“Mantengan la distancia de los demás pasajeros”, repite en reiteradas ocasiones el comandante a cargo de la tripulación que se dispone a realizar uno de los denominados “vuelos humanitarios”, que desplazará pasajeros desde la ciudad de Sucre, hacia Tarija, haciendo escala en algunas otras ciudades.
Aunque sus palabras por el altavoz dicen una cosa, la realidad en la cabina de pasajeros, es otra. Son escasos 20 centímetros los que quedan entre una persona y otra, en un vuelo que está al 90% de su capacidad y que pasará por diferentes ciudades.
J. B. L., uno de los pasajeros a bordo, asegura haber sentido “pánico” en el avión.
Según comenta, su peregrinar para subir al avión había empezado días antes, pues uno de los requisitos, era obtener un certificado otorgado por Servicio Departamental de Salud (Sedes), el que acreditaba que la persona no tenía la sintomatología correspondiente al COVID-19.
Con pasajes en mano, el pasajero acudió listo para someterse a una serie de pruebas, pero para su sorpresa, no le tomaron ni la temperatura. “Me pidieron los pasajes y me preguntaron si tenía alguno de los síntomas característicos de la enfermedad”, comenta. Unos minutos después, J.B.L. salía con el certificado en la mano.
El día del vuelo, el joven tarijeño salió de su casa con barbijo, guantes, gafas y una maleta. Al llegar al Aeropuerto Internacional de Alcantarí le tomaron la temperatura y posteriormente pasó a hacer su check in, intentando mantener un metro y medio de distancia en la fila.
Si bien los controles en el aeropuerto eran los rutinarios, salvo por el control de temperatura, la distancia en las filas y algunas otras precauciones, el joven asegura haberse sentido tranquilo. Sin embargo, todo cambió cuando subió al avión.
Mientras el personal a bordo les pedía mantener la distancia, el tarijeño se encontraba sentado al medio de dos pasajeros, rozando su cuerpo con el de otros dos desconocidos.
Por su parte, al llegar a Tarija, le tomaron la temperatura y le hicieron firmar una declaración jurada en la que se comprometía a no salir de su domicilio por 15 días, en cumplimiento con la cuarentena que establece el protocolo.
Sin embargo, más allá de aquel trozo de papel y la buena voluntad del pasajero, no hubo una entidad que realizara el control de que efectivamente estaba cumpliendo la cuarentena.
Otros dos pasajeros consultados por Verdad con Tinta, comparten la misma visión: los controles no son efectivos.
Controles de Aasana
Según informó el responsable de la Administración de Aeropuertos y Servicios Auxiliares a la Navegación Aérea(Aasana) de Tarija, Rubén Jurado, en el aeropuerto Oriel Lea Plaza de Tarija tomaron una serie de medidas como el uso obligatorio de barbijos y gafas, la desinfección de calzados y los controles de temperatura.
Agregó que también separaron el sector de llegadas del de salidas y prohibieron el ingreso de acompañantes a la terminal.
“Se ha habilitado solo un acceso para la entrada y otro para la salida”, dice respecto a otras de las medidas implementadas para tener un mejor control.
Los controles del Sedes
Desde el Servicio Departamental de Salud de Tarija, aseguran que el único control que pueden realizar, es el de temperatura, al margen de una serie de preguntas para corroborar si el pasajero presenta alguna de la sintomatología relacionada al COVID-19.
“Simplemente es el control de temperatura, porque en realidad no los sometemos a ninguna otra prueba”, explica la doctora Elena Orihuela, quien agrega que el certificado solo avala que el pasajero no tiene síntomas relacionados al coronavirus, ya que para certificar si poseen el virus o no, deberían someterlos a una prueba para COVID-19.
El comunicado de Boliviana de Aviación
Ante la polémica por la presencia de tres pasajeros con COVID-19 en una de la aeronaves de la aerolínea estatal, la empresa lanzó un comunicado en el que asegura cumplir todos los protocolos de bioseguridad, además de desinfectar sus aeronaves al inicio y final de cada operación.
El documento, además, se ampara en los controles realizados por Servicios de Aeropuertos Bolivianos (Sabsa), Aasana y el Sedes, pero no menciona específicamente las medidas tomadas por la aerolínea, al margen de la desinfección.
Según información a la que pudo tener acceso Verdad con Tinta, en las aeronaves se está manteniendo el distanciamiento, ya que solo se están ocupando los asientos de pasillo y ventana.
Sin embargo, hace “algunas semanas”, hubo vuelos cancelados, por lo que otros estuvieron “casi” al máximo de su capacidad, según informó una fuente de la aerolínea que prefirió mantener su nombre en reserva.