Su nombre es Jonás Michel Valencia, tiene 26 años y con solo 18 años, decidió subirse al tren de las producciones audiovisuales, luces y cámaras.
“J Train empieza como un juego”, cuenta el joven director tarijeño, quien desde adolescente pasaba gran parte de sus días detrás de una cámara fotográfica, ya sea haciendo fotos o filmando lo que llamaba su atención.
“En realidad era un acumulador de imágenes”, agrega mientras explica que en medio de decenas de megabytes llenos de material, su ritual de cada día era llenar la memoria de la cámara y volverla a vaciar.
Pero pronto ese material empezó a despertar en Jonás el gusto por la edición, las luces, y el sonido, llevándolo a aventurarse en el intenso mundo de la producción audiovisual.
“Era caro”, confiesa explicando que en aquel entonces, con sus escasos 18 años, apenas podía juntar el dinero para el transporte y viáticos para el equipo que lo apoyaba. Todos empíricos, pero con la pasión y curiosidad como factor común.
Jonás relata que empezó a buscar talento local que pudiera aportar en diferentes áreas a su equipo, para así dedicarse a lo que el realmente sabía y era bueno: grabar.
“La cámara con la que grababa ni siquiera era mía”, dice entre risas recordando sus primeros pasos, pero reconociendo que su pasión iba más allá de saber manejar un equipo de este tipo o poseerlo. “La clave era la persistencia”, reconoce.
Con un equipo más o menos conformado, el siguiente paso a dar era crear una marca que llevara a la productora a posicionarse en el medio, y dejar de lado el juego para convertirlo en su trabajo.
¿Porqué J-Train? El nombre nació casi de la misma forma en la que Jonás entró al mundo audiovisual: jugando.
“Con mi hermano jugábamos con un tren y se nos ocurrió ahí el nombre”, continúa, “no tenía nada que ver con una productora, pero esa era la idea, que genere curiosidad en la gente”, agrega respecto a la marca.
Pronto Jonás empezó a interesarse por el mundo de los trenes y descubrió que las locomotoras habían ocupado un lugar especial en la vida de su familia, haciendo que el nombre de la productora tuviese cada vez más sentido y simbolismos para él.
“Uno de mis abuelos era gerente de una maestranza de trenes en los años 70 en Tupiza; mi otro fue arrollado por un tren y pese a eso vivió 30 años después del accidente”.
Con J-Train ya en el mercado, empezó a realizar pequeñas producciones bajo la mirada incrédula de sus compañeros y colegas, quienes no le daban mayor importancia por su edad, pero al mismo tiempo Jonás lograba sorprender por la calidad y creatividad con la que trabajaba.
Poco a poco su talento lo llevó a realizar trabajos para reconocidos cineastas locales y del país, e inclusive trabajó durante algún tiempo en la productora del consagrado director de cine boliviano, Juan Carlos Valdivia.
«Promovemos el consumo de arte, para generar la demanda».
Jonás Michel
Las producciones de J-Train también han roto fronteras, realizando trabajos en Francia, Rumania, Canadá, Chile, Argentina y Venezuela.
Sus pasos lentos, pero seguros, este 2020 llevan a la productora a explorar nuevos caminos, especializando sus servicios de diseño, sonido y video.
“Este año estamos trabajando todo lo que es animación, gráfica 2D, 3D y efectos visuales”, explica Jonás sobre los servicios que incluye la productora este año a su cartera, además de involucrase cada vez más en diferentes tipos de diseño en la parte gráfica.
“Estamos aprendiendo a leer las necesidades de cada cliente”, cuenta respecto a la parte creativa e imagen que trabajan con cada uno de ellos, junto al equipo de diseño de la productora.
Pero sin duda alguna, uno de los aspectos más importantes es que la productora genera empleo y abre las puertas a jóvenes talentos locales, con un equipo compuesto por cuatro personas, que en promedio no superan los 26 años. Aquí, los años son simplemente un número, no un factor determinante de las capacidades.
J-Train Sesions
Concebidas bajo el nombre de J-Train Sesions, estas divertidas sesiones en las que el audio como el video se graban en vivo, tienen el objetivo de promover el consumo de arte y música, así como servir de plataforma para nuevos músicos del país.
“Estamos en busca de financiamiento para dar continuidad a estas sesiones”, explica Jonás, quien es un convencido de que promoviendo el consumo, también se genera la necesidad en los usuarios, formando así una generación ávida de música y cultura.
Para ver las sesiones y otros trabajos de J Train, ingresa a la página de la productora haciendo click aquí.