Por Silvia Rentería Maldonado
El juego de roles en el que uno se pone en los zapatos del otro, fue parte del taller de tratamiento periodístico sobre niñez en riesgo social: Cuando un niño calla, un periodista habla.
La participación de cada periodista que asistió el pasado fin de semana al taller, no solo hizo la representación de cada medio de comunicación local, sino, que marcó la presencia y el compromiso de asumir un nuevo reto, el de abordar temas sobre la imagen que construyen de la infancia en riesgo social.
Aldeas Infantiles SOS Bolivia, fue el escenario de este taller de capacitación para periodistas, cuyos principales protagonistas, fueron y serán los niños en riesgo social.
Los expositores fueron el periodista español Ramón GrimaltOblitas y el director nacional de Aldeas Infantiles SOS, Eduardo Serrano Birhuett, quienes con su cálido lenguaje, escribieron nuevas formas de redactar las noticias.
Sentados en sillas, en un círculo, dando algunas sonrisas al compañero de al lado, cada periodista recibió un oso de peluche, algunos abrazándolos y otros simplementeponiéndolo a su lado.
“Soy Diego, me gusta armar legos, que mamá se quede en casa conmigo, ir al canal, tocar y jugar con las cámaras, abrazarla muy fuerte… la quiero mucho”, es otra de las voces de los niños que retumba en la cabeza de una periodista en la actividad del juego de los roles.
Pero hay más voces de niños que anhelan pasar más tiempo con sus padres, o simplemente se imaginan o sueñan que eso es lo que podrán decirle si estuvieran con ellos.
Serrano, presentó directrices sobre el tratamiento de infancia en riesgo, tales como el código ética periodística, la Convención de los Derechos del Niño y Niña, entre otros, que todo periodista debería manejar para el tratamiento de temas relativos con la infancia.
Tomando en cuenta estas pautas, Grimalt ingresó en el álgido debate de la ética periodística.
“La objetividad en el periodismo es una utopía”, dice Ramón Grimalt como una respuesta a los años de experiencia vividos en esta área.
En el debate impulsado por Grimalt, surgieron temas como la invasión en las redes sociales, la aparición de la figura de periodismo de calle o “Yo Periodista”, entre otros.
Para el periodista que es ganador de diferentes premios nacionales, la ética periodística no existe, pero el profesional en esta área debe prevalecer sus valores morales, aquellos heredados desde la casa.
En el caso de temas que tengan que ver con niños, siguió esa línea, refiriendo que la sensibilización con los propios debe reflejarse también con aquellos que se encuentran en un estado de vulnerabilidad.
Lo que inició entre lágrimas al hacer el juego de roles con los periodistas, culminó en la entrega de certificados, pero especialmente de aquellos peluches, símbolo de vida.