Una jugosa celebración fue realizada en las calles de la ciudad en el día inaugural de la primera planta embotelladora
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Jesús Vargas Villena
(Verdadcontinta-julio/2018)El matrimonio Eid-Torchio, llegó a Tarija hace más de 40 años y vio en aquel pueblo de los 70, algo que otros no miraban, un potencial económico importante para la industria.
“Gracias a Dios estuvieron tan locos de venir e invertir”, dice con una tímida sonrisa, Yazmín Cassal Eid, actual jefa de marketing y publicidad de la empresa.
Yazmín se sienta en una amplia oficina, donde aparecen las botellas de diferentes años, las que marcaron la historia de la empresa como de la región. El contraste en la misma oficina, lo marcan los innovadores detalles que ella misma pone en su escritorio cubierto por dos gigantescas pantallas de diseño, y un mouse adornado con figuras abstractas.
De fondo, se escucha un sonido de la embotelladora. En eso, Yazmín invita a tomar una taza de té, mientras saca los datos y ve orgullosa las imágenes de todo lo generado estos 40 años en la ciudad, a la que ella considera una “gran familia”.
La joven con el pelo recogido hacia atrás, escondiendo sus simpáticos rulos con una chamarra roja de La Cascada que ostenta las principales marcas de esta industria como Queen Cola, recalca la importancia de generar una reciprocidad entre todos los trabajadores.
La planta de La Cascada cumplió 40 años de trabajo continuo en la ciudad de Tarija. Su inicio se remonta al 21 de mayo de 1978, cuando el matrimonio Eid-Torchio decidió apostar por la industria en esta región.
La pareja proveniente de La Paz llegó a Tarija de vacaciones y vio un mundo de oportunidades en el pequeño poblado. “Él vio que para obtener cualquier cosa, tenías que hacerte traer de la Argentina”, cuenta la joven comunicadora.
Para comprar una botella de agua, refresco o cualquier otro producto, una persona debía hacerse traer con antelación, pues las encomiendas tardaban como mínimo entre 4 a 5 meses en llegar.
Al notar esta situación, la pareja de empresarios que en ese entonces ya era propietaria de La Cascada que tenía una planta industrial en La Paz, decidió comprar un terreno en un área despoblada de Tarija, en la zona de Morros Blancos.
“Para la gente era lejísimos, porque el límite de la ciudad no pasaba de lo que es ahora la rotonda de Moto Méndez…imagínate”, dice sonriente Yazmín, con más confianza.
Los pobladores de ese entonces, pensaban que el proyecto era simplemente una locura. “En la actualidad se quejan que a Tarija la marginan, pero en ese entonces, ni la mencionaban”, dice para contextualizar un poco.
El pequeño poblado, no tenía por esa época la menor importancia para los gobiernos de turno, menos para el empresariado.
El día de la inauguración de la planta industrial de La Cascada, no fue una fecha cualquiera, todo el poblado estuvo movilizado, fue un motivo de festejo.
Para la ocasión, organizaron un gran desfile para dar la bienvenida a la nueva industria.
Aquel 21 de mayo de 1978, una caravana salió con los camiones de la empresa desde la zona de Morros Blancos hasta la plaza principal, la misma fue seguida por un grupo de motociclistas, cuyos integrantes no dejaban de tocar sus bocinas.
Los trabajadores lucían orgullosos sus overoles con el logo de la empresa.
La Cascada en Tarija inició con 36 trabajadores, 30 repartidores y 6 administrativos.
Pasada la caravana con los camiones, las motocicletas y las carrozas con mozas chapacas rodeadas de botellas de gaseosas, las actividades se concentraron en el entonces patio prefectural, que en la actualidad es el coliseo Luis Parra, donde hubo presentaciones de danza, canto, entre otros.
Con el pasar de los años, La Cascada dio su primer producto estrella surgido en Tarija, La Chapaquita, que fue la singular gaseosa en botella pequeña de menos de un litro a precio accesible, la que empezaron a distribuirse en todo el país.
“El nombre viene por el buen resultado que se tuvo en Tarija con este producto, por lo que comenzaron a llamarla Chapaquita”, cuenta.
Esta industria tiene en la actualidad una planilla de 500 trabajadores, con distribuidoras en Bermejo, Villa Montes y Yacuiba. Sin embargo, los trabajos indirectos redoblan las mil fuentes.
La planta de Tarija es una de las siete que tiene la empresa a nivel nacional, con productos que son encontrados en cualquier parte del país, siendo una de las industrias más importantes.
Mientras Yazmín, nos entrega un casco amarillo para dar un paseo por las instalaciones de la planta industrial, destaca que esta fábrica, no solo tiene el producto como resultado, sino que está presente en la comunidad con sus diferentes actividades.
“La Cascada se caracterizó por apoyar eventos deportivos, culturales o benéficos, es parte de nuestra política”, destaca. Al caminar por esta planta, la joven saluda uno por uno a los trabajadores al hacer la visita, en tanto, cientos de botellas van pasando como maletines por las máquinas rodantes.
“Al ser una empresa familiar, nos importa mucho la conexión con las personas”, dice al reforzar la política empresarial.
Yazmín, una comunicadora de 28 años, no vivió en aquellos tiempos, pero es consciente de la historia que está detrás de esta empresa, en la que actualmente se encarga del tema visual.
“Somos la segunda generación y la idea es que la tercera siga con estas mismas políticas de desarrollo empresarial, pero sobretodo humano”, acoto, al agregar que gran parte de los obreros, son hijos de aquellos que iniciaron el proyecto del matrimonio Eid-Torchio.
La planta se mantiene en la zona de Morros Blancos, pero el lugar ya no es el mismo, está poblado y otras industrias se instalaron en los alrededores.
El jugoso resultado se basa en la consolidación de la marca en el plano local, nacional, pero especialmente, en el desarrollo integral de la empresa con la sociedad.
«Las dueñas de las tiendas aman a sus vendedores”, dice sonriente un administrativo, al contar que hasta pueden recibir reclamos si cambian de trabajadores.
Aquel proyecto del 70, en aquel pequeño poblado dio sus frutos y abre hoy una gama de oportunidades en la región.
Jesús que bueno recordar la historia de emprendimientos en nuestra chura Tarija,te felicito, según la lengua de mi familia, mi tío Lucio Campero, fue el primero en realizar una gaseosa propia tarijeña, por los años 60, pero fracasó el intento, no fue aceptada por el paladar de esos tiempos.