Fue la primer representante del Defensor del Pueblo en Tarija, y actualmente trabaja activamente junto a instituciones que velan por los derechos de este sector
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Mercedes Bluske Moscoso
(Verdadcontinta-marzo 2018) La llegada del año 2000 planteó viejos problemas con nuevas visiones. Entre ellos, estuvo el rol que ocuparía la mujer ante el nuevo panorama mundial.
La mujer ya no quería encabezar los típicos anuncios de lustradoras, productos de limpieza o papilla para bebé que caracterizaron al siglo XX.
El nuevo siglo también traería nuevas oportunidades para ellas, así tuvieran que luchar para conseguirlas.
Se abrieron campo en profesiones y ámbitos que hasta entonces, habían estado ocupados para hombres.Mujeres piloto, mujeres en barco, mujeres agricultoras o mujeres políticas, demostraron que el género era capaz de conquistar cielo mar y tierra.
Bolivia no estuvo exenta de aquella revolución. Empezaron a surgir movimientos feministas y las mujeres asumieron un rol activo en la vida pública y privada del país .
A nivel nacional Ana María Romero ocupaba el cargo de defensor del Pueblo en 2002, mientras Mariel Paz Ramírez, era elegida como su representante en Tarija.
Con voz serena, Mariel se dispone a hablar sobre su trayectoria como defensora, activista, feminista, pero principalmente como mujer.
“Ha sido un gran escuela para mi vida y crecimiento personal; para comprender a mi departamento y a mi país”, dice la mujer que estuvo a la cabeza de la defensoría del pueblo durante 8 años.
Su experiencia fue una aprendizaje que dejó duras lecciones que marcaron su vida. El sufrimiento de la gente sin trabajo y sin techo, fue una de las materias que nunca olvidará.
“He respirado la angustia de no tener donde trabajar y de ser inquilino y no tener como pagar el alquiler”, acota.
Durante su gestión, hubo casos que despertaron las primeras alarmas de violencia, no solo contra mujeres sino, contra niños; un tema que hasta ese entonces era tabú.
Incluso la mayoría de las víctimas no se animaban a denunciar por miedo o vergüenza.
“Mauricio Quispe”, dice bajando la voz, “es uno de los nombres que se quedarán grabados en mi mente toda la vida”.
Mauricio fue un niño violado y asesinado en Tarija en el año 2007. Su caso fue uno de los primeros de esa índole en la ciudad, o al menos, uno de los primeros en ser denunciados y hacerse público.
Aquella realidad abría un nuevo campo de defensa y de lucha para Mariel, quien ya llevaba 5 años en el cargo.
El nuevo siglo traía nuevos privilegios para las mujeres, pero también desafíos. Los casos de violencia y de feminicidio hicieron sonar la alarma desde aquel entonces.
“Es 8 de marzo y vamos a volver a contar a nuestras víctimas”, dice Paz Ramírez, quien asegura que el progreso para garantizar la protección y seguridad de la mujer, es escaso en los últimos años.
La necesidad y las ganas impulsaron a las mujeres al ámbito laboral, creando nuevamente amenazas, como el acoso laboral o sexual.
Mariel, quien es abogada y atiende casos relacionados a las mujeres, explica que el acoso está presente, tanto en el sector público como en el privado.
Incluso las mujeres que salen a la calle a crear su propia fuente de trabajo, están expuestas a un sinfín de peligros.
Mariel Paz: “Ser mujer en el siglo XXI, es ser libre”
Su forma de percibir al feminismo y a las mujeres, son la esencia de su lucha por los derechos humanos.
¿Qué es ser feminista?
Ser feminista significa tener una perspectiva del mundo y de la vida que aspira a que las mujeres gocemos de los mismo derechos y oportunidades que los varones. Significa cuestionar un sistema que coloca a los hombres como superiores; un sistema que hace que las mujeres tengan limitadas oportunidades.
Es un movimiento que evoluciona y hay diferentes enfoques y posturas. El feminismo está para que no se te obligue a nada.
No es un puritanismo que pretende que las mujeres no luzcan su cuerpo o no usen un escote, sino que reivindica su derecho y libertad de hacerlo, de mostrarse como quiere. Pero sí objeta que el cuerpo de la mujer sea un objeto para compra y venta de productos de consumo.
¿Qué significa ser mujer en el siglo XXI?
Es ser libre, ser autónoma, ser alguien que puede caminar sin miedo, ser alguien que tenga alas para volar hasta donde quiera. Ojalá todas las mujeres alcancen esa plenitud sin riesgos ni amenazas.
Es un siglo de muchos avances y desafíos.