El programa se transmite por El Deber Radio desde 2015
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Mercedes Bluske Moscoso
(Verdadcontinta-junio/2018) Son las 3 de la tarde y en las casas cruceñas ya están listos los mates con cuñapés, para recibir a un par de amigas con el fin de pasar una tarde amena.
Se trata de una reunión atípica, sin visitas físicas, pero con la cálida presencia de dos comadres que a través de la radio, acompañan a quienes están solos, y regalan sonrisas a los que están acompañados.
Yuli Peña y Nicole Nostas Tarradelles llegaron al mundo de la radio en 2015 con una visión diferente del trabajo en el rubro, bajo la premisa de transmitir emociones y positivismo a través del micrófono.
El programa que comenzó como un pasatiempo, en pocos meses se convirtió en su actividad principal, consolidándose como un verdadero proyecto empresarial.
“Nos propusimos a buscar un espacio independiente que nos permitiera hablar de las temáticas que queríamos abordar”, cuenta Nicole sobre aquellos tiempos en los que la idea empezaba a germinar. Y pronto lo lograron en El Deber Radio. Con aquel dilema resuelto, una nueva interrogante llegó a la mesa: ¿Cómo se llamaría el programa?
La respuesta a esa pregunta la encontraron en su amistad, pues aparte de ser colegas, son comadres en la vida real. “Nos pareció jocoso y que muchas personas se iban a identificar”, coinciden las periodistas, quienes bautizaron al programa simplemente como: Las Comadres.
A lo largo de tres horas, de 15:00 a 18:00, Nicole y Yuli buscan llegar a la audiencia transmitiendo los valores y la esencia de este proyecto fruto de su amistad, contagiando respeto, ganas de luchar por ser mejores personas y optimismo.
“Cuidamos mucho lo que decimos y lo que sale al aire”, cuenta Yuli, mientras explica que aunque abundan las noticias negativas en los medios, ellas buscan resaltar siempre el lado positivo.
Y aunque el contenido de las comadres marca una huella dentro de la programación que ofrecen otros medios del dial, sin duda alguna su estilo de conducción caló en el corazón de los cruceños gracias a su espontaneidad y a ese modo de hablar cercano al oyente, que genera empatía aún cuando los temas puedan ser polémicos o sensibles.
De una forma natural, ambas logran llegar a los corazones no solo de los oyentes, sino también de sus entrevistados, haciendo vivir a quienes se encuentran en ambos lados de la dial, la magia de la radio.
Tanto es así, que en diferentes oportunidades los entrevistados dejaron caer lágrimas al contar alguna experiencia, o al hablar de algún tema que les afligía. “Son esas cosas que no sabemos cómo hacemos, pero que aquí pasan”, aseguran.
En entrevista con Verdad con Tinta, Yuli contó que suele llorar dentro del estudio al escuchar algunas historias, pues reconoce que es “muy sensible”, aunque Nicole no se queda atrás en ese aspecto.
Respecto a las temáticas que abordan a lo largo de la tarde, las periodistas aseguran que buscan crear espacios en los que las mujeres se identifiquen, por lo que suelen tocar temas de psicología, valores de la familia y coyuntura. Pero sin duda alguna, el sello de calidad lo ponen ellas, con su picardía y con su espontaneidad.
“Le hablamos a la gente en su idioma, de la forma en la que ellos debaten ciertas temáticas en casa”, resalta Nicole, quien es madre de dos pequeños niños.
Y ese es otro desafío; combinar la maternidad con el trabajo. Ambas conductoras son madres y, al margen de administrar su empresa, deben administrar sabiamente su tiempo para estar con su familia, así como cumplir con las responsabilidades del trabajo.
Sin embargo, parece ser que no hay desafío que estas dos periodistas no puedan superar. Tal vez sea que el secreto del éxito es apoyarse en una comadre y en el poder de una sonrisa.