En las alborotadas calles de El Alto, de noche reina el metálico sonido del silencio, el poder y el miedo. Las calles están dominadas por la lucha de liderazgo entre pandillas, que en la comodidad de la noche, no temen pagar con su vida el precio de estar en la cima.
“Atrapados en Azul” es fruto de una ardua investigación de “varios” meses realizada en el año 2003 en la ciudad de El Alto.
Luis Guaraní, el director de la película, pasó meses conviviendo con las pandillas juveniles de la ciudad y palpando su realidad en primera persona, para luego plasmar su esencia en la pantalla grande.
Aunque el guion responde netamente al género de la ficción, está inspirado en las interacciones cotidianas que Guaraní vio y percibió a lo largo de su permanencia en El Alto.
Su amor por la noche, el poder y sus conflictos internos, son develados paulatinamente a lo largo de la película.
“Me interesaba mostrar el fenómeno de la violencia juvenil”, asegura Guaraní, quien a lo largo del film muestra cómo la lucha por el poder en las pandillas conduce a los jóvenes hacia un laberinto marcado por la intimidación y el crimen.
Para Guaraní, la ola de violencia que se vivía en aquel periodo neoliberal, en el que los sectores populares eran “víctimas del Estado”, era retrucada en los grupos juveniles en la ciudad de El Alto.
“Eso me llamaba mucho la atención”, reconoce, pero aclara que no debe generalizarse que todos los jóvenes en El Alto se comporten de esta manera.
Respecto al título de la película, el director explica que en la zona era muy común que las pandillas se drogaran con clefa -algo que aún se ve en algunas partes de la ciudad- por lo que él cuestionaba a los jóvenes porqué lo hacían. “La respuesta que me daban era: ‘tranquilo, esta todo blue’, que significa literalmente ‘está todo azul’”, relata el director paceño.
Guaraní reconoce que el cine boliviano está subiendo de calidad gracias a los incentivos, pero aún queda un largo camino dentro de la industria, haciendo hincapié en que el talón de Aquiles son los guiones, por lo que debe reforzarse ese aspecto en el mercado cinematográfico nacional.
En 2017 la película llegó a la fase final de los Premios Platino.
Aunque el film fue estrenado por primera vez en la ciudad de La Paz en el año 2016, este 2019 se está realizando un estreno “masivo” en las ciudades de Santa Cruz, Cochabamba y el re estreno en la Sede de Gobierno.
El director espera que este estreno pueda extenderse a las ciudades de Sucre y Tarija principalmente.
Atrapados en Azul fue realizada con financiamiento del fondo Ibermedia, un programa de estímulo a la coproducción de películas de ficción y documentales realizadas en la comunidad integrada por veintiún países, entre los que se encuentra Bolivia. También recibió el fondo de Intervenciones Urbanas otorgado por el Gobierno Nacional y el Ministerio de Planificación del Desarrollo.
Una característica a destacar, es que cerca del 95% del proyecto fue realizado en Bolivia, inclusive aspectos técnicos que requieren de alta precisión, como la mezcla de sonido.
Atrapados en Azul también fue una ventana para nuevos talentos nacionales, pues aparte de que todos los artistas son bolivianos, la mayoría de ellos no tuvieron una experiencia actoral anterior.
Adrián Machicao, Brenda Pardo y Nicolás Urzagasti interpretan a sus personajes, imprimiéndoles un aire de espontaneidad y naturalidad, que le da solidez a la película.E