Bolivia es el cuarto país de América Latina con el índice más alto de violencia de pareja en jóvenes, con un 24,6%.
El 51,9% de las mujeres solteras de 15 años o más, vivieron algún episodio de violencia en el transcurso de su relación con su enamorado o novio. Parecen datos aislados, pero la realidad se refleja en cifras.
Dada esta situación, hace un par de años, tras una reunión con personal de la Secretaría de la Mujer, la docente de la Carrera de Ingeniería Comercial, Lorena Frescia Mendoza Gutiérrez se dio cuenta de que la violencia en Tarija era un tema preocupante, por lo que decidió estudiar este fenómeno desde la vivencia de los jóvenes; haciendo lupa en las aulas. A la iniciativa de sumó el ingeniero Dean Castillo, quien trabajó codo a codo con Mendoza y las estudiantes.
“Los jóvenes universitarios están en una etapa caracterizada por la relaciones de noviazgo”, agrega la docente, explicando que junto a un grupo de alumnas, decidieron realizar un estudio sobre las causas y las consecuencias de la violencia en el noviazgo.
La investigación hizo foco en las percepciones de los jóvenes respecto a la violencia en el noviazgo, basándose en una muestra de 770 participantes que fueron sometidos a una serie de encuestas y análisis de asociación binarios para dicho fin.
El objetivo del trabajo fue ahondar en las percepciones que tienen los jóvenes sobre la violencia en el noviazgo, obteniendo los insumos necesarios para mejorar las políticas de prevención es este grupo.
La directora del Servicio Legal Integral de la Mujer (SLIM), Mónica Jaimes Cossío, explicó que esta investigación pretendía llegar a la población universitaria para identificar las causas de la violencia en ese segmento, siendo realizada gracias al apoyo de la UCB.
Indicó que los servicios legales integrales, generalmente no tienen acceso a la población de esta franja etaria.
Además, aseguró que es ahí donde se van gestando las primeras relaciones violentas. “La violencia en el noviazgo puede ser un precursor de la intrafamiliar”, continuó.
Tarija, en el último par de años, tuvo que lamentar el feminicidio de dos jóvenes universitarias, quienes seguramente vivieron una violencia que fue escalando hasta llegar a su forma máxima, sin saber a qué instancias acudir y, probablemente, sin ser conscientes de que eran víctimas.
Las víctimas de violencia intrafamiliar o de pareja deben realizar sus denuncias en las oficinas de la Felcv.
“La mayoría de los jóvenes creen que deben denunciar la violencia a la policía, pero en realidad es ante la Fuerza Especial de Lucha Contra la Violencia”, aclaró la docente Lorena Mendoza, quien identificó aquella falencia a lo largo de la investigación.
Aunque el estudio hace foco en distintos aspectos sobre las causas y consecuencias de la violencia, dos disparadores pueden ser considerados los más importantes.
El primero, que los estudiantes consideran que las mujeres son las principales víctimas de la violencia en el noviazgo.
El segundo, que las víctimas naturalizan esta situación, o en su defecto, no saben reconocer los diferentes tipos de violencia.
Según la investigación, el 45,5% de los universitarios consideran que quien ejerce mayor violencia en una relación de noviazgo, ya sea esta física, psicología o sexual, son los hombres.
Sin embargo, existe un 40,6% que reconoce que ambos, es decir, tanto el hombre como la mujer, ejercen violencia. El 11,2% afirma que las mujeres son las que practican mayor violencia.
“Con respecto a la percepción que tienen los universitarios sobre quiénes son los más afectados por la violencia en las relaciones de noviazgo, el 50,4% afirma que las mujeres son las más afectadas”, versa el estudio.
Para la directora del SLIM, los resultados muestran una realidad certera, pues basados en los datos nacionales y del Ministerio Público, 9 de cada 10 denuncias por violencia son realizadas por mujeres. Solo 1 de cada 10 son de violencia hacia los hombres.
“Se ha podido evidenciar que la percepción de la violencia ya no es la de antes, que solo la mujer era víctima, los jóvenes perciben que ahora la violencia viene de los dos lados”, asegura Jaimes.
Las leyes bolivianas prevén entre 2 y 4 años de cárcel por violencia doméstica o intrafamiliar.
Sobre las causas de la violencia en las relaciones, de acuerdo al estudio, los principales móviles son los celos y la falta de comunicación.
Sin embargo, la docente Lorena Mendoza enfatizó en que uno de los problemas identificados, es que en la mayoría de los casos no reconocen una situación de violencia como tal.
“Muchas veces, esto se debe a que crecieron en un entorno violento y el fenómeno ya está naturalizado”, agrega.
Mendoza explica que las formas de violencia pueden ser “muchas”. Por ejemplo, revisar el teléfono celular de la pareja sin su consentimiento, es una de ellas, pero generalmente es pasada por “alto” o es considerada como normal.
Para los jóvenes la baja autoestima y la depresión son las principales consecuencias de los noviazgos violentos, así como también los embarazos “no deseados”.
Ambas instituciones esperan que el estudio sea un puntapié para trabajar más de cerca con la población universitaria con el fin de generar consciencia y prevenir la violencia.
“Es un sector que merece y necesita nuestra atención para lograr su bienestar integral”, concluyó Lorena Mendoza.