Más allá del método empleado, la finalidad es la misma: proveer al cuerpo linfocitos T, que son de “memoria”, así como linfocitos B, que recordarán cómo combatir el virus en el futuro.
En la actualidad hay tres tipos de vacunas autorizadas; las vacunas ARNm, las de subunidades proteicas y las de vectores.
Las vacunas ARNm contienen material del virus que causa la covid-19, que instruye a nuestras células a crear una proteína inocua que es exclusiva del virus. Es decir, utilizan ARNm genéticamente modificado para decirle a tus células cómo fabricar la proteína S que se encuentra en la superficie del virus de la covid-19.
Una vez que nuestras células copian la proteína, destruyen el material genético de la vacuna. De esta forma, nuestro organismo reconoce que esa proteína no debería estar presente y crea linfocitos T y linfocitos B que recordarán cómo combatir el virus si nos infectamos en el futuro.
Las vacunas de Pfizer-BioNTech y Moderna, utilizan este tipo de tecnología para proporcionar protección. A través de mecanismo Covax, en Bolivia se aplica la vacuna de Pfizer-BioNTech.
Las vacunas de subunidades proteicas trabajan con las proteínas del virus que mejor estimulan el sistema inmunitario, en lugar de utilizar el germen completo. Este tipo de vacunas poseen proteínas S inofensivas, por lo que una vez que recibimos la vacuna, nuestro organismo reconoce que esa proteína no debería estar presente y crea linfocitos T y anticuerpos que recordarán cómo combatir el virus que causa la covid-19 si llegamos a enfermar.
Las vacunas chinas de Sinopharm y Novavax, utilizan este tipo de tecnología. En Bolivia, se aplica la vacuna de Sinopharm.
En las vacunas de vectores el material genético del virus de la covid-19 se coloca en una versión modificada de otro virus.
Dentro de la envoltura del virus modificado, hay material del virus que causa la covid-19.
Esto se llama «vector viral». Una vez que el vector viral está en nuestras células, el material genético les da instrucciones a las células para que produzcan la proteína S, que es exclusiva del virus que causa la covid-19.
Con estas instrucciones, nuestras células hacen copias de la proteína, despertando en el organismo una respuesta que hace que empiece a crear linfocitos T y linfocitos B, que recordarán cómo combatir el virus si nos llegamos a infectar. Las vacunas de AstraZeneca y la Universidad de Oxford, así como la vacuna rusa del Instituto Gamaleya, Sputnik V, utilizan este tipo de tecnología. En Bolivia se ha llegado a aplicar ambas vacunas.