Los afectados son tan pequeños, que no tienen la posibilidad de pedir el apoyo necesario
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Mercedes Bluske Moscoso y Jesús Vargas Villena
Imperceptible, así es esta enfermedad que se presenta en los bebés prematuros, cuyo resultado puede cambiar para siempre una vida.
El oftalmólogo, Gustavo Aguirre Urquizu, es uno de los pocos sino el único en Tarija, que hace operaciones con láser para combatir esta enfermedad. Cuando un niño tiene retinopatía, el tratamiento debe ser toda su vida si es el caso.
“Cuando nacen bebés prematuros, junto al doctor –Juan- Jijena, hacemos una revisión para ver si no tienen retinopatía”, cuenta el médico tras recibir al equipo de Verdad con Tinta en su consultorio.
Aguirre se toma un sorbo de un café caliente para hablar sobre un tema que considera esencial para la salud, pero del que muy poco se habla, porque no tiene la connotación que debiera.
“¿Qué pasa si no hacemos estos controles, o cuando nosotros nos vayamos?”, pregunta sobre la situación en el hospital San Juan de Dios.
Gustavo gratuitamente visita y hace los controles en la sala de neonatología del hospital San Juan de Dios, para verificar si algún bebé prematuro necesita el tratamiento.
“Hay personas que son adultas y tienen ceguera, cuyo problema podría haber sido solucionado si se detectaba a tiempo”, explica el médico.
El problema es que muy pocos conocen de esta enfermedad y solo un centro de salud público en Tarija hace el seguimiento a los bebés prematuros, que es el hospital San Juan de Dios; no porque tenga el personal y los equipos suficientes, sino por la buena voluntad de dos médicos.
El jefe de Neonatología del San Juan de Dios, Juan Jijena, admitió que este hospital no tiene un especialista oftalmólogo, ni los equipos necesarios para hacer el tratamiento referido, sino que cuentan con el apoyo voluntario de Gustavo Aguirre, que cubre esta necesidad.
¿Pero qué pasará cuando Aguirre no pueda continuar con esta labor? Es una pregunta que debe ser respondida en la inmediatez, porque incluso al tener un solo profesional en este campo, es alarmante.
“Nosotros dotamos en base a los requerimientos del hospital”, respondió escuetamente el director del Servicio Departamental de Salud, Paul Castellanos Zamora, al ser preguntado sobre la necesidad de comprar un equipo láser.
Castellanos acotó que van a efectuar una nueva dotación de equipos para el hospital con recursos provenientes de los fideicomisos, como de los préstamos conseguidos por la Gobernación.
Los equipos que adquieran son en base a la lista que envíe la administración de este centro médico.
En otros centros de salud o en la misma Caja Nacional, la situación es similar, al ser una enfermedad casi imperceptible y cuyos portadores son tan vulnerables que todavía no pueden expresar su dolor, las instituciones públicas no lo ven como una verdadera necesidad.
Si nos basamos en cifras, el número de los beneficiarios con la adquisición de equipos para hacer estos tratamientos, es ínfimo, pero una sola vida… ¡lo vale!