Un horizonte lleno de cactus de todo tamaño rodea la comunidad de Cóndor Huasi y recorre por Huarmachy hasta llegar a Curqui. El paisaje está compuesto por campos donde se pierde la vista con nada más que la majestuosidad de enormes y variados cardones que deleitan la mirada, debido a los distintos colores como formas tan peculiares que solo la zona tiene.
En la extensión de este paisaje, nadie sin previo conocimiento se daría cuenta que ahí se encuentra la reserva más grande de cactus de Sudamérica, pues no existe señalización; ni si quiera un letrero que indique el camino. Peor aún, no se sabe dónde empieza ni dónde termina el parque natural.
La riqueza de la reserva se desvanece literalmente a la vuelta de la esquina, donde las casas que se encuentran en la zona están hechas de adobes, solo dos o tres están construidas con ladrillos… hornos de barro y troncos secos de cardón acompañan los patios. Alejados de la carretera se encuentran los corrales donde habitan los animales, que sin dudar le dan vida a la economía.
Este lugar de ensueño se encuentra en la zona alta del departamento de Tarija, en el municipio de El Puente de la provincia Méndez.
Durante el recorrido al distrito encontramos a Margarita, una niña de doce años que, junto a su hermana de seis, cuidan las chivas a orillas del camino, solas, a la sombra de un cactus. Su única compañía es su perro y a simple vista se puede ver que tienen su ropa desgastadas y los pies entumidos por la intemperie de de sus ojotas y el frío característico del altiplano.
Con la inocencia que caracteriza a una niña, pero con una mirada triste de la vida, Margarita relata un poco de su familia.
“Somos hartos, tengo siete hermanos… conmigo ocho y mi hermanita nueve, también tengo dos hermanos que han muerto…Yo he dejado de ir al colegio, me han hecho perder este año, porque tengo que ayudar a mi mamá a cuidar a mis hermanos, pero quiero volver”.
En el recorrido por el distrito hasta llegar a la reserva de los cactus, se siente no solo el trajín del camino por el viaje y el lejano silbido del viento, también la soledad de un pueblo que se está quedando vacío, uno que otro se asoma a observar, ¿quién o quiénes se atreven a llegar a su comunidad?, de seguro pensando que es algún turista que va a conocer la reserva.
A orillas del camino, en Huarmachi, cuidando chivas que corretean en medio de los cactus a una niña y un “quepe” (carga) de leña se encontraba Eva Chauque, una comunaria.
La mujer no mostró mayor asombro por la maravilla natural que la rodea. “A usted le parece lindo, yo estoy cansada de vivir aquí”, responde matando la emoción de la visitante.
La mujer toma un suspiro y sigue contando. “Es muy seco, hubo pocas lluvias, sufrimos nosotros y también los animales, porque no hay pasto para que coman. Este tiempo es el más seco y es el peor año porque no hay agua”.
“Tenemos que vivir aquí, no podemos salir a buscar trabajo en otro lugar por nuestros animalitos, y nos sustentamos de ellos y de los cultivos. Solo cuando llueve hay, después no… Tierras hay, agua es lo que hace falta…la necesidad más grande es esa, nos hemos cansado de pedir a las autoridades, pero dicen que no hay plata”, relata.
“A usted le parece lindo, yo estoy cansada de vivir aquí”.
Eva también relata que la disminución de juventud “es grande” no solo en Curqui, sino que también en Huarmachi, como en las demás comunidades aledañas.
“La escuela solo cuenta con tres profesores, quitaron el ítem y los llevamos a Curqui a nuestros hijos, ya que el año pasado había secundaria y este ya no”.
- La reserva más grande de Sudamérica
En “la reseña histórica de la comunidad de Curqui” se afirma que se encuentra en la segunda sección de la provincia Méndez del departamento de Tarija, a 72 kilómetros de la ciudad, con una población aproximada de 240 habitantes.
También hace énfasis que ahí se encuentra la segunda reserva más grande de cardones de Sudamérica con más de 12 variedades de cactus.
El texto menciona: En el lugar se observan 12 variedades de cactus que en ningún otro sitio existe, entre ellos están el cardón verde, cardón amarillo, el lorocho, phoko, el cola y zorro, entre otros. Estos florecen en colores variados, como el amarillo, el rojo y el blanco. Su tamaño es variado, los hay desde dos metros y pueden llegar hasta los cinco metros de alto con grosores que superan a un eucalipto”.
En Curqui no solo se encuentra la reserva de cardón, también existen ruinas precolombinas, una iglesia histórica, y la gastronomía del lugar como: el mixto de carne, el cerdo y el cabrito acompañado con el destilado de pasacana.
Con el pasar de los años, la comunidad cambió el nombre de Churqui a Curqui.
Esta información coincide con la Dirección de Turismo de la Gobernación tarijeña.
La Dirección Departamental de Turismo describe el sitio como arqueológico compuesto por grabados rupestres en rocas, “de diferentes figuras geométricas que fueron realizados por los incas hace 700 años cuando llegaron antes que los españoles”.
También describe que la iglesia fue construida con solo piedras.
La Ley Nº 2465 del 2 de mayo de 2003 de carácter nacional, en el artículo primero, declara: “parque natural de manejo integrado El Cardón, en la zona donde se ubican las comunidades de Huarmachi, Condorhuasy, Curqui y Copayito, del municipio de El Puente de la provincia Méndez del departamento de Tarija.
El artículo tercero, alega que la reglamentación y administración de este parque, estará a cargo del Servicio Nacional de Áreas Protegidas (Sernap), en coordinación con la Prefectura de Tarija (actualmente, Gobierno Autónomo Departamental de Tarija), el Gobierno Municipal de El Puente, y los comunarios. N
- Proyecto turístico en Curqui
El ingeniero Elieser Posadas Vega, quien es encargado de turismo de la Subgobernación de El Puente, afirma que Curqui es la reserva más grande de cactus de Sudamérica, y en Latinoamérica es la segunda después de México.
“La Subgobernación no tiene la competencia para hacer algún cuidado o intervenir dentro de la reserva, al ser un área de manejo integrado declarado por ley, es el Servicio Nacional de Áreas Protegidas quien se encarga del cuidado, conservación, y preservación de la misma”.
Menciona que la Subgobernación de El Puente está iniciando obras del proyecto denominado “Circuito turístico” y en Curqui construirán un albergue para los visitantes justamente al lado de la iglesia.
Explicó que el objetivo es que toda la comunidad trabaje y tenga la posibilidad de recibir turistas, generando un movimiento económico en la zona.
También explica que el proyecto integrado, consiste en la promoción y la difusión del destino turístico Curqui, para que los mismos comunarios puedan brindar servicios mediante componentes que son: la gastronomía, la elaboración de artesanías de la madera de cactus, la alfarería u otros emprendimientos productivos, como la elaboración de miel.
“La elaboración de la miel en Curqui es muy especial, es una de las mieles más caras que se podría conseguir en Bolivia, porque es mono floral. En todas partes donde hay productores de miel, las abejitas van a las flores de eucaliptos de molles de rosas, de claveles, de todas clases de flores, esas son mieles multi florales”, explicó
“Pero en Curqui, solo acceden a la flor y frutos de cactus para elaborar sus mieles, entonces es una miel mono floral, y otro componente del proyecto turístico es la capacitación de viaje como la promoción del destino”.
El técnico de turismo del Sernap, Omar Mendoza, aclaró que esta institución nacional no es de inversión, si no de control y supervisión.
Indicó que en el campo de proyectos de inversión, ya sea para el turismo o el desarrollo integral de la región las instituciones a cargo son la Alcaldía y la Subgobernación de El Puente. “Sernap no se encarga de la reserva de Curqui, ya que no contamos con permiso ni instrucción, pero sí supervisamos si hay alguna anomalía en el lugar”, aclaró.
“Sernap y la Gobernación no tienen los recursos suficientes para poner un encargado que haga gestión en el área, lo correcto sería que el Gobierno Nacional, haga una gestión en el sentido que ponga un cuerpo de protección con técnicos”.
Mendoza asegura que la citada reserva no tiene influencia de depredadores o cazadores, pero sí reconoció que requiere de mayor control.
- La realidad en la comunidad: Migración
A 72 kilómetros adormece la realidad que vive la comunidad de Curqui, donde el desamparo y los rayos de riqueza de la reserva no brillan en la unidad educativa que está ubicada en el centro del pueblo, paredes deterioradas, una cancha en mal estado, aulas con ventanas rasgadas, así se observa por fuera aquel establecimiento.
El exdirector de la unidad educativa de Curqui, Héctor Velásquez, narró que en los últimos dos años hubo un decrecimiento de estudiantes. “La cantidad de alumnos disminuyó de un 100% a un 25%, esto por razones de que en la comunidad y a sus alrededores la situación de vida es muy crítica”.
En cuestión a la emigración de estudiantes y comunarios, Velaquez afirma que “una de las principales causas es la situación económica, ya que en la zona las características climatológicas no permiten generar ingresos económicos en las familias, tomando en cuenta que la principal fuente de vida es la agricultura y ahora en estos últimos años azota muy fuerte la sequía. Lo que se produce apenas abastece para su consumo mínimo”.
Según el censo 2018 de la unidad educativa de Curqui, durante la gestión 2018 hubo 48 familias en total en la comunidad, contando desde los niños de 0-3 años hasta los 17 años entre estudiantes que asistían a la escuela eran 16 varones y 12 mujeres, quienes cursaban los cursos de primera sección. “Hasta ese año hubo primero y segundo de secundaria”.
Jóvenes entre los 14-17 años tenían que migrar para conseguir un trabajo o directamente irse a otra institución educativa para seguir estudiando lo que desencadenó una mínima cantidad de estudiantes en el establecimiento.
“Es increíble cómo cambian cada año las actividades de la comunidad, ya son muy pocos los que se quedan, y es porque no tienen dinero para salir de esa situación crítica”.
Entre los adultos hubo una cantidad de población entre alfabetos y analfabetos de 54 varones y 61 mujeres.
La población en general era de 150 habitantes que vivía en la comunidad de Curqui.
El “censo 2019 de la unidad educativa de Curqui, indica que “hay 47 familias en total en la comunidad, contando desde los niños 0-3 años hasta los 17 años.
Entre los estudiantes que asisten a la unidad educativa hay 16 varones y 9 mujeres en los cursos de primera sección, hasta sexto de primaria.
Debido a la falta de estudiantes no hay nivel secundario, jóvenes de 14 a 17 años solo quedan 4.
Entre los adultos, existe una cantidad de población de alfabetos y analfabetos de 46 varones y 53 mujeres. Una cantidad total de 143 habitantes.
Todos los datos del censo corroboran la preocupación que el exdirector refleja.
“Es increíble cómo cambian cada año las actividades de la comunidad, ya son muy pocos los que se quedan, y es porque no tienen dinero para salir de esa situación crítica. La mayor dificultad o carencia en general que posee la comunidad es la escasez de agua para el consumo como el cultivo y la carencia de fuentes de empleo que provocan la migración”.
Al cuestionarle si los estudiantes reciben alguna ayuda de las instituciones, expresó con pesar que “es muy poca, por no decir que no es nada, debido a que las autoridades no tienen proyectos enfocados a la educación y más propiamente en esta zona, si hacen o llegan con algunos pequeños incentivos, solo es en aniversarios u otros pequeños actos», acotó el profesor.
“El desayuno escolar que apoya la Alcaldía también se da en todas las unidades educativas de El Puente, entonces no es un proyecto nuevo, sino la continuación de las anteriores autoridades. Por el hecho que exista la reserva de cactus, no se puede percibir ningún beneficio significativo por el momento, y peor aún para la unidad educativa”.
Otra realidad que azota es la de don Eulogio Cazón, comunario de Curqui, que desde otros ojos describe el mismo escenario.
“En los últimos dos años hubo disminución de estudiantes, tres ítems nos han quitado, de aquí los chicos se han ido, a Iscayachi… al internado se iban, pero después de una semana por la pena se volvían, aparecían con el bolsón de ropa al hombro”, relató.
“Tierras hay, agua es lo que hace falta…la necesidad más grande es esa, nos hemos cansado de pedir a las autoridades, pero dicen que no hay plata”.
“En los últimos tres años se mermaron las familias, de mí nomás se fueron tres hijos y sus familias, algunos se van a la ciudad, a la Argentina, dejan a la mujer con las ‘wawas’ y vuelven un tiempo de visita para irse de nuevo. Se van de aquí porque no hay para trabajar, no hay agua y es complicado”, contó.“Las autoridades nos han puesto cañerías, tenemos agua potable, también estanques, pero no abastece, lo tienes pero si no provee, no sirve de nada”.
En este lugar hay mujeres que se dedican a la agricultura y a la crianza de sus bebés o “wawas” al mismo tiempo.
La misma frase y preocupación se repite en don Eulogio. “Las autoridades nos han puesto cañerías, tenemos agua potable, también estanques, pero no abastece, lo tienes pero si no provee, no sirve de nada”.
“A veces los estanques están vacíos, ni agua para los cultivos, para los animales hay, en la agricultura para sembrar ya no tenemos”, acotó el comunario.
Reveló que “a veces” el agua llega después de 47 días. “Algunos tienen dos o tres días, ‘esito’ si quiera te abastece un poco”.
“Aquí se dedican a sembrar zanahoria, ajo, cebolla verde y papa. La zanahoria es lo más fuerte, algo te renta, metro y medio ya tienes una bolsa de quintal cuando da lindo, pero, a veces hay mala cosecha”, agregó.
Dijo que hay oportunidades en que la zanahoria está a Bs 35 el quintal, otras veces baja hasta Bs 25. “Lo máximo que se ha vendido es hasta Bs 90”.
Entusiasmado y sonriente mientras arroja la mirada a los cardones que se pierden por las praderas dice que están empezando a llegar turistas.
“Con el encargado de la Subgobernación – de El Puente-, vienen con jóvenes de la universidad, y a veces particulares uno que otro. Se está construyendo un albergue turístico al lado de la iglesia, hasta octubre ojalá esté terminado”.
Con la esperanza de que el turismo crezca en Curqui, por las producciones del licor de pasacana hecho con los frutos de cactus, la miel, la gastronomía, las ruinas precolombinas y sobre todo la reserva más grande de cactus de Sudamérica sea conocida, de forma que la comunidad no siga sumergida entre la miseria y el olvido.
Dice emocionado don Eulogio con una sonrisa empañada de brillo en los ojos que hasta el momento todavía no hay mucho beneficio, pero tener más turistas es parte de nuestros sueños, algo servirá para paliar nuestras necesidades”.F
Staff
El reportaje fue realizado por los estudiantes de la materia Investigación Periodística de la Universidad Privada Domingo Savio a cargo del docente, Daniel Rodríguez.
Los estudiantes que realizaron este reportaje son: Claudia Alcoba Velásquez, Leydi Dávila Flores y Luz Rivera Areco. Fotografías de portada e interiores: Claudia Alcoba. Todo este trabajo fue supervisado por el equipo de Verdad con Tinta.