[avatar user=»Mercedes Bluske» size=»thumbnail» align=»left» /]
[avatar user=»Jesus Vargas» size=»thumbnail» align=»left» /]
Mercedes Bluske y Jesús Vargas Villena
(Verdadcontinta-octubre/2017) El discurso político local está centrado en la crisis. La crisis está en boca de todos. Autoridades, empresarios, emprendedores y ciudadanos, hablan de la crisis.
Como medida para reactivar la economía del departamento y buscar una vía de escape a la tan mencionada crisis, surgieron una serie de iniciativas turísticas, gastronómicas y productivas, que tienen el fin de potenciar estos sectores para atraer capital e inversiones a la ciudad.
“Hay estudios que demuestran que más del 30% de los gastos que uno realiza cuando viaja se van en comida”, explicó María Elena Bautista Jiménez, quien ejerce desde el 30 de agosto en el cargo de secretaria de Desarrollo Productivo.
Paradójicamente, aunque a nivel municipal y departamental se habla de estas estrategias de fomento, dentro de aquellas mismas reparticiones públicas, los empresarios y emprendedores deben afrontar un sinfín de trabas, fruto de la burocracia.
Al margen de la burocracia, el mayor rival de los emprendedores que se atreven a invertir en el marco de la ley, es la venta informal, la de las calles y de los locales establecidos en el “mercado negro” de la gastronomía.
La informalidad es deficientemente controlada por aquellas mismas instituciones que buscan hacer del turismo y la gastronomía un motor económico, perjudicando así a quienes apuestan por la lucha de la reivindicación de la Tarija turística. Los emprendedores.
“Consideramos que el sector económico alimentario es uno de los que genera por detrás, mucho empleo”, aseguró la secretaria.
Y es que la cadena gastronómica no empieza ni termina en un restaurante. Sino que empieza en el campo con los productos cultivados por los campesinos, que son transportados por un contratista, vendidos al por mayor a los comerciantes de los mercados y estos a su vez, a los dueños de los restaurantes, quienes transforman la materia prima, generando empleos para cocineros, administradores como meseros, entre otros.
“En cuanto a los incentivos al sector gastronómico, no existen todavía. Estamos en una etapa de promoción, de revalorizar, de mostrar el potencial, porque hasta ahora nadie hablaba de estos temas”, agregó Bautista.
Aunque aún queda un largo camino por recorrer, aseguró que se dio un primer paso con el incentivo al sector hotelero, que otorga un descuento del 40% en los impuestos municipales y es el único a nivel nacional. Pronto esperan lograr un beneficio similar para los restaurantes.
Más allá de lo económico, el presidente de la Cámara de Empresarios Gastronómicos de Tarija Roger Jimmy Selaez Guzmán, aseguró que la burocracia para establecerse legalmente, convierte la labor en un peregrinaje entre mercados.
Eliminar la burocracia, sería uno de los mejores incentivos al sector.
Respecto a este tema, María Elena, explicó que hace un mes se reunieron con representantes de la Dirección de Ingresos para encontrar la forma de “flexibilizar” los trámites que tienen que ver con el municipio.
Generar conciencia en el consumidor es otra labor importante, pues generalmente, los restaurantes se esmeran en ofrecer sus mejores productos, pero los consumidores no aprecian todo el trabajo que hay por detrás y se guían por el precio u otros factores.
Un desorden culinario
Mientras en otros países hay zonas específicos para establecer puestos de comida callejera y los mismos deben cumplir con normas de higiene y salubridad, en Tarija proliferan indiscriminadamente, a merced de los dueños, sin que norma alguna regule su actividad o calidad.
“No ha habido un principio de autoridad en cuanto al orden y es por eso que han surgido un montón de ferias y puestos de comidas en las calles”, dijo Bautista respecto a la anterior gestión del Gobierno Municipal.
Sin embargo, aseguró que en la actualidad, están normando y ordenando la ciudad, tal como fue el caso de la feria navideña o de Santa Anita, las que fueron movidas al campo ferial del barrio El Constructor.
Respecto a las comidas callejeras, el Parque Bolívar es una de las zonas en las que la Alcaldía dijo que se encuentra trabajando, para desalojar los carritos de comida.
“Para garantizar en primer lugar las condiciones mínimas de que un ciudadano transite por sus parques, plazas y calles”.
Por su parte, proyectos como Calle Gourmet, tienen el fin de capacitar a los vendedores callejeros para garantizar la higiene y la calidad de sus alimentos.
En esta primera experiencia de alrededor de 20 personas fueron beneficiadas por las capacitaciones brindadas por chefs referentes a nivel nacional.
“En La Paz hay rutas en base a puntos estratégicos que son representativos de la ciudad”, agregó María Elena respecto al turismo de comida callejera en dicha ciudad. Sin embargo, en Tarija no hay un proyecto para normar qué puntos de la ciudad podrán ser utilizados para la gastronomía callejera, por lo que, poco a poco, la ciudad se convierte en un mercado.
Plan Nacional de Turismo Gastronómico
Con motivo del Tambo 2017, que regresó a Tarija por segundo año consecutivo, y en el que participaron representantes del turismo de distintos puntos del país, la secretaria de Desarrollo Productivo, María Elena Bautista Jiménez, expresó que buscarán sentar los lineamientos para efectuar un Pan Nacional de Turismo Gastronómico.
Para desarrollar esta línea base, deberá trabajar de manera conjunta entre productores, gastrónomos, chefs y empresarios del rubro, para realizar un diagnóstico situacional que sirva como base para iniciar con el trabajo.
Este será un plan integrador entre municipios y ciudades del todo el país.