El Tintero te trae historias en torno a este evento deportivo que acapara la atención del planeta, previo a la cita de Rusia 2018, algunas de ellas, relacionadas con nuestro país que participó en tres citas
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Jesús Vargas Villena
(Verdadcontinta-mayo/2018) Corría el año 1930 y Uruguay tras una fuerte pugna, logró consolidar su postulación como la sede del primer mundial de fútbol.
No hubo una clasificatoria, los participantes fueron invitados en base a los resultados obtenidos como participaciones en diferentes certámenes de tipo amateur. De Sudamérica estaban casi todos los países asociados, excepto Colombia, Ecuador y Venezuela.
La Selección de Bolivia llegó al puerto de Montevideo, pese a los conflictos sociales que vivía el país en ese momento, lo que fue destacado por los organizadores.
El entonces presidente Hernando Siles Reyes (1882-1942+), que intentaba prorrogarse en el mando, renunció “provisionalmente” el 28 de mayo de 1930 ante el repudio popular.
Lo sucedió su gabinete que dirigió el país por un mes. El 28 de junio, tras una revuelta callejera y muertos en refriegas en La Paz, llegó al Gobierno una Junta Militar presidida por el general Carlos Blanco Galindo (1882-1943+).

El presidente de la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF), Raúl Jude (1891-1971+), dijo al referirse a la selección nacional: “y a Bolivia, que a pesar de la convulsión que agita a la multitud de su pueblo, no trepida en hacer llegar a nuestras playas, en la antevíspera del comienzo del torneo, un equipo que nos muestra la gallardía de sus campeones”.
La delegación boliviana estaba presidida por Eduardo Zapcovic y Luis Zavala. Ulises Saucedo (1896-1963+) era el director técnico del equipo nacional; quien había dirigido ese año a The Strongest que ganó el campeonato paceño en calidad de invicto.
La delegación boliviana para su debut había preparado más allá de los entrenamientos deportivos, una particular coreografía para recibir el apoyo del público uruguayo.
Su debut mundialista se dio el 14 de julio de 1930 ante la selección de Yugoslavia.
Eran las 12.30 del jueves 17 de julio de 1930, cuando hizo su ingreso en el estadio Parque Central de Montevideo, el equipo boliviano con una camiseta blanca, cortos negros y una singular letra costurada en el pecho de cada jugador.
Haciendo la coreografía como estaba planificado, todos formarían la frase: Viva Uruguay, pero no contaban con una impericia del destino.
Uno de los jugadores bolivianos, se quedó en el baño de los camerinos; los archivos históricos refieren que sufrió de diarrea, sin que sus compañeros se den cuenta, por lo que formaron en la cancha la coreografía, cuya frase final decía: Viva Urugay, algo que no sentó muy bien en ese momento a los 18 mil espectadores.

Para la segunda foto, el jugador faltante se unió a sus compañeros y formaron la frase completa.
Pese a todo, los espectadores uruguayos apoyaron a los bolivianos durante el encuentro que culmino 4-0 a favor de los yugoslavos.
Un inicio con el pie izquierdo que marcó una tendencia hasta ahora en los mundiales de fútbol…