
Se trata de “introducir cambios estructurales que implican un nuevo modelo de administración de los recursos estatales, pero también un nuevo modelo de explotación de los recursos naturales”, precisa Bellot.
“La primera misión que tenemos es acabar con la crisis”, ratifica el candidato a la presidencia de Libre, Jorge Quiroga. Por su parte, Rodrigo Paz del PDC promete que “habrá el proceso de estabilización de la economía”.
“Hay dos visiones diferentes de economía y de cómo estabilizarla y sacar de la crisis al país”, afirma el economista y analista Fernando Romero. Precisa que el planteamiento de Libre se inclina por un “modelo más liberal” con “medidas de shock”.
En cambio, el PDC plantea un “modelo económico (50/50)”, es decir una redistribución fiscal entre el nivel central y los niveles subnacionales (municipios y departamentos). “Modelo de salvataje más populista, nacionalista” con tendencia de “izquierda y medidas graduales o paulatinas, pero no de shock”, dice Romero.
Las propuestas fuera del programa
Los planteamientos del excapitán Edman Lara, candidato a la Vicepresidencia en la fórmula de Rodrigo Paz, captaron la atención mediática después de su victoria en primera vuelta. Las promesas electorales encendieron las alertas sobre la viabilidad y sostenimiento en un contexto de crisis económica.
Edman Lara prometió desde una Renta Dignidad de Bs 2000 (aunque después aclaró que el incremento sería progresivo, comenzando con 500 bolivianos), viviendas de dos pisos para todos los bolivianos, créditos al 3% de interés con tres años de gracia, subsidios de lactancia de Bs 2400, legalización de autos indocumentados, titulación universitaria gratuita para privados y públicos, hasta tabletas digitales (laptop) para estudiantes.
El analista Joshua Bellot cree que algunas propuestas que parecen “demagógicas” son necesarias para la atención de poblaciones vulnerables; sin embargo, “no es el momento” de esas medidas, porque el MAS ha dejado una “economía destruida”.
“Lo primero que hay que solucionar es la economía, crear valor y, por supuesto, si hay excedentes se deberá pensar en ayudar a estos grupos vulnerables”, afirma, porque no todos los bonos son “malos” en sí mismos.
Si bien el enfoque de las ofertas es social, carece de “criterio técnico” y previo conocimiento sobre su sostenimiento, apunta Romero, quien sugirió a los candidatos hacer propuestas serias y responsables con base en la economía que van a recibir.
20 años después, se espera un nuevo modelo económico
El modelo económico del gobernante MAS “no va más”, dice Fernando Romero. Argumenta que solo el 3,17 % de la población votó por ese modelo y espera un giro y “algo totalmente diferente” en la administración del Estado.
“Si hemos tenido casi 20 años un modelo populista, de izquierda o socialista, no podemos ir por el mismo camino si queremos resultados diferentes”, sostiene, que independientemente de que sea más liberal o menos liberal o mixto en una alianza público-privada, es necesario un cambio.
El gobierno que entre a palacio en noviembre de este año, debe “ordenar la casa”, arreglar todo lo que pueda con medidas de “shock”, para que la siguiente administración se encargue del crecimiento de la economía a largo plazo y bajo un enfoque de sostenimiento. El gobierno que entre ahora no va a hacer un nuevo país, eso será un proceso.
*Esta historia hace parte de la iniciativa #LaHoraDeBolivia, liderada por CONNECTAS en alianza con un ecosistema de medios bolivianos.