En un periodo de expansión de la economía nacional los salarios reales, en promedio, no lograron subir, incluso se contrajeron por diferentes gestiones.
Esta situación confirma que la política del Gobierno Nacional, orientada principalmente a beneficiar al segmento de los trabajadores con sucesivos incrementos salariales, no logró el efecto esperado de mejorar los ingresos reales de la masa laboral, menos de una forma homogénea en todos los sectores, según indica un estudio de la Fundación Milenio.
En el sector privado, en términos nominales, entre los años 2006 y 2016 fueron los denominados “otros obreros” los más beneficiados con un incremento salarial promedio superior al 10 por ciento, seguidos de los “obreros especializados” con un 7.3 por ciento.
También los “empleados” y “otros empleados” estuvieron por encima del promedio general del 5.9 por ciento, según refiere este estudio.
Entre los estratos con menor incremento salarial destacan los segmentos profesionales.
La situación ha sido aún más desfavorable para los profesionales, gerentes y administradores si se considera el promedio en términos reales, ya que sus salarios se contrajeron hasta en un porcentaje de 2 por ciento entre 2006 y 2016. El resto de los grupos ocupacionales obtuvo mejoras de hasta 4.1 por ciento, siendo los más favorecidos los segmentos de obreros.
Algo similar se dio en el sector público con las remuneraciones de los estratos directivos contrayéndose en promedio 3.4 por ciento, administrativos en 0.7 por ciento, profesionales y técnicos en 0.6 por ciento.
Las categorías ocupacionales con incrementos positivos fueron el personal de servicio con 2.2 por ciento, obreros con 3.2 por ciento y los eventuales con 5.8 por ciento -en los tres últimos años, sin embargo, los salarios de los empleados eventuales se han venido reducido de forma continua. En realidad, a nivel general la administración pública ha experimentado un decrecimiento salarial de 0.6 por ciento.

En ambos casos privados y públicos, se puede percibir un sesgo en el tratamiento salarial: los segmentos con un mayor grado de educación, como los profesionales con estudios superiores, se han visto frecuentemente más desfavorecidos.
Por el contrario, la mano de obra con menor educación ha conseguido importantes mejoras salariales.
Según Milenio, este resultado envía una señal importante al mercado laboral, premiando a los trabajadores menos calificados.
Quienes han cursado una carrera universitaria no han visto recompensado su esfuerzo porque sus salarios reales tendieron a caer, a diferencia de los trabajadores con menos años de estudio que sí mejoraron su remuneración. Lo que preocupa de esta situación son los efectos a mediano y largo plazo, ya que se puede decir que resta incentivos para educarse. Los incrementos salariales por Decreto, sin tomar en cuenta las posibilidades concretas de los distintos sectores económicos y además desestimando criterios de productividad laboral, parecen haber distorsionado mucho más el mercado laboral en Bolivia.
La población económicamente activa ocupada en Bolivia se encuentra por encima de 5,4 millones de personas, no todos tienen un trabajo formal.
De acuerdo con estimaciones recientes, la población ocupada en el mercado informal estaba en torno a 80 por ciento e incluso bordeando 10 puntos porcentuales por encima, según la Fundación Milenio.
Datos del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), también confirmaron esa apreciación, ya que el trabajo formal ocupa el puesto 10 de países de la región, pero el informal escala posiciones hasta llegar al tercer lugar.
Un estudio realizado en el año 2015 por la empresa Mercados y Muestras en todo el país, según el titular de la Confederación de Empresarios Privados de Bolivia CEPB, Ronald Nostas, da cuenta de que los beneficios sociales laborales llegan solo al 20% de los ciudadanos de las áreas urbanas como rurales, porque el 77% estaría sumido en la informalidad o con contratos de consultorías.

Tarija está entre los departamentos con uno de los porcentajes más altos de personas que no reciban beneficios sociales laborales, ni siquiera un aguinaldo.
Según este estudio, el porcentaje de personas que no recibe estos beneficios es mayor en Cochabamba con el 87%, Chuquisaca el 81%, La Paz el 79%, Beni el 78%, Tarija el 75% y Santa Cruz el 71%.
- Política salarial
Los incrementos salariales fueron instruidos por encima de la productividad y la inflación, provocando aumentos sostenidos de los costos salariales por las subidas del salario mínimo como del haber básico.
Entre los años 2006 y 2017 el salario mínimo aumentó, según la Cámara Nacional de Comercio en promedio un 13,6% anual y el salario básico en 8,1% y la inflación únicamente creció en 5,7%.
Según el discurso oficialista, la instrucción de aumentar el salario mínimo ha sido pensando en las pequeñas empresas.
- Salario mínimo
El año 2006, el salario mínimo real era superior al salario nominal de Bs 500 al mes. Aunque el salario mínimo era pequeño respecto del actual, el poder de compra que tenía era mayor que al que tienen ahora los más de Bs 2,060.
Para los empleadores no es lo mismo, porque los costos son contabilizados tomando en cuenta los salarios nominales.
Contablemente es muy diferente Bs 500 que Bs 2,060. Si esto no entienden los dirigentes sindicales, entonces no están capacitados para dirigir una empresa, sobre todo si está en quiebra, refiere el estudio de la Fundación Milenio.
- Productividad
La relación laboral debe ser de reciprocidad. “Te doy este salario a cambio de tu trabajo para producir una cantidad de algo”.
Si el empleador aumenta el salario que paga al trabajador, este deberá aumentar una determinada cantidad más de lo que producía antes del aumento. Eso se llama retribuir con base en la productividad.
Sin embargo, en el país la remuneración se determina sin tomar en cuenta este tipo de relación, de modo tal que se mantiene estable la productividad y los salarios crecen.
Esta situación se da hasta que los incrementos sobrepasen la productividad; cuando ello ocurre, la empresa ya no es rentable ni sostenible. Es preferible cerrar la empresa.
En Bolivia no hay estudios recientes sobre la productividad. Sin embargo, de acuerdo a datos del BID, la productividad total de los factores en 1960 era de 58,57 y en el año 2011 subió 1,08 puntos, pues se sitúa en 59,65. Es decir está estancada.
Según el Instituto de Estudios Avanzados en Desarrollo (Inesad) el año 2012 la productividad nacional representa apenas el 37,5% respecto a la del mundo, y el 47,3% de las economías que componen América Latina y el Caribe.
En un sistema de remuneración fija no se puede incrementar indefinidamente los salarios en determinados porcentajes, sin que se acompañen del incremento de la productividad, según refieren estos estudios.
La productividad sectorial en el país no es homogénea, varía de un sector a otro.
En los sectores de mayor productividad los salarios suelen ser mayores: por ejemplo, en la extracción de petróleo y gas natural, generación y distribución de energía eléctrica o en comunicaciones.
La productividad de los factores es mayor y en particular de la mano de obra calificada, refiere la Fundación Milenio.
Este estudio refiere que la política salarial del país no nace de una interpretación correcta de la realidad del sector productivo del país, o en general de la situación de las empresas y emprendimientos.
En el discurso, el Gobierno Nacional dice que no incrementó en 5.5% el salario mínimo, sino que instruye un crecimiento del salario mínimo en 3%. Sin embargo el 3% solo es válido para los recién ingresados y no así para los trabajadores antiguos.
De esta manera, el tratamiento es el mismo para una empresa grande que para una pequeña o micro empresa.
Milenio concluye que no toman en cuenta la productividad de los factores y en particular de la productividad de la mano de obra. El resultado de esta política es el cierre de pequeñas empresas y la falta de creación de empleo formal.
ElApunte
La Fundación Milenio es un centro de pensamiento independiente, inspirado en el propósito de modernizar las estructuras nacionales y crear las condiciones propias de una sociedad abierta, democrática, pluralista e integrada en el mundo.
Esta fundación concentra su atención en la producción y diseminación del conocimiento sobre los desafíos del desarrollo, la construcción democrática como la globalización, según explica en su portal..