La apuesta cinematográfica Los de Abajo, a la cabeza del tarijeño Alejandro Quiroga Guerra, ya fue galardonada como mejor guión y mejor proyecto en diferentes concursos nacionales e internacionales.
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Mercedes Bluske Moscoso
(Verdadcontinta-junio/2018) Alejandro, el chico alto y de lentes de marco grueso, se adentró en el mundo del cine gracias a un grupo de teatro que tenía en la universidad, por el que tuvo la oportunidad de formar parte del equipo de la película Espíritus Independientes, de Gustavo Castellanos Echazu.
“Esa película fue mi inicio, al igual que el de muchos otros”, dice refiriéndose a sus compañeros de aventura: Sergio Bastani, Diego ‘Gato’ Pino y Andrea Camponovo Gamio, quienes hicieron sus primeras armas en aquel film.
Más allá del grato recuerdo que dejó la película tarijeña en 2005, para Alejandro marcó el inicio de un camino en el que hacer cine, era posible. “Me di cuenta que se necesitaba ganas y ñeque”, asegura.
Con una coproducción internacional y un presupuesto de producción que ronda los 330.000 euros, Alejandro se consolida en el rubro poco a poco, y Los de abajo es prueba de ello.
La historia se desarrolla en Tarija, en la comunidad de Rosillas, y la trama gira en torno a un campesino “rebelde”, que busca recuperar las acequias con las que regaba su familia, que fueron desviadas por un terrateniente argentino.
Gracias a Los de Abajo, Alejandro ganó un proyecto de desarrollo en 2014 tras participar en el concurso organizado por Bolivia Lab, un evento concebido para la formación y desarrollo de proyectos audiovisuales en Bolivia e Iberoamérica.
En 2015 recibió el premio a mejor guión, otorgado también por Bolivia Lab, y en 2017 clasificó a través de la Fundación Carolina, a Ibermedia, un programa de estímulo a la coproducción de películas de ficción y documentales del cual forman parte 21 países, entre los que se encuentra Bolivia.
“Películas como Relatos Salvajes- que fue nominada a mejor película de habla no inglesa en los Oscar’s 2015- recibieron el fondo económico de Ibermedia”, cuenta Alejandro, resaltando la importancia y el nivel del programa.
A través de Ibermedia, Alejandro viajó por 60 días a España, donde recibió ayuda para pulir la estructura del guión bajo la tutoría de guionistas del calibre de Tomás Aragay, coguionista de la película Truman, que obtuvo el galardón a mejor guión en los premios Goya, realizados en España en 2016.
Entre otros éxitos que acumula el proyecto de Quiroga en España, se encuentra el Festival de Cine de Málaga, pues quedó entre los seleccionados para participar en la mesa de coproducción internacional del festival.
De forma anecdótica Alejandro contó al equipo de Verdad con Tinta, que no dudó en llevar un par de singanis al stand en el que representó a Bolivia en el festival, para que los asistentes pudieran “degustar lo nuestro”.
Sin embargo, la conquista de este proyecto cinematográfico no fue solo en Europa; en Bolivia también fue reconocido con el premio Eduardo Abaroa, en la categoría Proyecto de Largometraje de Ficción.
Aunque Los de Abajo tiene gran aceptación sobretodo a nivel internacional, Alejandro reconoce que hacer cine en Bolivia es un desafío, especialmente por la falta de incentivos.
Por este motivo, convirtió al film en una coproducción a la que se suman Colombia y Argentina, con los productores Alexandra Yepes y Francisco Paparella, respectivamente. Además de contar con el apoyo de su coproductor boliviano, Alvaro Olmos.
Ambos países cuentan con fondos públicos destinados a este tipo de proyectos y los directores aspiran a conseguir el financiamiento.
Más allá de los desafíos, el joven espera empezar a filmar entre mayo y julio de 2019, y estima que el tiempo de rodaje sea de 4 a 5 semanas.
“Es una historia muy local, en la que resaltarán los paisajes de Tarija y su cultura”, dice Alejandro sobre el proyecto, con el que pretende mostrar el potencial paisajístico y el talento que hay tanto en Tarija como en Bolivia.
Si bien la filmación se hará en suelo tarijeño, el equipo técnico como el elenco, deberá contar con profesionales argentinos y colombianos, cumpliendo con lo que estipula la coproducción.
Para Quiroga, el cine es una forma de presentar al país ante el mundo, y lamenta que no se haya podido hacer una industria cinematográfica en Bolivia.
“Gracias al cine, Steve Soderbergh conoció el singani. Gracias al cine, el mundo entero puso sus ojos sobre el salar de Uyuni”, resalta sobre cómo esta industria puede catapultar al turismo y a los sectores productivos, internacionalmente.
Países como Chile- continúa Quiroga- que abrieron sus puertas a la industria, hoy en día explotan sus paisajes y su talento, generando un movimiento económico que gira en torno a producciones extranjeras que eligen al país como su lugar de rodaje.
“Mientras mas personas logran sacar un producto afuera, más gente de afuera va a querer venir a Bolivia a ver qué pasa”.
Dado el elevado presupuesto del film, Alejandro espera que empresas nacionales se puedan sumar al proyecto a través de auspicios y publicidad.
Si bien el grueso del dinero proviene de los premios que ganó y de la coproducción con los citados países, el joven cineasta cree que esta es una oportunidad para fusionar diferentes industrias con el cine.
“El primer paso es creer”, concluye Quiroga, sobre el futuro de la industria, “hay muchas cosas que influyen para que le industria crezca, pero lo más importante es creer”.