Cuarenta y un años después del exilio, el joven productor Jonás Michel Valencia recorre los pasos de Nilo Soruco por Caracas, para la realización de un documental que más allá de mostrar la inspiración musical del cantautor, pretende sacar a relucir la ideología y las vivencias del tarijeño, entre el exilio y la nostalgia.
En el 2019, aquella tierra de las oportunidades en la que se había convertido la Caracas de los 70’s, tiene desgastado aquel toque futurista de majestuosidad que la caracterizó. Sin embargo, en el corazón de la ciudad aun viven los recuerdos de sus años de gloria y las huellas de un tarijeño que la amó y la sufrió durante su destierro. Aquel destierro que inspiró éxitos como ‘Ya la pagarán’, ‘Duraznero, ‘Instantánea’ y ‘La Caraqueña’, la canción que se convirtió en una especie de canto de resistencia que identifica a quienes están lejos de la patria.
Jonás, a lo largo de este viaje, pretende desnudar los todos los recovecos por los que anduvo el cantautor tarijeño, e ingresar a lo más íntimo de su vida y sus pensamientos.
“Más allá de las ideologías políticas, la filosofía de Nilo Soruco era muy humana; luchar por las clases obreras, no lo hace cualquiera”, asegura Jonás, quien ya lleva varios días en la capital venezolana, y no hace más que seguir descubriendo aspectos fascinantes sobre la vida de su paisano.
“Durante sus primeros meses él estaba muy cómodo aquí, pero su compromiso era diferente”, explica el productor del documental, quien resalta que pese a que Nilo palpó aquella vida de la burguesía venezolana a través de sus amigos, ansiaba volver a su patria para construir la Bolivia que él consideraba correcta, al margen de que añoraba a sus afectos.
Desde ese punto de vista, a música de Soruco era una forma de transmitir aquellos ideales que para muchos resultaban revolucionarios. Su música que pretendía mostrar una incomodidad en la sociedad, aquella incomodidad que él sentía y con la que se identificaba. Así, la caraqueña es un canto al su anhelo por volver a su tierra para defender sus convicciones, según relata Jonás en base a lo que pudo descubrir sobre la vida de Soruco en Caracas.
El proyecto del documental nació a raíz de una reedición que Jonás pretendía hacer de la canción, para lo cual consiguió los derechos de autor gracias a la generosidad de las hijas de Soruco, sin embargo, al adentrarse en la canción, sintió la necesidad de contar aquel fragmento de la vida de Soruco que la había inspirado.
El trasfondo era tan rico, que no podía dejar de contarlo.
De esta forma Jonás llegó a Caracas el pasado domingo para el proceso de inmersión, el cual consiste en recopilar la mayor información posible sobre la vida del autor en el exilio, de boca de quienes convivieron con él durante esos años o a través de documentos en los que quedaron marcados sus pasos en la capital.
El director de Bellas Artes, el embajador de Bolivia en Caracas, la viuda de José Soruco- hermano de Nilo- y el cantante Pepe Murillo, son algunas fuentes a las que Jonás tuvo acceso en esta etapa de preproducción del documental.
Aunque aún no está definida la fecha de presentación de la pieza audiovisual, ya ha generado expectativas en el país. El director espera tener concluida la producción entre noviembre y diciembre. El estreno, con seguridad, sorprenderá el 2020, año en el que también se estrenará la película de Nilo Soruco, de la mano de Reynaldo Pacheco.