El hombre perdió en el día del trabajador una de sus piernas, requiriendo del apoyo voluntario de las personas para seguir mostrando su sonrisa característica
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Jesús Vargas Villena
(Verdadcontinta/mayo/2018) “Respeta al ciclista”, son carteles que a veces Mariela suele ponerse en la espalda mientras anda en su vehículo favorito: la bici.
Pedaleando como lo hace cada jornada, así Mariela Rosales lo encontró a él en la misma faceta, aunque en lugar de pedalear con las piernas lo hacía con las manos, lo que le llamó la atención.
Mariela Rosales de 27 años, una joven madre y estudiante de Ingeniería Comercial, encontró en la bicicleta a su mejor terapia para la vida, pasando a ser una activista por fomentar el uso de este vehículo.
La bicicleta para ella es vida. Cuando se la ve sobre su vehículo de dos ruedas una bici de montaña marca Trek de competición, cualquiera pensara que lleva toda una vida pedaleando, pero en realidad son solo tres años.
No fue un hombre…el encuentro con la pasión de su vida, fue cuando alguien le sugirió que usara la bicicleta como terapia, pues en ese entonces, se sentía sola y había ingresado en un severo estado de depresión.
Una “Huanca” fue su primera pasión, una bici que la llamó así, por su similar diseño al de la que usaba el personaje Eleuterio en la afamada serie boliviana de los 90, La Bicicleta de los Huanca.
Con la bicicleta encontró su pasión por seguir adelante y dejar atrás las penas o depresiones, siendo su mejor terapia, convirtiéndose en su amiga, su compañera de vida, convirtiéndose ambas en una sola cuando salen por la montaña.
Posteriormente obtuvo un triciclo, que lo usaba para vender rosas a los enamorados, aunque ella se conmovía más que sus clientes. Por las calles se la veía con su letrero atrás del triciclo y unos encantadores ramos de rosas en la canasta, una mujer sinigual que llamaba la atención de cualquiera al pasar.
La pasión por la bicicleta le trajo nuevos objetivos, uno el activismo y el otro, la competición deportiva, preparándose para participar de la Ruta de Melgarejo en Cochabamba, una de las competencias nacionales más importantes de bici montaña.
Por eso con sus ahorros, consiguió adquirir su bicicleta de montaña, con la que entrena en sus tiempos libres. Precisamente, en uno de sus entrenamientos por la zona de El Temporal, es que se encontró con don Beno Torrez, quien rápidamente llamó su atención.
“Encontré a esa persona sobre un triciclo y como me llaman la atención quienes usan bicicleta, me acerqué para felicitarlo”, recuerda.
En ese momento, le pidió sacarse una foto con él, y entre la charla, el hombre le contó un poco de su vida. “Ahí me enteré que vive en las peores condiciones”.
El tiempo de práctica para la bici montaña se tradujo en visitas diarias a don Beno. Esta persona de 49 años tiene un pequeño cuarto que le consiguió la fábrica donde anteriormente trabajaba, pero después, debía dormir en el suelo y arreglárselas cada día para subsistir.
Una inquilina de la casa donde está el cuarto, le da un plato de comida al mediodía, pero después no come nada más, porque no le alcanzan los recursos, al no tener un trabajo estable.
Los propietarios de la casa donde vive, le dan su plato de comida a cambio de que él se ocupe del jardín.
Mariela, se conmovió con la historia de Beno y le consiguió una cama y un colchón para que duerma, luego le consiguió muletas, más una silla de ruedas.
Don Beno trabajaba en una fábrica de cerámica hasta el año 2013, cuando ocurrió un accidente que le cambiaría la vida.
Casualmente, era un primero de mayo, Día del Trabajador, cuando viajaba en el camión de la empresa que se volcó. Su acompañante murió casi de forma inmediata y a Beno tuvieron que amputarle una pierna para salvarlo.
Así desde el 2013, hasta la fecha se quedó solo y sin ayuda, pues la empresa jamás le indemnizó, ni le prestó mayor ayuda. Beno anteriormente había perdido a sus padres, quienes fallecieron. Se sabe que tiene un hermano que viviría por Alto Senac, pero no se cuenta con mayor información de él.
Mariela se sintió inmediatamente identificada con don Beno, pues él, pese a todas las dificultades que pasa para sobrevivir, halló en la bicicleta una terapia de vida sin importar en las condiciones en las que se encuentre.
“Así es don Beno, siempre te sonríe, pero por dentro sé que está todavía muy dolido”, revela.
Ella también se sintió así en diferentes oportunidades. “La mayoría de las personas pueden estar sonrientes todo el día, pero por dentro llevando una tormenta”, confiesa.
Por toda esta situación, se puso como una de sus metas, mejorar el estado anímico de Beno y por ende el suyo, buscando conseguir un mejor estilo de vida para él.
Recientemente, Mariela consiguió que el mecánico Jhonny Nieves, convirtiera el triciclo de Beno, con todos los elementos refaccionados, recién pintados, las llantas nuevas, como una “tuneada”, que despertó la sonrisa del hombre.
Poco a poco, Mariela va consiguiendo más elementos para don Beno, aunque el objetivo final es conseguirle un albergue o un lugar en el que pueda vivir.
Cuando le preguntan a Mariela porqué hace este tipo de actividades, para ella la respuesta es fácil. “En estos dos años de activismo, me di cuenta que aumentó el uso de la bicicleta, me gusta saber que hay gente que al verme en bici, también toman esta iniciativa”.
Así, Mariela y Beno seguirán pedaleando por la vida, esperando que más personas se unan a ellos y puedan cooperar en esta batalla, pues todo aporte es recibido a cambio de una sonrisa, todo depende de cuán abiertos tengamos nuestros corazones.
Dato
Para contactar a Mariela puede hacerse al número 60280509.