Una de la obras más esperadas y útiles de este tiempo, es el Hospital Oncológico de Tarija que inició su construcción en el año 2016 y que hasta la fecha no se concluye. Centro de salud, que por sus características debería tener impacto en el tratamiento contra el cáncer de todos los tarijeños, los bolivianos y el norte argentino inclusive.
La obra, tuvo una serie de modificaciones mediante la suscripción de contratos modificatorios típicos de la contratación administrativa como casi siempre sucede en estos casos. Sin embargo, desde ya hace bastante tiempo, la ejecución de obra se encuentra paralizada (finales del 2020), sin que hasta la fecha exista posibilidad de reanudar los trabajos que permitan concluir este anhelado centro hospitalario.
La realidad de los bolivianos con cáncer, de sus familias es realmente deprimente, más allá de lo que implica la enfermedad por sí sola, se tiene el desaliento de que en nuestro país las posibilidades de vencerla son escasas, el tratamiento es prohibido para muchos por el costo de la medicación y lo peor, es que no se cuenta con el Hospital (la infraestructura) donde los pacientes puedan ser adecuadamente tratados. Esta situación, se ve agravada cuando pensamos que, si todavía las obras civiles no se han concluido, habiendo iniciado trabajos en 2016. Entonces, cuando los tarijeños tendremos un Hospital Oncológico, equipado, dotado de profesionales especialistas y de los equipos requeridos para dar la atención integral que la lucha contra el cáncer requiere, elementos que tienen un costo adicional y diferente al de la infraestructura.
Penosamente, estamos condenados a una larga espera para que llegue el día en el que nuestro departamento otorgue las condiciones necesarias, peor aún si no existen mecanismos e ingeniería financiera de planificación para que esta obra y otras de la misma naturaleza no se conviertan en elefantes blancos o en la escena solo de buenas intenciones frustradas por falta de recursos económicos y de políticas estratégicas que prioricen la conclusión de obras que realmente tiene impacto para la población. El reto de los actuales administradores en este momento de crisis económica esrealmente grande. Sin embargo, es justamente su rol demostrarle a la población que están capacitados para afrontar la crisis ejecutando acciones que permitan lograr mejores días principalmente en lo que a salud concierne.