Por Erich Conzelmann Castellanos
El aire fresco se esfumó, es evidente, en especial en las saturadas vías donde los vehículos motorizados no dejan de pasar, todos contribuyendo con su porción de polución, dejando el nefasto regalo de un aire envenenado, pero lo extraño de todo es que parece que la gente está más preocupada por los embotellamientos y por un lugar para estacionar.
La simple solución que se propone es ensanchar las vías, hacer más avenidas y parqueos, de preferencia frente a mi fuente laboral… cosa que no haría más que acrecentar el problema que planteo con estas líneas.
El esmog (adaptación fonética del acrónimo smog, que deriva de las palabras inglesas smoke ‘humo’ y fog ‘niebla’) penetra en lo más íntimo de nuestro cotidiano, los aportes más tristemente notables son los micros y buses, mal llamados trasporte público, inconscientes que el daño que causan lo reparten a todos, incluyendo a ellos mismos, lanzan sus columnas negras de gases contaminantes sin control ni descanso, dejando una estela inmunda, luego por supuesto los taxis, el transporte privado y motocicletas, que por el simple hecho de estar encendidos o transitar aportan a esta causa.
Y es que parece que los vehículos motorizados, en todas sus formas, tamaños y colores en la urbe se reproducen sin control, con las respectivas consecuencias que acarrean, todos descargan su aporte negativo al viciado aire, que reduce nuestra calidad de vida notoriamente.
Según la organización mundial de la Salud (OMS). “Los efectos a corto y a largo plazo que la contaminación atmosférica urbana puede ejercer sobre la salud de las personas, un aumento el riesgo de padecer enfermedades respiratorias agudas, como la neumonía, y crónicas, como el cáncer del pulmón y las enfermedades cardiovasculares”.
Agregan además: “La contaminación atmosférica afecta de distintas formas a diferentes grupos de personas. Los efectos más graves se producen en las personas que ya están enfermas. Los grupos más vulnerables, como los niños, los ancianos y las familias de pocos ingresos y con un acceso limitado a la asistencia médica son más susceptibles a los efectos nocivos de dicho fenómeno”.
Tarija hace algunos pocos años poseía un aire limpio, por ende, los habitantes gozábamos de mejor salud y esta se reflejaba en nuestra calidad de vida, tan romantizada por nuestros mayores, al parecer el “progreso” consecuencia de la bonanza del gas, se ve traducida sobre todo en una cantidad alarmante de vehículos motorizados, los más de segunda mano, ruidosos, roncos, molestos, todos contribuyendo a este malestar general que debería preocuparnos un poco más.
Siendo este un problema que nos atañe a todos, sería lo más inteligente como sociedad organizada aportar dando soluciones prontas y prácticas, dejando a un lado las eternas burocracias y cálculos políticos que por la coyuntura, están de moda, sobre todo siendo conscientes que así como somos afectados, somos parte del problema, muchas veces como protagonistas, usuarios o por omisión, por no hacer nada al respecto.
Pues creo que todos podemos aportar y hay que atacar a todos los flancos, pues es menester terminar con este problema.
Escribiré algunas de mis ideas y espero que prontamente sean nutridas con otras tantas y si alguien me lee que posea el mismo deseo de aportar y mejorar nuestra ciudad, hágamelo saber y que esas ideas se conviertan en acciones, de forma que cambiemos para bien.
1.- Exigir al Gobierno Municipal y al Departamental la implementación de trasporte público, que sea limpio, respetuoso y que sus emisiones sean mínimas, sería incluso mejor una flotilla de buses eléctricos. (Si lograron en la ciudad de La Paz implementar el Pumakatari, nosotros también podemos).
2.- Que las leyes y los llamados a hacerlas cumplir estén más avispados y no permitan que los vehículos que contaminen exageradamente circulen.
3.- Proponer circuitos de ciclo vías que traspasen todas las rutas de nuestra ciudad, para que los lo que elegimos la bicicleta, tengamos mayor seguridad al desplazarnos por las calles.
3.- Utilizar la bicicleta como alternativa para desplazarnos, no podemos esperar que se den todas las condiciones, es por eso que debemos cambiar la realidad desde que nos encontremos, ir al trabajo en bicicleta es una forma silenciosa de ponernos en el lado correcto.
4.- Utilizar nuestras piernas para desplazarnos siempre que sea posible. Elegir las caminatas tiene muchos beneficios.
5.- Adoptar un nuevo estilo de vida y no derrochar energía.
Este es un llamado a ser coherentes, empecemos a ser el cambio que queremos ver en el mundo.