Muchos eventos trágicos han sucedido a lo largo de la historia de la humanidad, ahora nos encontramos ante una inminente catástrofe sanitaria global, la COVID-19; tal vez una de las pandemias mas duras y significativas que marcará un nuevo rumbo para el mundo que conocemos. A pesar que las investigaciones avanzan, pasarán algunos años antes de que las mismas puedan dar respuestas sólidas en cuanto al origen del virus.
Hace unas décadas atrás, Gabriel García Márquez dijo: “La humanidad está condenada a desaparecer en el siglo XXI”, refiriéndose a la condición del ser. De pronto esto se volvió tan real, como lo que vemos y vivimos a diario; el término humanidad debe ser entendido en un concepto más amplio y no como una mera referencia enfocada en el mundo material, visto solamente desde el aspecto físico – espacial, entonces ¿qué diferencia habría?
Es imperativo reconocer nuestra condición humana, revalorizarla, entenderla y, sobre todo, vivirla.
Ante los recientes acontecimientos, como la curva en crecimiento de la cantidad de contagios por COVID, el número de muertos cada día, actos discriminatorios para quienes contraen el virus, médicos o periodistas que son apedreados al cumplir su labor en esta pandemia y varios meses de encierro para salvarnos la vida bajo la consigna #quédateencasa, se observa cada día más el espíritu instintivo egoísta de una falta total de valores, así como una evidente deshumanización.
Sin embargo existe todavía esperanza, porque hay quienes sí están al lado del vecino en las buenas y en las malas, hay quienes todavía logran organizar entre donaciones y aportes solidarios, las ollas comunes para llegar a los barrios de nuestra linda Tarija; barrios que hasta la fecha no tienen ni si quiera agua potable y en los que de pronto ,el pan de cada día se convierte en un pan que debe alcanzar para toda la familia, durante los siete días. Todavía hay quienes tienen un espíritu más humano, ese carisma de no esperar nada a cambio, pero que entregan lo poco que tienen de corazón, ese humanismo se requiere ahora más que nunca.
Se hace necesaria una real conciencia para comprender lo que sucede en nuestro entorno, eso es fundamental. El camino por recorrer es largo aún y una cura para este virus es algo que todavía dista de los ojos de la ciencia actual; mientras tanto, nos toca enfrentar la situación apoyando a nuestros principales defensores y héroes: nuestros médicos, enfermeras, personal de limpieza en los hospitales, todos los responsables de la salud, los policías, militares, los medios de comunicación, los valientes de EMAT, todos aquellos que de verdad están haciendo día a día que esto no sea peor. Existen instituciones que realmente tienen el desprendimiento de ayudar al necesitado, pero ahora todos debemos empujar la carreta cuesta arriba para salir adelante y vencer esta etapa.
No esperemos a que suceda en nuestras casas, o a un familiar querido, quien se contagie y por desgracia no resista el virus, no esperemos ese dolor para recién asumir la importancia de la conciencia, saber cuidarse significa también saber cuidar a tu familia, a tus vecinos y al prójimo.
Esto es una lucha humanística y en gran medida depende de nosotros vencerla, teniendo fe en un Dios que nos protege, pero que también exige de nuestra responsabilidad. No es una guerra de armas, pero en un futuro nuestros hijos nos preguntarán cómo superamos la pandemia, entonces, ¿cuál será tu respuesta?.
Así es los seres humanos tenemos mucho q analizar, reflexionar sobre nuestros actos somos buenísimos p pedir exigir pero q es loq nosotros damos p contribuir a la sociedad, al mundo pq sea mejor. Últimamente vemos actos d violencia en el propio hogar ya no nos educan como antes supuestamente xq sta educación actual es la mejor técnica y ahí tenemos los resultados, todos se inclinan a adquirir cosas materiales a nadie le interesa los principios y valores basados en el respeto y amor al prójimo. Estamos a punto d morir x sta pandemia, disculpn la expresión pero aún así siguen Insultandose x partidos políticos incluso deseando la muerte a algunos funcionarios, no se sinceramente como se puede invocar a Dios cuando se sigue manifestando odio al prójimo..