“Fue un paréntesis de la vida cotidiana en pro de la democracia”, coinciden las voces de los empresarios bolivianos, quienes pese al impacto económico de la medida en la industria nacional, se mostraron firmes en sus convicciones.
El paro nacional indefinido fue la medida de presión propuesta por los comités cívicos de Bolivia, a modo de protesta por el fraude que se denunció- y que luego se comprobó- en las elecciones del pasado 20 de octubre.
La medida estuvo acompañada por el cierre de comercios, restaurantes, oficinas y empresas, así como por bloqueos masivos en los nueve departamentos del país y cerco a las instituciones del Estado, afectando al movimiento económico en los nueve departamentos.
El representante de los empresarios privados de Tarija, Marcelo Romero Llanos, expresó en entrevista con Verdad con Tinta que pese a los compromisos económicos, el empresariado local y nacional se puso el paro “al hombro”.
“Hemos apoyado la medida de manera contundente”, enfatizó.
Para Romero, suspender las actividades durante 21 días fue un “sacrificio”, pero se asumió con “responsabilidad”.
Sin embargo, este compromiso de las empresas nacionales, tuvo un significativo impacto económico, porque las ventas se redujeron entre aproximadamente un 80% respecto al mismo periodo del año pasado.
“En octubre las ventas disminuyeron un 25% con respecto al mismo periodo de 2018, mientras que en noviembre, hasta la fecha, la pérdida es del 97% respecto a lo que se tenía vendido hasta la fecha en 2018”, expresaron empresarios del rubro cervecero.
Mientras las pequeñas y medianas empresas acataron la medida en apoyo a la movilización cívica, las multinacionales pedían en sus redes sociales que dejaran pasar a sus camiones en los puntos de bloqueo, para distribuir su producto.
En Tarija, por su parte, la industria vitivinícola también se vio golpeada por el paro nacional indefinido. Claribel Vilte, empresaria del sector, compartió con Verdad con Tinta que fue “complicado” mantener los compromisos económicos y las metas comerciales, cuando las ventas estaban paralizadas.
“Fue difícil, pero creo que tampoco fue como para ir a la quiebra”, aseguró la gerente de Vinos Vilte.
La empresaria estima que las ventas en el sector cayeron un 80% durante estos 21 días de paro, en relación al mismo periodo de 2018.
“Estamos retomando el trabajo comprendiendo la situación”, explicó, acotando que hasta los bancos están siendo flexibles con los compromisos asumidos por los usuarios.
Un gerente de la banca compartió con este medio que en estos tiempos convulsos, han mostrado solvencia y liquidez, lo que es un parámetro importante para el sistema financiero.
“Seguramente habrá un bache respecto a la mora, porque hay personas que se vieron más afectadas”, expresó el gerente, quien destacó que en Tarija en particular, no hubo un desajuste respecto a la mora hasta la fecha.
También señaló que la banca tiene mecanismos de recuperación ante situaciones extremas, como la reprogramación del crédito, enfatizando la estabilidad de la banca para dar respuesta a los usuarios.